Que a la Agencia Andaluza del Agua le gusta más una falla que a un tonto la Lomana es público y notorio. Claro; no deja de meter palitos en candela y al final o se levanta meada o acaba por quemarse -a algunos que esto pasase aunque sólo fuera en sentido figurado-.

Al proceso interno abierto por el funcionariazo que afecta de lleno a sus trabajadores, se une toda la polvareda del caso de los regantes del Guadalcacín, a quienes este organismo, mas mal que bien aconsejado, ha parado las elecciones. Es decir, Un tema que se podría haber quedado en un rifirrafe entre hermanos comuneros -con más de un Caín por medio- ha saltado al debate andaluz y total, para dejar la situación como estaba ya que, por ahora, siguen en sus puestos todos a los que han señalado con el dedo y tildado con comentarios injuriosos, olvidando que han sido los protagonistas de la más importante modernización de los riegos de Andalucía.

Ahora para más dislate se han filtrado las primeras aproximaciones de lo que pagaran de canon de riego los agricultores y hay casos en los que la hectárea costará más de cuatro cifras. Uyuyuy a este paso la AAA no va a tener agua para pagar la hoguera que está formando. Ya lo dice el refrán, 'más vale solo…' y, en este caso, o deja las juntas o no va a encontrar parque de bomberos que acuda al incendio. Tiene descontento a todo el patio y no hay nada más peligroso que un recreo revolucionado. Ah, por cierto, lo del tema del río Guadalete; las inexistentes medidas para evitar las consecuencias del temporal y las olvidadas ayudas para los que ya las sufrieron a principios de año, le va a venir como una ola de aquí a dos semanitas. El tiempo no se casa con nadie y menos con aquellos que han dejado pasar un año entero sin hacer nada. A perro flaco todo son pulgas. A la triple A todo son chispas para avivar un fuego que ella misma se ha encargado de prender.