Se acabó el destape de las ayudas
A pie de campo
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea pues todo un Dios se recrea en tan grandiosa belleza. Bendita la señora de los ojos vendados y la balanza en la mano porque ha reinado por encima de las carroñeras intenciones y afanes robinianos de aquellos que venían a airear las ayudas que reciben los agricultores con nombres apellidos y DNI. Ahora a callar todos los que se escudaban en la libertad de información porque el Tribunal de la Unión Europea ha hablado y ha anulado la norma que obligaba a los países a revelar el reparto de los fondos agrarios.
Ha llegado Fogo y se ha cargado todos los moscones de una atacada, ya no habrá insectos revoloteando la carroña con la única intención de tomar los nombres conocidos de España para decir que reciben más fondos que otros. A ver, por un lado, es de lógica que haya agricultores que teniendo ni se sabe el número de hectáreas reciban más ayudas y, por otro, si ellos pasan los controles de Bruselas y siguen recibiendo las ayudas, por algo será. Mira como para revelar a dónde van los fondos de desarrollo rural nadie se postula y pide que se enseñen los resultados. Hay casos de éstos que claman al cielo; aún restañe en los oídos de todos el caso de los mingitorios.
Gracias, por tanto, a los alemanes que recurrieron en contra de la obligatoriedad porque consideraban la medida lesiva contra su derecho fundamental a la protección de los datos de carácter personal. Es que algunos países aportaban hasta el código postal o la dirección de la residencia de los mismos…
A ver qué hace la Junta de Andalucía, esa que fue tan pionera en 2006 y se adelantó a todos haciendo públicas las personas que recibían en su comunidad dichas ayudas. Claro, rápidamente la prensa enferma de ictericia se puso a cotejar los datos y emergieron las duquesas, los condes y demás nombres compuestos -curiosamente nadie comentó que la principal beneficiaria era DAP, empresa satélite de la Junta. A ver cómo se restauran los derechos de todos los agricultores y ganaderos que salieron en esas listas negras como si fueran autores de un delito.
Algo está cambiando en la UE, algo se mueve desde que llegó el comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, y acertadamente comenzó a dar un giro radical a la necesidad de dar ayudas a los agricultores y ganaderos apelando al "bien público" que el sector agropecuario supone para la sociedad en materia de producción, calidad, sanidad, mejora del medio ambiente y acicate de la gente en el medio rural. A lo mejor ya no hay que justificarse tanto y Ciolos abanderará el movimiento que legitime las ayudas. Vamos por buen camino.
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