La Yeguada Militar, en 380 páginas

El escritor malagueño Juan Carlos Altamirano ha cerrado el círculo ecuestre de la ciudad de Jerez. Y lo ha hecho con la última de sus creaciones literarias, "La Yeguada Militar", una completísima obra que recorre la historia de Cría Caballar desde sus inicios hasta la actualidad. De esta manera, el escritor andaluz puede dar por concluida su particular biblioteca hípica jerezana, después de engendrar otras obras dedicadas al antiquísimo hierro del Bocado, a la Yeguada La Cartuja, a los cartujos o a la Real Escuela.

"La Yeguada Militar" ha condensado su historia en 383 páginas escritas simultáneamente en inglés y castellano y magistralmente ilustradas con los soberbios ejemplares de la institución militar. La narración arranca tras los cambios sociales y económicos ocurridos en España por la Guerra de la Independencia. Se inició entonces un periodo político muy inestable que acabaría con el Viejo Régimen. La desaparición casi total de las grandes yeguadas tras la supresión de las órdenes religiosas creó serios problemas en el abastecimiento de caballerías al ejército. El gobierno de la reina Isabel II, consciente de la gravedad de la situación, emitió un Real Decreto el 6 de noviembre de 1864 por el que delegó la reorganización de la cría caballar al Arma de Caballería del estado español.

Entre las primeras medidas tomadas por este organismo, que se asignaron al Servicio de Cría Caballar, hay que destacar la creación de los Depósitos de Sementales. En 1893, Cría Caballar propuso al Gobierno la creación de una yeguada que cumpliera con dos objetivos principales: paliar el evidente problema de carestía de caballos para el ejército y trabajar para la mejora de las razas equinas existentes. Madrid acogió de buen agrado la propuesta de Cría Caballar y el 26 de junio de ese mismo año emitió un Real Decreto por el que se daba el visto bueno a la creación de la primera Yeguada Militar, con sede en Córdoba.

Han pasado más de cien años desde aquella regia rúbrica y aún hoy se mantiene en vigor el Servicio de Cría caballar, con notables diferencias, claro está. De una, han pasado a ser varias las yeguadas conservadas por el Estado, lo mimo que los centros reservados a los sementales, que se han dispersado por la geografía española. No obstante, hay que resaltar que el fin del mantenimiento de las explotaciones ganaderas estatales ya no es el de proveer de caballos al ejército para la guerra, aunque se mantiene, eso sí, el objetivo de proteger las razas equinas existentes, así como dar cobijo a otras nuevas que vayan surgiendo.

Se puede decir, que los resultados de este siglo de vida de Cría Caballar han sido satisfactorios, pues se ha contribuido de forma importante a la recuperación y mejora del caballo de Pura Raza Española, en peligro de desaparecer en un momento histórico concreto, al fomento de la cría del Pura Sangre inglés, del angloárabe, del hispanoárabe, de distintos caballos de tiro, a la protección de las diferentes razas asnales, así como a la creación de una de las mejores líneas de caballos de Pura Raza Árabe del mundo, el pure spanish.

Este documentado libro, ilustrado con setecientas fotografías de yeguas y sementales estatales capturadas desde el siglo XIX hasta nuestros días, se inicia con una breve narración de las órdenes militares para continuar con un amplio y riguroso estudio del proceso de constitución y desarrollo de los Depósitos de Sementales del Estado y de las diferentes Yeguadas Militares. Por supuesto, en esta magistral obra, Jerez abarca una importante parte literaria e histórica, pues en esta ciudad se conserva una Yeguada Militar y un Depósito de Sementales que pueden presumir de antigüedad y belleza.

El libro ya está a la venta y se puede encontrar en librerías especializadas. Sin duda, un excelente regalo para las próximas fiestas.