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Un año de la declaración del estado de alarma

Tormenta perfecta en una ciudad de servicios

  • Bares, hoteles y comercio pagan la mayor factura tras un año de confinamiento en Jerez

Labores de limpieza en el bar ‘El Albazano Real’, en la zona de Hipercor, una vez acabado el confinamiento.

Labores de limpieza en el bar ‘El Albazano Real’, en la zona de Hipercor, una vez acabado el confinamiento. / Pascual

La hostelería y el comercio, dos sectores esenciales para una ciudad como Jerez que depende del sector servicios, sufrieron una tormenta perfecta con los sucesivos estados de alarma, los cierres y la adopción de una serie de medidas que vinieron a suponer un torpedo a la línea de flotación de su supervivencia.

Nada volvió a ser como antes y muchos dudan que algún día se retome la normalidad ansiada tal y como se entendía hasta ahora. Los cierres provocaron que los ingresos fueran nulos durante el confinamiento y que cuando se adoptaron medidas la forma de entender el negocio cambiara radicalmente. Un año después, bares y restaurantes siguen peleando por volver a trabajar los turnos de cenas, imposibles en estos momentos dados los horarios de cierre así como por el hecho tradicional de que en España no se cena temprano.

El comercio local también se vio seriamente perjudicado, desde las pequeñas tiendas de barrios a las del centro, pasando por las grandes superficies. Para dar una idea de las dimensiones de esta caída valga destacar que Jerez cuenta con la mayor superficie comercial de Andalucía, Luz Shopping, la cual fue pensada para atender a clientes de la provincia de Cádiz, Málaga y Sevilla. Los cierres perimetrales supusieron la pérdida efectiva de gran parte de su clientela.

Los hoteles también vieron cómo perdían clientes. No en vano, el gran último evento celebrado en la ciudad fue el Festival de Jerez. No hubo Semana Santa, ni Feria, ni Motorada, ni zambombas... El verano tan sólo sirvió para volver a realizar un rodaje con fuertes medidas de seguridad que pronto quedó en nada después de que las sucesivas olas depararan nuevas medidas de seguridad, horarios y aforo.

En todo momento, el presidente de Horeca, Antonio de María como el presidente de la Asociación de Hoteles de dicha federación, Stefan de Clerck, no han cesado de repetir que la hostelería se ha convertido en un chivo expiatorio al centrarse sobre bares, restaurantes y hoteles gran parte de las medidas preventivas “cuando los datos dejan bien claro que no hemos sido un factor de contagio”.

Tanto es así que Antonio de María, presidente de Horeca, llegó a considerar que el cierre de la hostelería fue ilógico porque se nos ha cerrado y el número de contagios se ha multiplicado por cuatro. Está claro que la hostelería no es la fuente de contagio, más bien al contrario”.

No en vano desde la patronal se advirtió que “tras el cierre de las discotecas se detectaron fiestas en chalés reconvertidos en los que se cobraba hasta entrada. La gente está controlada en los locales, mantienen distancia y siguen de forma obligada unas normas que en otros lugares no cumplen” como “cuando quedan en casa de uno de ellos y cada cual lleva algo de comer y beber y pasan allí la velada. Ahí sí que hay riesgo de contagio, no en el restaurante”.

En lo que se refiere a los hoteles, las actuales restricciones provocan que la llegada del turismo alemán, “uno de los principales clientes de Jerez y de la provincia sea en estos momentos un imposible”. Recientemente Stefan de Clerk destacaba a este medio que en la industria hotelera el batacazo ha sido sencillamente brutal. “Los datos nos vienen a indicar que el sector hotelero de la ciudad ha cerrado 2020 con una caída de ingresos comprendida entre el 60 y el 70%”. Las esperanzas se basan en que “a partir de junio empiece a moverse el mercado, con la certeza absoluta de que se trate sobre todo de desplazamientos a segundas viviendas y si el tiempo acompaña también a los hoteles. Será turismo andaluz el que nos llegue. Esperamos que a partir de junio la cosa vaya mejorado y que haya un pasaporte sanitario que fomente los desplazamientos internacionales”.

Nela García, presidenta de la asociación de comerciantes del centro de Jerez, Acoje, destaca a este medio que en “Un año después estamos mucho peor, ha habido cierres. En el camino se han quedado siete de nuestros asociados, cifra que habría que multiplicar por dos al menos para tener una idea del alcance de esta año de pandemia en el comercio del centro de la ciudad”.

“En estos momentos -apunta. Hay menos aperturas, menos inversiones. Siete asociados de Acoje, pero se debe multiplicar al menos por dos. Estamos más endeudados, pues estamos en manos de préstamos del ICO, de los propietarios de los locales y con la ayuda de las familias que está ayudando a los comerciantes”.

En el ámbito político Nela García destaca la “indignación del sector con las migajas que están ofreciendo y que sólo sirven para alargarte la agonía, no hay concordancia entre lo que dicen y lo que hacen. La frase 'Nadie se quedará atrás' habría que ponérsela a diario en el despertador.

Y es que el estado de Jerez y su centro urbano comercial no es distinto al de otras muchas ciudades del entorno aunque hay asuntos que aún no se han solucionado. “Hay que dar facilidades, como con autobuses lanzadera, para llegar al centro, al igual que hay que facilitar la rehabilitación de viviendas para repoblar tabnto el centro como ya incluso los alrededores”. Entre los últimos reveses sufridos por los comerciantes se encuentra por ejemplo “la noticia de que las motos de la Policía Nacional se han quitado, cuando consideramos que era uno de los mejores servicios de este cuerpo de Seguridad”.

Un año después de la declaración de la pandemia los comerciantes del centro de Jerez se sienten “vapuleados y maltratados. Los horarios han sido aplicados sin lógica alguna. ¿Qué sucede? ¿Que a las dos puede haber contagios pero a las siete no?”.

En el lado positivo se encuentra el hecho de que “los comerciantes hemos descubierto las posibilidades que nos aportan las nuevas tecnologías así como la importancia de estar asociados y unidos tanto ante las buenas como ante las malas situaciones. Unidos es todo mucho más fácil”, concluye Nela García.

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