Hostelería

Sólo uno de cada tres bares del centro ha vuelto a abrir tras el cierre

  • El representante de Horeca: “Ahora hay negocios que pierden más abiertos que cerrados”

Un policía nacional patrulla en motocicleta este viernes la calle Lancería ante una terraza vacía.

Un policía nacional patrulla en motocicleta este viernes la calle Lancería ante una terraza vacía. / Pascual

Francisco Díaz, hostelero que representa a la patronal Horeca en la ciudad, asegura que tras el último cierre de negocios en la ciudad como consecuencia de la pandemia “un 35% de los bares y restaurantes han preferido seguir cerrados tanto por cuestiones económicas como por imposibilidad manifiesta de alcanzar una rentabilidad con las actuales condiciones de aforo y horario”.

Este mes de febrero se está convirtiendo en la 'tormenta perfecta' para la hostelería local, ya que al cierre obligado por la pandemia se han unido otros factores tales como la tradicional cuesta de enero, los temporales de lluvia que no han invitado a salir “así como el miedo que se está dejando sentir entre los jerezanos. Hay muchísimas personas que ni siquiera salen a tomarse el aperitivo que solían porque el disparo de casos en la ciudad, que aunque estén bajando, les ha causado mella”. Todo ello pese a poder abrir de nuevo.

Francisco Díaz insiste en que las actuales condiciones no son las idóneas para el desempeño de la labor hostelera. Como ejemplo pone un restaurante. “Sostener un negocio de estas características trabajando de doce del mediodía a cinco de la tarde, cuando ya debes ir pensando en recoger, es imposible. Tienes que ayudarte con el turno de desayunos pero ni con ellos”.

La situación es tal que “en estos momentos un negocio cuesta menos dinero cerrado que abierto. Es así por duro que sea. Mis hijos, por ejemplo, no han reabierto 'El Mirador del Arenal' porque no les salen las cuentas y así está como he dicho el 35% de la hostelería del centro. Hay profesionales que han abierto sus puertas por compromiso con los clientes y con la profesión, porque consideran que aunque siga cayendo la que está cayendo deben estar abiertos. Pero lo que es indudable -apunta. Es que para dar ese paso debes tener músculo financiero porque los números, desgraciadamente, son los números”.

Otro factor que se añade es la paralización absoluta del turismo, tanto el nacional como el extranjero, viajeros que ayudaban a mantener las ventas en épocas tales como febrero, con el Festival de Jerez, imposible de celebrar por razones obvias en su fechas habituales. “Un compañero me comentaba recientemente que en la mismísima calle Larga no hay desayunos, a excepción de unos pocos establecimientos, y que se palpa que la gente tiene mucho miedo”. “Y es completamente cierto”, continúa el representantes de Horeca quien añade que “otro terrible añadido no es que estemos perdiendo dinero, es que ya llevamos casi un año perdiéndolo. Y así es muy difícil subsistir”.

Igualmente está el hecho de que un bar del centro, a diferencia de los de los barrios y barriadas, necesita de “al menos cinco o seis personas para atender a los clientes. Son sueldos que hay que pagar y con unos pocos cafés y unas pocas comidas las cuentas siguen sin salir”. Ante esta situación, Horeca insiste en que “dados los numerosísimos empleos que dependen de nuestro sector el Estado debe rescatarnos, peor no con créditos sino con ayudas a fondo perdido porque si no es así el hundimiento va a llevar a cientos de miles de personas al desempleo”. Entre las pocas esperanzas se encuentra “que las vacunas nos ayuden a todos a salir de esta pesadilla y nos devuelva a todos la confianza”.

Igualmente denuncia que los propietarios de los locales "siguen pretendiendo cobrar alquileres desmesurados cuando eso ya no es posible".

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