Toros en los teatros jerezanos

TUVO Jerez, en la segunda mitad del siglo XIX, dos teatros: el llamado Teatro Principal, que estaba en la calle Mesones, en el mismo solar que hoy ocupan las galerías comerciales de El Quinqué y otro, un teatro-circo, en la plaza del Banco, que se llamó primero Eguílaz, en homenaje a su hijo adoptivo el aplaudido autor dramático Luis Eguílaz. Este, primero fue un teatro de verano, sin techo, con dos mil localidades; que consistía tan solo en un escenario y una cerca de madera; poniéndosele techo y cerrándose, en abril de 1878, decorado por el célebre pintor y escenógrafo jerezano Juan Bautista Coli, quedando convertido en lo que la crítica de la época calificó de "un coliseo, si no monumental, por lo menos bello, cómodo y elegante", al que asistía lo mejor de la sociedad jerezana.

Cambiando de dueño más tarde, quien lo rebautizaría como Teatro Echegaray, que era el dramaturgo de moda en aquél momento,

Pues bien, una noche, la del martes, 5 de marzo de 1878, se representaría en el Teatro Principal de la calle Mesones, por una compañía lírica, la zarzuela de espectáculo y gran aparato escénico, en cinco actos, titulada "Pepe-Hillo, en la que se exaltaba la vida del célebre matador de toros del mismo nombre, haciendo de hijo del torero el que, a su vez, era hijo del fundador de la dinastía de la conocida familia teatral de los Brotons, el niño Tomasito Brotons.

Uno de los actos se desarrollaba en una plaza de toros y en el mismo salían las señoras del coro vestidas de toreros, figurando ser la cuadrilla del matador, cuyo papel corría a cargo del primer tenor Antonio Beltrán quien, al compás de pasodobles lidiaba en escena "un hermoso novillo" que sería lidiado por la cuadrilla de señoritas "toreras".

CORRIDA EN EL TEATRO ECHEGARAY

Por otro lado, tenemos constancia de que el sábado, 19 de febrero de 1887, en el Teatro Echegaray de la plaza de Eguilaz - hoy del Banco - se anunciaba un "gran concierto de cante y baile andaluz, que termina con una corrida de toros, en que tomarán parte alternando, los célebres diestros Francisco Ortega (a) Paquiro y D. Antonio Muñoz "El Enano".

El programa, con cuya reproducción ilustramos este artículo, comprendía, en primer lugar la clásica "Sinfonía por la orquesta". Y a continuación, "Cante y baile andaluz por el cuadro flamenco, compuesto del personal siguiente: Tocadores.- Luis Vargas y Antonio Sol (este 2º sería uno de los maestros de Javier Molina). Cantadoras.- La Parrala y Soledad Vargas. Cantadores.- Miguel Frascota y el renombrado cantador por malagueñas, reconocido por los aficionados como el mejor de España, Antonio Chacón".

Obsérvese como el concierto que se anuncia era de "cante y baile andaluz", pero los intérpretes formaban un "cuadro flamenco". O sea, que la palabra "flamenco", por aquellas fechas - al menos, en este caso, en concreto -, sólo se aplicaba a los artistas, pero no al arte de éstos, que era "andaluz" simple y llanamente; y así se repite por dos veces, en el programa que comentamos.

Pero prosigamos con el elenco de los artistas del citado cuadro flamenco, en el que figuran como bailadoras, Mercedes García, Juana Pena, Ana Monje la Macarrona - debería ser parienta de la célebre Juana Vargas, la Macarrona - y Anita Junquera; y como bailadores Antonio Molina - hermano de Javier -, D. Antonio Muñoz "El Enano" y Francisco Ortega "Paquíro" que haría el Negro y el plagio de los soldados de acá y de allá, dos bailes cómicos de la época.

Y después del cante y baile flamenco por todos los artistas, terminaría el espectáculo con "una verdadera corrida de toros, en competencia entre D. Antonio Muñoz "El Enano" y Francisco Ortega "Paquiro" de un novillo verdadero. El escenario representaría una plaza de toros".

TORERO Y BAILAOR

No sabemos cómo terminaría la cosa, y si el "novillo verdadero" que se lidió era realmente de verdad; pero lo que si es cierto es que "El Enano", al que por cierto se le aplicó el Don, antes que a Chacón, era realmente, además de un célebre bailaor de flamenco, un conocido novillero, al que trece años después daría la alternativa, con un becerro, en la plaza de toros de Badajoz, el 25 de diciembre de 1900, primer día de Pascua de Navidad, el diestro Plácido Rivas (Rápido).

Tal vez sería don Antonio Muñoz el primer enano torero que actuara en los ruedos españoles; no teniendo nada de extraño que su afición la desarrollara mucho tiempo antes en los teatros, donde se hizo famoso con su simulacro de corrida.

El otro "torero" era "Paquiro", bailaor gaditano, hermano de la Señá Gabriela, madre de Joselito el Gallo, que aparte de bailar muy bien por alegrías y tangos, también acostumbraba a hacer parodias y bailes cómicos, por lo que fue calificado, en su tiempo, como "Inimitable bufón" y "bailaor chuflero".

Lo cierto es que, en aquellos tiempos, en los teatros solían ofrecerse los espectáculos más insólitos, y ya ven cómo, en dos teatros de Jerez, el Principal y el Echegaray, por una noche, en 1878 y 1887, respectivamente, cada uno de ellos se convirtió en plaza de toros, con la lidia de novillos "de verdad".