LLEGA el calor y las vacaciones. Cuanto más se aproximan, más ganas tenemos de disfrutarlas. Muchos adultos que trabajan en el ámbito educativo tomarán unos días de descanso y un sector importante de la población, los estudiantes desde la primera infancia hasta los años universitarios, cesarán su actividad académica y probablemente se dedicarán principalmente al hermoso arte del descanso.

Sin embargo, en esas fechas, para muchas familias los problemas se multiplican, la convivencia se hace más difícil, el ocio deja paso al aburrimiento, y aquel anhelado descanso puede llegar a convertirse en un insoportable conflicto. De hecho, muchas de las demandas de tratamiento que recibimos en las consultas de psicología durante el verano, se relacionan con los problemas de pareja, familia o problemas de conducta infantil que han pasados desapercibidos durante la agitada vida cotidiana.

Conviene seguir algunos consejos para poder disfrutar de estas fechas tan atractivas, minimizando el riesgo de que aparezcan conflictos innecesarios.

Planificar: El primero de ellos podría ser una adecuada planificación de las actividades a realizar. Tendemos a pensar que lo podemos pasar mejor sin hacer planes, tan sólo porque en alguna ocasión nos funcionó la improvisación. Creer que todo va ir mejor sin planificar es un efecto de sesgo de nuestra memoria, ya que aquello que nos sorprende nos queda más fácilmente grabado que lo que hemos planificado. Sin embargo, la realidad es otra, la planificación lejos de provocar aburrimiento, minimiza la posibilidad de cometer errores y nos da la suficiente estabilidad para estar preparados para disfrutar de cada acontecimiento.

Descanso: Conviene tener momentos de inactividad. Si nos descuidamos podemos llegar a trabajar más en vacaciones que el resto del año. Por ello, resulta interesante reservar momentos con cierta regularidad para no hacer nada y además, no sentirnos culpables.

Actividad: Cualquier actividad que sea diferente a la que hemos realizado durante el año nos sirve para descansar. En estas fechas se ofertan muchos cursos o talleres de verano que nada tienen que ver con nuestra actividad habitual, talleres de relajación, yoga, inteligencia emocional, deportes o cualquiera que esté suficientemente distante de nuestro quehacer diario.

Resolver: Cualquier conflicto tiene una solución. Se trata de buscar el momento adecuado para hablar, estudiar el problema, generar todas las posibles opciones de solución y elegir la más ventajosa.

Ocuparse y no preocuparse: Durante las vacaciones la mejor opción es estar ocupados con las actividades veraniegas y no pensar continuamente en la reincorporación a la rutina, si bien los últimos días deben ser de adaptación y reincorporación gradual a la vida cotidiana.

Desde Psicología Diez queremos desearos a todos unas felices vacaciones y además proponeros seguir creciendo como personas, aprendiendo a quereros y a trataros con respeto a vosotros mismos y a quienes os rodean, aprendiendo a sentiros personas importantes y valiosas, aprendiendo a decir no cuando queréis decir no y a decir sí, sólo si queréis decir sí, mejorando vuestro sentido del humor y sobre todo aprendiendo a expresar vuestras emociones positivas con vuestras familias y con vuestros seres queridos.