Jerez

Sueños rotos en Qualytel

  • Los lunes al sol. Y los martes, y los miércoles... · La media de edad de los 278 despedidos de la teleoperadora es de 27 años · Serán los primeros 26.000 parados

Qualytel Teleservices, la tercera teleoperadora del país que aterrizó hace ahora cuatro años como panacea o mal menor en la ciudad del paro, tiene -o tenía- una plantilla con una edad media de 27 años. Nada extraño: Qualytel, un gigante del telemarketing con once sedes en España, Argentina y Brasil, mantiene a unos 6.500 trabajadores con una media de 29 años en su mayoría jóvenes con primer empleo o rebotados de trabajos basura.

La plataforma de Qualytel en Jerez, asentada en dependencias públicas, la antigua Facultad de Derecho, lo que ha dado que hablar, ha llegado a contar con unos 1.300 empleados: sigue siendo la tercera empresa de la ciudad en número de trabajadores tras el Ayuntamiento y el Hospital del SAS. Atiende los servicios de telemarketing para Orange, Gas Natural SDG, Tío Pepe e ING, líder absoluto de la banca directa. Pero a día de hoy suman el millar. El fin de obra, o servicios, con la multinacional Orange ha dejado en la calle a 278 empleados desde el pasado 31 de enero. Germán, Rafael o Manuel son algunas caras de esta nueva escabechina. Responden al perfil medio: Jóvenes, tortas por la informática, responsables, que invierten sus mejores años a cambio de un escaso salario en uno de los sectores más precarios de nuestra economía. Si no cae la media de paro mensual, se convertirán en los primeros 26.000 desempleados en Jerez. 39 de ellos han sido recolocados para un nuevo proyecto. Miguel Abreu, otro joven que se 'estrena' en la acción sindical como presidente del comité de trabajadores por la UGT en el 'call center', mantiene que no se han cumplido el fin de obras y servicios por la sencilla razón de que "se ha continuado con la misma actividad, aunque con otro nombre y organización" .

El asunto no es nuevo. Cuando en marzo del pasado año vino a Jerez Tomás Muriana, un licenciado en Sociología cofundador de Qualytel, se encargó de llamar la atención sobre al alto absentismo laboral en la plataforma. No le entra en la cabeza a Miguel Abreu, que ha oído de los propietarios de la sociedad halagos hacia la plantilla jerezana. Muriana es copropietario de Qualytel junto a Vicente Olivenza y María José Romero, licenciados en Económicas, que trabajaron junto a Muriana doce años antes de que, en 1988, echara a andar la teleoperadora. En Qualytel deciden tres personas pero es un mismo cerebro: Dirigen la compañía al alimón, con reparto de papeles. Toman las decisiones por mayoría. Nunca han repartido beneficios y su relación con la Administración, para la que le trabaja algunos servicios, ha sido siempre estrecha; de hecho, en su accionariado aparecen nombres de antiguos altos cargos del PSOE y de la patronal andaluza, pero su reputación se la debe ahora a la continua sangría laboral, a veces extraña, que ha practicado en los últimos meses en sus plataformas españolas. Hoy día, Qualytel es alemana. El grupo multimedia Bertelsmann ha adquirido la mayoría, pero sus tres directivos se mantienen en sus cargos. El fantasma de la deslocalización está siempre presente.

Malagueños de nacimiento, Rafael y Lola, con dos hijos en el mundo, trabajaron en el proyecto Orange-Qualytel. Desde Málaga llegaron a Sanlúcar, donde lo hicieron en la clínica de Pascual. Atendieron la convocatoria de Qualytel. Qualytel rescindió el contrato a Lola dos meses antes de dar a luz al primero de sus hijos. Rafael, un joven de 38 que desde los 14 maneja ordenadores - como prueba ser campeón nacional del videojuego de simulación 'RFactor' en línea-, trabajó durante un año y tres meses en la plataforma de Jerez. Pasó por varias responsabilidades: teleoperador, atención de soporte técnico y, en ocasiones, en el área de ventas y el de refuerzo o formación. En Qualytel hay unos doce niveles cuyas retribuciones oscilan entre los 11.000 y 29.000 euros anuales. "Me agradaba este trabajo. Era un buen ambiente. Pero la seriedad no es, precisamente, la mejor cualidad de esta empresa" porque, como dice Manuel Ortiz Moreno, de 29 años, "para todos ha sido una decepción la forma en que nos han echado, por la puerta de atrás, un despropósito". Manuel comenzó a trabajar en Qualytel en marzo de 2005. Sus primeros trabajos fueron en el extranjero, en Bath, al suroeste de Inglaterra, donde hizo todo lo que se le puso por delante. Volvió a Jerez, donde encontró sitio en una empresa de servicios de una compañía aseguradora. Luego entró en Qualytel, donde pasó por el departamento técnico, luego el de Calidad y Formación y vuelta al de teleoperador y de nuevo, de formación. Como Germán Merino Silva, de 28 años, un licenciado en Geografía que se pirra por los sistemas informáticos, el trabajo "es cómodo, físicamente. Pero mentalmente, era estresante". Germán estudió en Madrid y, como Manuel, volvió a Jerez para trabajar en Qualytel. Ahora, con la sombra del engaño a cuestas, sólo esperan que los procedimientos por despido improcedente salgan adelante.

(En España hay en la actualidad unos 950.700 jóvenes menores de 30 años en paro, un 35,6% más que el año anterior. En Jerez, el número de jóvenes desempleados era de 3.025 a finales del pasado enero).

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