Vieja indumentaria, costumbres y oficios ya en desuso

Jerez, tiempos pasadosHistorias, curiosidades, recuerdos y anécdotas

Se acabaron los lutos y otras viejas costumbres. El tocado masculino es ya casi inexistente. La gabardina, otra prenda que desaparece, como la corbata. Y los esparteros artesanos ya no se sientan a fabricar pleitas a la puerta de sus talleres.Espartero artesano confeccionando pleita a la puerta de su tienda. FOTO: ARCHIVO DEL AUTOR

Vieja indumentaria, costumbres y oficios ya en desuso
Vieja indumentaria, costumbres y oficios ya en desuso

20 de abril 2010 - 01:00

HABÍA en Jerez numerosas costumbres que, con el paso del tiempo y los avances de la vida moderna, han ido desapareciendo. Algunas, para siempre. Por eso, en esta sección de tiempos pasados, siquiera sea a vuela pluma, vamos a intentar recordar algunas de ellas; sin que ello quiera decir que las echemos de menos, ni mucho menos.

Empezando por los lutos que ya desaparecieron para siempre. Primero, hace ya muchos años, el de las mujeres, que dejaron de usar aquellos largos velos negros, sobre la negra indumentaria, seguida posteriormente de lo que se llamaba "medio luto" o "alivio de luto". Luego, el de los hombres que, de vestir totalmente de negro, pasaron a llevar un brazalete o una pequeña señal de tela negra, en la solapa de la chaqueta; Terminando con la corbata negra, que algunos aún suelen llevar, aunque cada día menos; toda vez que el sin-corbatismo está de moda y la corbata, sea negra o de color, tan solo se lleva cuando se va de traje, generalmente en fiestas locales o de bodas, por aquello de que la corbata da siempre un toque de distinción y elegancia.

El tocado es otra pieza de la indumentaria que se está perdiendo en hombres y mujeres. La prueba está en que, en los últimos años, han cerrado sus puertas cuatro sombrererías. Ya son pocos los sombreros, las gorras y las boinas que se ven sobre las testas varoniles jerezanas. A no ser algunas de esas modernas y grotescas gorrillas de procedencia americana. Y de la mujer, ni hablemos, porque son muy raras las que no van a cabeza descubierta.

Muchos hombres, generalmente ya mayores de edad, solían caminar antiguamente con las manos cogidas a la espalda. Otros, las llevaban metidas en los bolsillos del pantalón. Ya nuestros mayores no tienen esas costumbres. Y ya no se ven, en el invierno, aquellas varoniles gabardinas de solapa ancha, tan elegantes, como las que usaban en la pantalla Robert Taylor, Humprey Bogart y otros célebres actores del cine americano.

Y si echamos una mirada a los oficios artesanales, estoy por decir que desaparecieron los esparteros, aquellos que hacían pleita a la puerta de las esparterías de la Corredera, San Agustín o en la de la calle de la Por-Vera. También desaparecieron los guarnicioneros y talabarteros, como Duarte el de la Lancería. Se fueron todos en silencio, desapareciendo de la noche a la mañana, tan pronto como dejaron de hacer necesarias sus labores de artesanos. Y hasta estoy por decir que ya no se ven carpinterías como aquellas de la calle de la Palma, de la calle del Pollo, o las dos o tres que había en el callejón del Ciprés, entre las calles Ancha y Juan de Torres. Si acaso quedará alguna de muestra. Ahora, las carpinterías que hay son todas carpinterías de aluminio y metálicas. Porque hasta las puertas que se venden, vienen todas hechas de fuera de Jerez. Aquí solo las colocan, o arreglan y adaptan a las medidas que sean necesarias.

Y no digamos las posadas, como la antigua del Matadero o la de José, de la calle Juan de Torres y la de la plaza de Monti, donde paraban cada año los segadores portugueses que venían a trabajar a nuestros campos. Y al acabarse el carbón se acabaron también, para siempre, las carbonerías; y con la leche envasada, las lecherías; casi desaparecieron las mercerías y otros pequeños comercios de barrio. También se perdieron los oficios de zapateros a medida, como los que ejercitaban Manuel Martínez Tropedano, José María Prieto, Pepe Ruiz Peña, Cristóbal Romero y José Vázquez Franco, que fueron los últimos hace pero que muchísimos años. Y si hablamos de zapateros remendones, de banquilla, de los que quedan algunos, tan solo habrá en Jerez, aproximadamente media docena, distribuidos por los distintos barrios. Otro oficio en desuso es el de curtidor, de tanto auge en el Jerez medieval, en el barrio de su nombre, y fundadores de la cofradía de San Bartolomé (Ecce Homo).

Antiguamente las botellas no se tiraban, se reciclaban enteras - no rotas, como ahora - vendiéndolas a los lavaderos de botellas de Perrín, en calle Clavel, y en otro lavadero que había tras la iglesia de San Marcos, propiedad de Becerra, que tenía otro punto de compra de botellas en la calle San Pablo. Y no se si quedan encuadernadores, herederos de aquellos grandes maestros de la encuadernación que fueron José Manuel Ferrera, en calle Bizcocheros y Rafael Barberá, en la Barriada de La Plata.

¿Se acuerdan mis lectores de aquella moda que hizo furor, no solo en Jerez, sino en toda España, de cubrir las paredes de los pisos con papeles pintados? Bueno, pues era la mayor horterada en la que pudimos incurrir. La moda desapareció, para siempre, tan pronto nos dimos cuenta de lo hortera que era.

En Jerez había más tabanco que en ningún sitio; pues ya apenas se pueden contar con los dedos de la mano los que han sobrevivido; quitando los de Petra, el de San Pablo, El Pasaje y algunos, muy pocos más. Tampoco conocemos más freidores que el del Gallego de la calle Arcos y el del Boquerón de Plata que apenas abre algunas veces. Y no sabemos si existen todavía talleres de pintura, aunque aún existan pintores de brocha gorda, que trabajan por su cuenta. Como también es muy difícil dar con un taller de reparaciones de bicicletas, siquiera sea para parchear un pinchazo.

Son oficios y costumbres que van desapareciendo, no sabemos si para bien o para mal, conforme avanzan los tiempos, y las ciencias siguen adelantando "que es una barbaridad", como cantaban, hace muchísimos años, en una obra lírica, no sé si sainete o zarzuela, de las que tanto gustaban a nuestros abuelos.

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