'La Única' cierra sus puertas a la espera de tener un nuevo local
El veterano establecimiento dedicado a arreglos comenzó a funcionar en 1921
En la calle San Miguel, el local donde hasta ahora tenía abiertas sus puertas 'La Única', un establecimiento dedicado a arreglos de objetos de todo tipo, permanece cerrado con un cartel donde se advierte que, quien esté interesado en hacer o recoger un encargo, llame al teléfono 646 15 42 26. Al parecer, el nuevo propietario del inmueble no estaba interesado en renovar el contrato de alquiler, así que Mercedes Cuadra Galisteo, que lleva el negocio iniciado por su abuela en 1921, está a la espera de encontrar otro lugar no demasiado lejos de donde ha estado hasta ahora, en el centro.
Pero el primer sitio donde estuvo 'La Única' fue la calle Remedios, frente a lo que era la cervecería de 'Los Caracoles'. Allí comenzó a trabajar Ángeles Rodríguez Caborrassi, una mujer de ascendencia italiana, de Bolonia concretamente. Ella había estudiado en la Escuela de Bellas Artes escultura y pintura, así que cuando a su marido, que trabajaba como traductor en una bodega, lo dejaron parado, ella se decidió a embarcarse en este negocio.
"En un principio -explica Mercedes Cuadra- se dedicaba a la restauración de imágenes, arreglo de abanicos y paraguas, pero con el paso de los años se fueron incorporando nuevas cosas que arreglar: muñecas, bolsos, coches de bebé, maletas... Antes se prolongaba la vida a los objetos lo máximo posible porque no era lo mismo restaurarlo que comprar otro nuevo, pero ahora a muchos no les merece la pena. También se incorporaron los capirotes de nazareno, ojos para taxidermia..." Esto último se le ocurrió a su padre, Alfonso Cuadra Rodríguez, traer unos ojos de vidrio que hacen en una fábrica de Madrid.
Pero siguiendo por orden cronológico, Ángeles Rodríguez se trasladó a la calle San Miguel, donde ha estado hasta ahora el establecimiento, en 1949 porque, según explica su nieta, "el otro local estaba muy escondido. Aquí estaba más a la vista. Después de Ángeles y Alfonso, el negocio lo continuaron los cinco hijos de este último, que incluso combinaban los estudios con el trabajo en 'La Única', pero finalmente fue Mercedes Cuadra quien se quedó al cargo. Esta dice que "yo soy la más lanzada a la hora de aceptar cualquier arreglo. Les digo que lo dejen, y yo siempre intento restaurar lo que sea".
Entre las curiosidades que recuerda están unas muñecas que trajeron de una bodega con el cuerpo de corcho, y Alfonso tuvo que hacérselo nuevo de cartón. También recuerda la pata para un caballo de juguete hecho en madera, "pero un caballo bastante grande, y la pata hubo incluso que pintarla".
"También me han traído -explica- tiestos hechos trozos como si fueran un puzzle y los he restaurado, porque me encantan los puzzles. Soy muy cabezona, y si no queda bien un arreglo, lo intento de otra manera. Esto es cuestión de horas y paciencia, porque si no tienen paciencia..."
En este sentido dice que "ya no sólo es el precio que cobras, sino la satisfacción personal de levantar algo que de otra manera se hubiera desechado".
Con la aparición de los 'chinos' el negocio comenzó a decaer, "pero no he cerrado -insiste-. Estoy intentando ver si me sale otro local no demasiado lejos de aquí. Incluso con la tienda cerrada me siguen llegando encargos".
A ella le gusta arreglar especialmente coches de bebé y paraguas, y todavía recuerda con especial satisfacción un espejo antiguo con el marco de plata que tuvo que desmontar para forrar la parte de atrás con terciopelo nuevo.
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