Vecinos de Guadalcacín denuncian de nuevo el botellón en la pedanía

Prácticamente un año después, los vecinos de Guadalcacín están reviviendo las noches en vela por los efectos del botellón. El pasado agosto, los afectados de la pedanía salieron a la calle para denunciar que durante la madrugada se concentraba a las puertas de una discoteca un numeroso grupo de jóvenes para beber. En su momento reclamaron más presencia policial y sanciones a los que molestaban al vecindario, y tras mucha 'pelea', lo consiguieron. Poco a poco la 'masa' se fue diluyendo y llegó el invierno, "donde la verdad hemos estado muy tranquilos", comentó ayer una vecina de la zona, que prefiere mantenerse en el anonimato, al igual que los demás afectados.

Pero el problema ha vuelto con el verano y ya son muchos los que de nuevo se ven afectados por las concentraciones juveniles en la calle Cañada Real. "Estamos volviendo a lo mismo, a no dormir por las noches y lo peor es que la Policía viene, da una vueltecita y se va. Prevemos un verano muy parecido al año pasado", declaró una vecina de esta calle, quien resaltó que "cuando llamamos a los agentes los niños están bebiendo en la calle, con la música de los coches muy alta y hasta se ponen a bailar. Y claro, al ver que viene la Policía apagan todo y esconden la bebida y los agentes no pueden sancionarles. Pero creemos que una concentración de este tipo en la vía pública y a estas horas debe multarse se beba o no".

A pesar de que los afectados auguran un agosto 'movidito', lo cierto es que se han dado cuenta que en ciertas cosas se diferencia a la movida juvenil del pasado año. De esta forma, destacaron que "ahora el botellón no comienza a las doce de la madrugada, sino a las cuatro. Y lo que es peor, estamos comprobando que no son las mismas personas, es decir, el año pasado la mayoría eran usuarios de la discoteca de esta calle y por lo que llevamos de verano, podemos decir que las personas que pasan la noche aquí son más violentas, parece que quieren buscar peleas".

Los vecinos apuntaron que en las madrugadas se pueden concentrar más de cien personas en esta calle y por eso han solicitado una reunión con la alcaldesa de la pedanía, Ana María Lirio, para explicarle la situación y pedir algún tipo de ayuda que traiga "la paz de nuevo a la calle", informó una de las afectadas, quien además recalcó que "la alcaldesa siempre ha estado de nuestra parte para ayudarnos, por eso, antes de realizar cualquier tipo de movilización queremos citarnos con ella para que conozca cómo estamos viviendo".

En el caso de que la regidora pedánea no pueda hacer más que dar su apoyo, los vecinos ya avanzaron que "tendríamos que salir de nuevo a la calle, porque así seguro que nos escuchan". Sin embargo, por ahora no se atreven ni a abrir las ventanas de sus domicilios por miedo a que los jóvenes les vean. "Bajamos las persianas o miramos escondidos entre las cortinas, porque la verdad es que tememos la reacción que puedan tener estos chicos. No nos atrevemos a salir porque seguro que habría más problemas", comentó una vecina de la calle, quien denunció que "hay miles de llamadas a la Policía y a la Guardia Civil. Los jóvenes se vienen aquí porque creen que hay menos presencia de estos agentes y tienen más libertad, pero lo que estamos sufriendo es una situación de escándalo público".

A la espera de una reunión con Lirio, los vecinos reconocieron que además del botellón intentarán conseguir un compromiso de la alcaldesa para evitar el destrozo del mobiliario urbano y coches en los días de Feria de la pedanía. "Ahora en verano se unen la movida en la calle con nuestra fiesta, y si durante agosto sufrimos el botellón, en septiembre los desperfectos por la Feria son increíbles en esta calle", señaló un vecino.