Sorprenden a dos rateros tras varios robos en tiendas del centro de Jerez

La Policía sorprendió ayer a dos rateros que cometieron una serie de hurtos en tiendas de grandes cadenas comerciales de Jerez. Los sospechosos fueron interceptados a la altura de la rotonda de Los Casinos sobre las 18.10 horas por agentes de la Policía Local y Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Fueron identificados y denunciados por el CNP dos varones como presuntos autores de hurtos de menor cuantía (falta, que no delito) por lo que quedaron posteriormente en libertad en espera de ser requeridos para la celebración de un juicio rápido, indicaron fuentes policiales.

Los agentes les intervinieron varias bolsas que contenían artículos robados supuestamente en distintas tiendas minutos antes. Las bolsas estaban forradas por su interior con papel de aluminio, material que evita que se disparen las alarmas que incorporan las prendas cuando los rateros salen a la calle. Los policías los cachearon para comprobar si habían escondido más artículos entre sus ropas y les intervinieron bolsas y prendas. Se cotejó si los dos jóvenes tenían alguna cuenta pendiente, aunque parece ser que estaban ‘limpios’. La Policía esperaba al cierre de esta edición que los responsables de los comercios afectados presentaran la correspondiente denuncia. El pasado martes otro sujeto, identificado como S.S.M., de unos 34 años de edad, fue sorprendido cuando sustraía supuestamente varios artículos en Leroy Merlin. La Policía lo identificó y denunció para que sea juzgado por la vía rápida.

Cabe recordar que la frontera entre hurto de menor y mayor cuantía -que es delito y motivo de detención- son los 400 euros, pero, también, cuando se cometieran en el plazo de un año 4 faltas de hurto y su valor excediese los 400, se aplica la detención.

Las asociaciones de comerciantes y, sobre todo, las grandes superficies comerciales y grandes cadenas de moda vienen quejándose desde hace años del problema de seguridad que les provoca los delincuentes ‘al por menor’. Los rateros suelen robar artículos o prendas por debajo de un valor de los 400 euros para evitar su detención y muchos de ellos trabajan por encargo; es decir, buscan objetos especiales como videojuegos o productos de alta cosmética, que tienen un elevado precio en comparación con lo que puede costar una prenda.