En el banquillo por trapichear con papelas de coca en un bar
El acusado, que es adicto a los estupefacientes y sufre un trastorno mental, negó los hechos de forma rotunda
Un hombre, F.A.M., ha sido juzgado en estos días por un delito contra la salud pública en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Cádiz en la ciudad. En concreto, se ha sentado en el banquillo por trapichear con papelinas de cocaína en un bar de una localidad de la Sierra de Cádiz, cuya jurisdicción corresponde a la ciudad.
El acusado, que tiene acreditada una enfermedad mental y además sufre una adicción a los estupefacientes, negó en todo momento haberse dedicado a la venta de papelinas en un bar al que según apuntaba la Guardia Civil se dirigió después de que tres clientes lo hubiesen llamado previamente por teléfono. Las sospechas que tenía la Benemérita hizo que comenzaran con una investigación que hizo que pronto lo detuviera en el mes de mayo de 2006. Ese día llevaba además encima unos cuatrocientos euros, aunque el encausado señaló que era de la paga que acababa de cobrar precisamente ese día. Hay que destacar que el inculpado no tiene antecedentes penales.
La Guardia Civil observó en ese seguimiento cómo se producía un intercambio. Aunque previamente vieron cómo tres personas que se encontraban en el interior del local se ponían de acuerdo y hacían una 'vaquita' para comprar cocaína. A los pocos minutos, unos diez o así, llegó el acusado para hacerles entrega de la droga. El efectivo pudo ver el tejemaneje que se traían a una distancia muy corta, aunque finalmente no pudo decir que sabía a ciencia cierta que lo que se había entregado era en realidad algunas papelinas de cocaína.
Uno de los testigos y supuesto comprador dijo que había charlado con el acusado en el bar en cuestión, pero nada más. En cuanto a la droga, que fueron a consumir a un olivar cercano hasta donde los siguió la Guardia Civil, alegó que la habían comprado en Ronda (Málaga), pero negó tajantemente habérsela comprado al acusado.
Otro de los presuntos compradores señaló que en la vida había comprado droga, pero que en esa ocasión lo invitó un amigo a consumir. Cuando se estaban preparando para ello en aquel olivar fue cuando hizo acto de presencia la Guardia Civil. Por último, el tercero de los supuestos clientes señaló que nunca le había comprado droga a la persona que se sentaba en el banquillo, sino que uno de los tres lo había comprado en Ronda y no en ese local. "Ni siquiera lo vi en el bar", dijo este testigo refiriéndose al acusado. La que era novia de éste también testificó a su favor diciendo que en el tiempo en el que duró su relación jamás lo había visto consumir sustancias estupefacientes. "Delante de mí no consumía. Nunca me ha ofrecido droga y delante de mí tampoco se la ha ofrecido a otros", aseveró.
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