La alegría de estrenar muebles tras varios años solicitándolo
Colegio El Retiro
Profesores y alumnos se encuentran también ilusionados con el centro polifuncional y las pistas deportivas que se están construyendo en el antiguo colegio Blas Infante
El colegio El Retiro nació en 1969, aunque en 1990 se le añadió el edificio de Infantil y otro más para los niños de 3 años en 2001. Ha contado con el primer ciclo de Secundaria hasta el curso 2002. Desde entonces sólo oferta Infantil y Primaria. Durante muchos años el centro se llamó Miguel Primo de Rivera hasta el 2004, en que pasó a llamarse ‘El Retiro’.
Según explica la directora, Braulia Román, “este centro se caracteriza por realizar un trabajo integrador, tanto de las familias como de la zona. Desde hace muchos años, el objetivo primordial de nuestro proyecto educativo es la persona e incidimos en los valores que queremos transmitir a nuestro alumnado, no sólo en los contenidos puramente académicos, porque pensamos que el respeto, el diálogo como vía para solucionar los conflictos, la tolerancia o la cooperación, son bases imprescindibles para que una persona triunfe en la vida, es decir, se sienta bien consigo misma, y como consecuencia, con los demás. La cultura de paz impregna toda nuestra tarea diaria”.
Para esta docente y el claustro del centro, “la educación básica es ofrecer al alumnado las herramientas para poder aprender y avanzar en el propio crecimiento personal”.
Otro rasgo que caracteriza al colegio es la coordinación entre la familia y la escuela porque, según explica la directora, “procuramos trabajar de forma conjunta, unificando nuestros criterios, escuchando todas las propuestas, y dirigiéndonos de esta forma, al mismo objetivo”. En su opinión, “sólo de esta manera, podremos conseguirlo”. No obstante, reconoce que “tenemos la gran suerte de contar con una gran mayoría de madres y padres responsables y preocupados por la educación de sus hijos”.
En el apartado material, se encuentra muy satisfecha porque “recientemente ha sido cubierta una necesidad que teníamos desde hace muchos años y se ha dotado al centro de mobiliario nuevo, porque el antiguo se encontraba en pésimas condiciones”.
Ahora sus peticiones se dirigen al Ayuntamiento “porque el pintado del centro en su parte exterior y las aulas de Infantil, por dentro y por fuera, aún no lo hemos logrado”. A la Consejería de Educación le demanda una administrativa a tiempo completo, “ya que el trabajo burocrático se multiplica con este número de alumnado y de actividades”.
También dice que “estamos muy ilusionados con el edificio polifuncional y las pistas deportivas que están construyendo en el antiguo colegio Blas Infante, ya que el Ayuntamiento nos prometió en su día, que esas pistas, serían de uso para el colegio en horario de mañana. Con lo cual, mejoraremos nuestras instalaciones”.
En cuanto a los alumnos, dice que “actualmente, uno de los problemas que nos encontramos suele ser la sobreprotección de las familias, con niños que quieren tenerlo todo hecho, pero poco a poco esto se va solventando, ya que llevamos a cabo reuniones con los padres y establecemos acuerdos para ir superando los objetivos marcados. En general -dice- es un alumnado trabajador, que no ofrece problemas graves y que responde a la motivación que le ofrecemos”. El claustro de profesores es bastante estable, aunque no todos son definitivos “y gracias a esa estabilidad -señala la directora- tenemos un proyecto de todos, en el que creemos y por el que luchamos. Es un claustro muy implicado, que participa tanto realizando propuestas como aceptándolas. Se está renovando cada año, ya que desde hace tiempo, todos los cursos se jubila una persona y entra otro compañero pero, al ser de forma tan escalonada la renovación, la persona nueva se adapta pronto al estilo de nuestro colegio”.
Braulia llegó a este colegio como interina en 1994 y en el 97 consiguió su plaza fija como profesora de Inglés. Fue jefa de estudios desde el 2000 hasta el 2005 y después de directora, desde 2006 hasta este curso. Todavía sigue dando Inglés a primero y sexto de Primaria y de hecho reconoce que “me encanta dar clases y llevar una tutoría. Esto si lo echo de menos porque disfruto mucho con los pequeños, aunque es más cansado. Con los mayores, también lo paso bien, ya que se puede hablar con ellos de otra manera, y ves los resultados. Los niños y niñas te dan frescura, te aportan energía y aunque salgas agotada de clase, a mí me dan vida”. Todo lo que supone papeleo, reuniones oficiales, gestión pura y dura, le atrae mucho menos, pero dice que “la organización del centro, las ideas nuevas, proyectos atractivos para mejorar aspectos de la tarea educativa, sí me gusta”.
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