Tony, el perro tranquilo

TONY (o Don Antonio, como a mí me gusta llamarlo) es un perro muy especial, al menos para mí y sé de buena mano que también lo es para gran parte de los voluntarios de 'No Me Abandones'. Entró a la protectora con apenas 6 meses, el 30 de julio de 2005. A uno siempre se le parte el corazón cuando ve llegar un nuevo miembro al refugio (sobre todo porque suelen llegar en muy malas condiciones debido al mal cuidado o la falta de éste, al maltrato...), pero aún más si se trata de un perro que aún no es adulto, un cachorro. Por fortuna, en agosto del 2006 fue adoptado y todo parecía ir bien... pero esa fortuna se tornó en desgracia cuando, a los tres días de ser adoptado, lo devolvieron y después de eso, no volvió a sentir el calor de una casa. Pasaban los años sin que nadie supiese apreciar a nuestro Tony y decidiera darle una nueva vida. Poco después llegó su eterna compañera, Toñi. Un cruce de labradora de tamaño mediano a la cual bautizaron así por el que iba a ser su nuevo amigo. Normalmente la gente va buscando un perfil concreto de perro para adoptar. Por lo general prefieren perros jóvenes y de alguna raza específica. Es muy triste ver que, por ser un cruce o por tener una edad, pasen desapercibidos tantos perros maravillosos. Y no saben lo que se pierden porque yo, en apenas dos años que llevo en 'No Me Abandones', he podido comprobar de primera mano que lo que menos les importa a ellos es algo tan trivial como el aspecto físico. Si bien Tony es un perro que al principio puede no llamar mucho la atención, apenas lo conoces te enamoras de él. Allí en el refugio es tranquilo y siempre va con su compañera Toñi, ambos se llevan de maravilla y han estado juntos todos esos años que llevan allí (cualquiera que los ve, lo primero que piensa es que se trata de un matrimonio). Está dispuesto a dar cariño en cualquier momento y que se lo den a él, lo que más le gusta es dar besos para demostrarlo. Cuando sale del chenil, se da su paseo y luego no se despega de ti. Y aunque no es un perro de raza o con una estética destacable, tiene una mirada que derretiría a cualquiera.

Puedo decir que he tenido el honor de acogerlo en mi casa en varias ocasiones. Tanto me enamoró que quise recordarle, después de todos esos años, lo que era estar en familia. Y si creía que no podía ser más bueno, me equivocaba. En casa jamás ladra, es muy tranquilo y lo único que quiere es estar con alguien, sentir el calor y el cariño de una persona. Nunca se cansa de las caricias (yo confieso que tampoco me canso de acariciarle con ese pelaje tan suave que tiene) y adora dormir acompañado. Aunque estés triste, él va a estar a tu lado mirándote con sus irresistibles ojos como queriéndote decir que todo va a ir bien. Se lleva genial con todos los perros y nunca ha tenido un mal gesto con ninguno incluso si estos le ladran o se muestran agresivos. Y no hace falta decir que es muy sociable con cualquier persona; desde niños hasta ancianos.

Tony es ya un perro mayor, de tamaño mediano, tiene 11 años y lleva prácticamente toda su vida allí. Su salud es buena, solo tiene problemas relacionados con la edad, un corazón anciano y unos huesos que han pasado por mucho y suelen jugarle malas pasadas. Sobre todo en invierno, con el frío o cuando hay mucha humedad; estas condiciones, que son las que se viven en invierno en la protectora por desgracia, agravan el dolor y hacen que se vea muy apagado. Actualmente ha mejorado con el tratamiento que tiene y da gusto verlo correr cuando sale del chenil. Aún así, todos los que lo conocen coinciden en que necesita pasar lo que le queda de vida con una familia que lo quiera y le de todo el cariño que se merece, que no es poco. Yo, que lo conozco tan bien, estoy completamente de acuerdo con ello. Sé que cualquiera que lo adopte no se va a arrepentir ni una pizca, pues se llevaría un tesoro. Admito que me daría pena ya que le tengo un cariño inconmensurable, pero la satisfacción de saber que alguien le va a dar el hogar que tanto merece, sería aún mayor. Como Tony, tenemos muchos otros perros mayores que necesitan un hogar en el que pasar sus últimos años. Aunque tenemos perros de todas las edades, nuestros abuelos son los que más lo necesitan. Si te interesa, ponte en contacto con nosotros en los números que aparecen a continuación:

675 48 59 92 - 606 92 14 67 .

* Voluntaria de No Me Abandones'