Sorpresa en Horeca ante el retorno de los cotillones ilegales

Antonio de María: "Creíamos que los despabilados habían muerto, pero han resucitado"

Sorpresa en Horeca ante el retorno de los cotillones ilegales
Sorpresa en Horeca ante el retorno de los cotillones ilegales
Manuel Moure Jerez

03 de enero 2016 - 01:00

Antonio de María, presidente de los hosteleros provinciales, mostró ayer su sorpresa por el hecho de que el pasado Fin de Año se detectaran cotillones ilegales, dos de ellos en Jerez y otro en Cádiz. "Creíamos que era un fenómeno extinto, algo que se había acabado, pero hemos comprobado que no, que los despabilados han resucitado y que han vuelto a hacer de las suyas".

Para el presidente de Horeca "lo primero en este triste asunto es felicitar a las fuerzas del orden, especialmente a la Policía Local y a la Policía Autonómica, por el celo y el esfuerzo que han desarrollado para impedir que estas fiestas ilegales se pudieran celebrar. Siempre es una pena que haya jóvenes y familias afectadas, personas que han hecho un desembolso y se queden sin nada, pero lo principal es que se pueda ir a una celebración sin jugarse la vida y eso, en una fiesta sin licencia, no se puede saber al no haber sido comprobadas ni las medidas de seguridad del cotillón y ni siquiera la estabilidad del edificio donde va a tener lugar".

Evidentemente, De María también destaca que estas fiestas se erigen "en una seria competencia desleal contra los hosteleros, una práctica que perjudica seriamente la labor de los profesionales". A este respecto, De María apuntó que "quienes no necesitan de licencia municipal para celebrar una fiesta son aquellos profesionales que disponen de locales que están abiertos de forma habitual. Resultaría ridículo exigirle licencia a un restaurante con salón de celebraciones o a una discoteca que cada fin de semana presta servicio a cientos de clientes". El problema radica en que hay locales que de vez en cuando albergan fiestas de carácter familiar o social que no suponen una gran concentración de personas. Es una especie de contrato privado entre las partes por el cual una familia celebra, por ejemplo, una comunión un bautizo o una boda. Esos negocios sí deben disponer de una licencia municipal (en la cual se les exige seguridad así un certificado de la solidez del edificio y un seguro de responsabilidad civil). No cumplir con estas normas provoca que, como sucedió en Jerez el pasado Fin de Año, se suspenda la celebración y se impongan las multas a las que hubiere lugar.

El presidente de la patronal hostelera destaca igualmente que "desde hace años hemos recomendado que antes de comprar una entrada se soliciten las licencias para comprobar que están en regla. En caso de que se pongan trabas y la licencia no se muestre lo mejor es buscarse otra fiesta de cotillón para evitar problemas. Es algo que transmito tanto a los jóvenes como a sus padres que, en muchas ocasiones, son quienes abonan el coste".

A este respecto Antonio de María recuerda que los problemas habituales en las celebraciones ilegales es que "las bebidas que se prometen como de primeras marcas no lo son, llegándose a padecer casos de cotillones en los que las bebidas se han agotado a la una de la madrugada por la falta de previsión de los responsables, pendientes siempre de lograr el mayor beneficio antes que prestar los buenos servicios que sus clientes merecen".

Un asunto que De María ve especialmente complicado de controlar es el acceso de menores a los cotillones. "En muchas ocasiones se venden entradas a mayores de edad que luego se las pasan a los menores. Una vez dentro ningún menor, aunque haya pagado, puede beber alcohol, aunque es incontrolable pues mientras las pida un mayor de edad éste puede tener acceso a la misma".

De otro lado, cabe destacar que varias decenas de jóvenes se han pasado por las instalaciones de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en el Arroyo. Los jóvenes solicitaron a los agentes interponer la correspondientes denuncia si bien se les informó que dicha queja deben formularla ante los servicios municipales de Consumo. Uno de estos jóvenes señaló a este medio que "nos han dicho que las entradas son legales, que no han sido falsificadas y que incluso disponen de medidas de seguridad para evitar su impresión. Al no haber ningún delito de este tipo nos han dicho que vayamos a Consumo". Será pues mañana cuando buena parte de los perjudicados (que podrían acercarse al millar con los casos de los cotillones de la finca 'El Toro' y de la calle Méndez Núñez) acudan a los servicios municipales de Consumo.

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