“Con el duelo hay mucho tabú, no sabemos acompañar”
Aroa Vaello | Matrona y presidenta de ‘Matrioskas’, asociación andaluza de apoyo al duelo perinatal y gestacional
La matrona Aroa Vaello destaca la importancia de humanizar los hospitales ante la pérdida de un bebé
Remarca que el papel de las matronas va mucho más allá que de asistir a los partos y pone el foco en la Atención Primaria
–¿Cómo se puede humanizar un parto?
–Lo primero que tiene que ser humano es el profesional. No por tener más pelotas para ayudarte al descenso pasivo o anillas colgadas del techo o bañeras es más humano el parto... Si el personal no te sabe transmitir esa tranquilidad y hacerte sentir acompañada, nunca se va a humanizar.
–¿Cómo ha cambiado la relación entre el sanitario y la madre en el parto?
–La medicina se ha basado siempre en una actitud muy paternalista. Se le decía a la mujer lo que tenía que hacer y era lo que yo digo y ya está. Pero la figura ha cambiado y ahora hay que ver al conjunto de la familia como un global: madre, padre, pareja, abuelos, tíos, hermanos y el bebé. Hay que preguntar, pedir permiso y explicar. Muchas veces tienes que hacer una técnica rápida porque el bebé tiene un problema y esa mujer se va a quedar con miedo y con la sensación de que han hecho una técnica innecesaria si no se lo explicas. Hay que informar y hacerlo con palabras cálidas. Muchas veces vas al médico y no te enteras, y debemos ver el parto como un momento mágico, no como un paciente que está ingresado al que tienes que curar. La mujer embarazada es tan sana que es capaz de darle vida a otra persona.
–En 2019 nació ‘Matrioskas’, una asociación de apoyo al duelo gestacional y perinatal. ¿Qué necesidades había para crear esta asociación?
–Vivimos en una sociedad en la que está mal hablar de la muerte, molesta, incomoda y miramos para otro lado, incluso los profesionales sanitarios, y más cuando muere un bebé. Que un bebé fallezca no entra en nuestras cabezas y no sabemos acompañar a las personas y decimos cosas que no son las adecuadas, como ‘ya tendrás otro’ o ‘eres joven’ o ‘no te preocupes’. Se nos olvida ver el presente y el presente es que esa mujer acaba de perder a su hijo. Nosotros veíamos que había un vacío muy grande incluso para los profesionales, que tampoco sabíamos cómo podíamos acompañar a estas familias. A raíz de muchos años formándonos creamos la asociación. Con el duelo hay mucho tabú y era necesario empezar el cambio. Empezamos con la entidad en Jerez y ahora estamos en toda Andalucía. Son muchísimas las llamadas que entran a diario porque esto es una realidad. Hay que ayudar a esa persona para viva su duelo de una manera real, que pueda hablar en todo momento, que mantenga el recuerdo. Nosotros estamos ahí para la familia y para el bebé que ha fallecido, porque es un ser que ha nacido muerto o ha muerto un poquito después de nacer, pero también ha tenido una función en esta vida, ha venido a este mundo.
–¿Qué necesidades tiene la familia ante la muerte de su bebé?
Por hospitales más humanos
La Agrupación Ginecológica Española acierta al decir que aquello que se silencia, se invisibiliza o es considerado como un tabú no se convierte en menos importante. Por ello nació en 2019 ‘Matrioskas’, asociación andaluza de la que es hoy presidenta Aroa Vaello, que comenzó en Jerez de la mano de matronas del Hospital y de familias que habían perdido a sus bebés. Los objetivos de la entidad es dar voz a las familias, mejorar los protocolos en los hospitales y formar a los profesionales.
–En el momento en el que le dices que no tiene latido se bloquea, nadie está preparado para que se le muera un hijo. Lo primero que tenemos que hacer es acompañar en que todas las reacciones, porque todas son válidas. Si llora, que llore. Si piden una segunda opinión, se debe buscar a un compañero para que acuda. Hay que empatizar y saber que ahí empieza el duelo. Hay que nombrar al bebé porque la persona debe ser consciente de todo, debe tomar unas decisiones muy importantes en muy poco tiempo y debemos acompañarle y hablarle con cariño y claridad. Antiguamente se le daba a la mujer una medicación y no era consciente, como si no hubiera ocurrido nada, y después llegabas a tu casa y te chocabas con la realidad. ¿Y tiene que parirlo? Nos preguntan. Sí, debe parirlo y en ese momento se va a juntar el inicio y la despedida.
–Muy duro...
–Durísimo, pero es el único momento que vas a tener para conocerlo. Y es beneficioso porque después no te quedarás con la duda de si se parecía al padre o a ti. Es el momento de decirle algo a ese bebé, cantarle, tocarle. Dar la oportunidad a la familia que tenga alguna necesidad espiritual y crear vivencias. Nosotros, los profesionales, podemos crear recuerdos, podemos dejar sus huellas de sus pies, manos, de su placenta, abrigarlo con una mantita que guarde su olor..., y todo eso es un tesoro que les va a acompañar. Eso es lo que a ti después te va a dar fuerza y te va a hacer real un dolor de una manera más natural y sana.
–En Andalucía ¿hay déficit de matronas?
–Estamos por debajo del número con respecto a otras comunidades. Nuestros paritorios tienen menos matronas de las que nos gustaría. Lo ideal sería como en Inglaterra, una matrona-una familia, o dos familias. Nosotras aquí no damos a basto. Además hacemos muchas más cosas que asistir un parto. Somos el profesional de referencia desde la primera regla hasta la última, damos salud sexual y reproductiva y eso muchas personas no lo saben. Llevamos temas de climaterio, de anticoncepción, lactancia... Llevamos un programa muy amplio y lo que pasa es que no estamos todas las que deberíamos. Si en los hospitales somos pocas, no te cuento cómo están en los centros de salud. Aquí en Andalucía hay una matrona hasta para cinco pueblos, cuando la Atención Primaria es fundamental.
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