Suspenden las clases en el instituto Asta Regia por una plaga de pulgas

Una plaga de pulgas ha terminado por cerrar, de momento hasta el viernes, el IES Asta Regia, cuyos alumnos han sufrido en las últimas semanas las picaduras de estos insectos. Así se decidió ayer por parte de la Inspección al comprobar que los distintos intentos de fumigación que se han llevado a cabo en los últimos días no han servido de mucho.

La historia de este hecho se remonta al pasado día 4 de octubre cuando el equipo docente del centro recibió las quejas por parte de algunos alumnos que habían sufrido picaduras. La reacción fue inmediata y un día después, el sábado 5, el propio IES contrató a un equipo de fumigación para evitar males mayores. Lo hizo, según confesaban ayer algunos profesores, sin avisar, ni al propio personal docente, ni al alumnado. En total se actuó en tres clases y en la sala de profesores.

Este primer paso no sirvió de mucho y la plaga ha ido adueñándose del centro hasta el punto de aparecer en las clases, el patio y otros lugares de la instalación, principalmente en un aula prefabricada que se encuentra al acceder al recinto y en los aseos.

Una semana después, el pasado viernes, se repitió la fumigación al comprobar que el número de picaduras en los alumnos aumentaba diariamente. Tanto es así que muchos padres han estado sin llevar a sus hijos a clase durante varios días "para evitar que vinieran llenos de ronchas", afirmaba una madre.

Lo que parecía que iba a quedar en anécdota tras la vuelta de los alumnos a clase el pasado lunes no fue tal pues estos se encontraron con que las pulgas continuaban haciendo de las suyas. Además, muchos de ellos sufrieron mareos y fuertes dolores de cabeza, explicaban algunos de ellos a la salida del centro.

Ayer la situación tomó tintes más graves, ya no solamente por las incómodas picaduras, sino también porque justo antes del recreo, a eso de las 11.45, se procedió a una nueva fumigación con los propios alumnos dentro y de nuevo sin avisar, una decisión que provocó escenas de indignación. "Me he tenido que salir porque tenía los ojos llorosos", comentaba una de las alumnas a la puerta del instituto, mientras otros hablaban de "un fuerte dolor de cabeza".

Incluso algunos miembros del personal docente se quejaron de esta circunstancia al sufrir pequeñas hinchazones cutáneas y sobre todo mostraron su malestar por no haber sido avisados.

Tratando de evitar el caos, la dirección del centro permitió a mediodía que los alumnos se marcharan, mientras la inspección se presentaba en el Asta Regia para tomar una determinación, que llegó horas más tarde al optar por clausurar las instalaciones hasta el viernes para llevar a cabo una fumigación intensa. En principio, los alumnos no deberán acudir a clase, aunque sí el profesorado, un hecho que ayer preocupaba a muchos de ellos.

El origen de todo este foco está en la manada de gatos que deambula habitualmente por la zona. Desde finales del curso pasado, según apuntaba ayer el director del centro, el número de ellos ha aumentado, y las condiciones de insalubridad han ido en creciendo. Los felinos han establecido sus madrigueras justo debajo del aula prefabricada del centro, si bien es verdad que campan a sus anchas por todo el recinto. Su elevada presencia responde al hecho de que muchos vecinos los alimentan provocando un incremento significativo y que puede atraer plagas de este tipo.