40 años de elegancia sobre la pasarela

La Real Escuela alberga el pase de modelos 'Vestimenta y Atuendo' de Antolín Díaz, su sastre oficial

M. Ruiz De Lacanal / Jerez

22 de septiembre 2013 - 08:22

La Real Escuela se encargó ayer de deleitar a más de mil personas en la que pasará a la historia de Jerez como una cita única de arte y estilo. Para celebrar el 40 aniversario de su fundación, la Real Escuela acogió en el picadero interior a partir de las 19,30 horas el desfile 'Vestimenta y Atuendo'. La colección era obra del prestigioso sastre Antolín Díaz Salazar. Cuarenta años de arte entre costuras ecuestres es lo que lleva cumplidos el autor como sastre oficial de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez. El acto acogió también una colección de la diseñadora Pilar Vera, dando color a la cita.

Cien trajes exclusivos, modelos seleccionados al dedillo y meses de preparación musical formaron parte de este acto tan especial. El desfile, dividido en cuatro partes, empezó entre albero y caballos alrededor del picadero. Un marco perfecto para dar pie a los primeros modelos que abrió la sección de la Real Escuela. Elegancia en los tonos apagados y los bordados precisos de las chaquetas. En esta primera parte desfilaron unos 16 modelos. En grupos de cuatro en cuatro, los trajes se recorrieron los cerca de 50 metros de pasarela que ocupan el interior del picadero.

La música fue guinda que acompañó a los modelos, masculinos en su mayoría. A partir de aquí comenzó la antología, que realiza Díaz Salazar sobre el traje corto, dividida en tres partes: 'Surco y Albero', 'Cascabeles de Mayo' y 'Peregrinos de Camino'. Se percibió un contraste en el desfile. Unos 'maletillas' realizaron una coreografía simulando el salto de una alambrada con un espectáculo de toreo, donde el mismo animal es representado. Los grillos, la chicharra y la campana del pueblo sonaban para dar paso a un conjunto de trajes de época. "Campo y toreo en la pasarela con trajes con nombre de los que se hacían antaño sin apenas materiales", comentó el artesano.

"El segundo paso de la historia, 'Cascabeles de Mayo', es la Feria de Jerez o la Feria que cada uno quiera hacer suya", añadió Antolín, ante un momento que nadie esperaba. El reconocido artista Joaquín Grilo fue la sorpresa de la tarde. Su baile por bulerías mientras lucía uno de los cien trajes exclusivos del sastre, dejó a todos sin palabras. Todo un espectáculo de sonido y baile que dio paso a la colección de la diseñadora Pilar Vera. La mujer feriante de volantes y colorido cobró protagonismo con las modelos del Grupo Gálvez. Acto seguido se mostraron los diseños de Antolín seleccionados para esta sección que dieron paso a la última y más emocionante colección: 'Peregrinos de Camino', al más puro sentimiento rociero.

Para este momento, Díaz Salazar dice que "hemos contratado tres piteros. Aunque me dijeron que tenían piteros en lata les dije que de eso nada, si los trajes son de verdad los piteros también son de verdad". Y lo consiguieron, la sensación de realidad con cada momento de la historia del traje que mostraron al público. Los tres piteros entraron al picadero tocando acompañados de dos carretas del Rocío. Una breve actuación del Grilo 'al compás de pito y tambor' dio paso a los últimos trajes sobre la pasarela. Pero el desfile no terminó aquí. Nietos y familiares del artesano fueron los encargados de lucir las prendas por el albero para representar el cierre de la velada con una auténtica boda rociera entre marsellás y caireles. Joaquín Grilo lució una chaqueta blanca con un pantalón de listas ralladas mientras representaba al novio de una boda que terminó entre pétalos, sonido de campanas, la imposición de las medallas a la pareja y lo mejor: la Salve rociera de la más grande. Con este sonido se puso el punto y final a un espectáculo único.

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