Jerez

La otra batalla del Guadalete

  • El río recupera su aspecto de hace décadas Resuelto el principal escollo con la limpieza del cauce, carreteras y usos del suelo inadecuados son los frentes pendientes

En el año 711, los ejércitos del reino Visigodo de Hispania, capitaneadas por su rey Don Rodrigo, se enfrentaron en el río Guadalete con las tropas bereberes y árabes, al mando de Táriq Ibn Ziyad. La batalla acabó con una aplastante victoria musulmana en lo que fue el inicio del sometimiento de Hispania al Imperio musulmán. Las hordas musulmanas, a partir de ese momento, tardaron poco tiempo en dominar prácticamente toda la Península Ibérica.

Aquella contienda histórica, conocida como 'la batalla del Guadalete', nada tiene que ver con la que se libra en la actualidad contra los desbordamientos que cíclicamente inundan las márgenes del río a su paso por Jerez. Las últimas inundaciones de 2010, que como en anteriores episodios similares causaron graves daños por el largo tiempo que permanecieron las tierras aledañas anegadas, fueron el toque de piedra para que la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente empezara a abordar la solución de un problema, resuelto parcialmente cinco años más tarde con la culminación de la limpieza del cauce, sin apenas capacidad de caja ni de desagüe durante décadas.

Zanjado el principal escollo, la otra batalla del Guadalete, la actual, tiene aún dos frentes abiertos, el de las carreteras que taponan la salida natural del río hacia el mar y el de los usos de los terrenos que ocupan la zona inundable, y cuya solución corresponde al Gobierno central, al andaluz y a la Diputación de Cádiz, en el primero de los casos, y al Ayuntamiento, en el segundo.

La Consejería de Agricultura considera que la supresión de estos obstáculos es "vital" para reducir al mínimo los riesgos colaterales de los desbordamientos del río, que seguirán produciéndose en episodios de grandes avenidas por lluvias torrenciales, pero ninguna de las Administraciones públicas a las que compete ha dado un paso hasta la fecha para resolver estos escollos.

De momento, la delegación provincial de Medio Ambiente ha mantenido encuentros técnicos con la Diputación de Cádiz, titular de la carretera de La Ina, que obstaculiza el paso del agua por la margen izquierda del río (hacia el sur), pero no hay constancia de que se hayan iniciado las gestiones para adoptar una solución. Carreteras del Estado y la Consejería de Fomento también son conscientes del problema que representan los caminos de servicio de la autopista Sevilla-Cádiz y de la autovía Jerez-Los Barrios, bajo titularidad de ambos organismos, pero se desconoce si ni siquiera tienen en proyecto actuar en próximas fechas.

Al Ayuntamiento corresponde la ordenación del territorio dentro del término municipal, en concreto de una actividad empresarial que ocupa la vega de inundación del río. La Consejería de Medio Ambiente asegura tener la solución menos drástica -la drástica sería el deslinde-, que dará a conocer al gobierno local el próximo 2 de octubre durante la presentación del estudio de inundabilidad del río.

A la espera de que los organismos públicos que tienen en su mano la solución adopten medidas, Medio Ambiente seguirá adelante con la limpieza del cauce aguas arriba, eso sí, con la tranquilidad que le reporta haber culminado la restauración del cauce en los 11 kilómetros del Bajo Guadalete que discurren entre La Ina y La Corta (22 kilómetros entre las dos márgenes), los más conflictivos en los casos de inundaciones y en los que se ha disparado la capacidad de desagüe con las actuaciones realizadas.

La intervención en este tramo han concluido en estos días tras una inversión de cerca de un millón de euros y cinco años de trabajos, que se han centrado en dos puntos críticos: el nudo de los puentes de la autopista y de la Cartuja, en los que el cauce presentaba una elevación de dos metros por acumulación de sedimentos, y el puente de La Greduela, sepultado por el agua en más de una ocasión.

La última fase, desarrollada este verano, se ha centrado en los bajos del puente de la autovía A-381, donde se han invertido 42.840 euros para la retirada de 15.300 metros cúbicos de sedimentos acumulados en las márgenes y en el lecho del río. Este verano también se ha actuado sobre cinco kilómetros de la ribera, en los que se han extraído más de tres mil eucaliptos que ocupaban el cauce.

Este verano también se han completado los trabajos de limpieza en el puente de la Cartuja y Arroyo Salado, donde se ha logrado reducir la cota del río en un metro en los días de crecida.

En el caso de La Greduela, la inversión para la mejora de la evacuación de caudales superó los 300.000 euros y el efecto en este tramo con problemas de desbordamiento periódico que afectan a poblaciones y vías de comunicación ha sido lograr un descenso de medio metro en los días de crecida del río.

En los cinco años de intervención, y tras una inversión de 975.926 euros por parte de la Junta, se han retirado unos 100.000 metros cúbicos de sedimentos y unos 30.000 pies de eucaliptos, si bien en los dos últimos ejercicios, esta última tarea ha tenido un coste cero para la Administración gracias a la adjudicación de la madera para su aprovechamiento forestal por parte de una empresa privada. Además, se han plantado 2.680 ejemplares de árboles de ribera autóctonos, básicamente fresnos y álamos blancos.

El grueso de la restauración se realizó en los años 2011 y 2012, justo después de las inundaciones, en los que se invirtieron más de la mitad del presupuesto total (775.000 euros, casi el 80 por ciento del total).

En este periodo, y tras años de retraso, la Junta también finalizó la construcción del azud móvil de El Portal con una inversión total de más de 14 millones de euros, una obra que se considera clave, ya que con la apertura de sus compuertas se reducirán considerablemente los niveles del río aguas arriba en caso de avenidas.

El responsable técnico de la restauración del río, José María Sánchez, explica en este sentido que el anterior azud de labio fijo estaba situado a 2,19 metros sobre el nivel del mar, por lo que con el nuevo sistema de compuertas y con la marea baja, se ganan más de dos metros para dar salida al agua que lleve el río cuando se abran los pantanos por necesidades de regulación.

La intervención de la Consejería de Medio Ambiente en estos cinco años también ha permitido generar empleo, en concreto 3.250 jornales, en muchos casos de mano de obra especializada, ya que Sánchez señala que buena parte son trabajos de riesgo, pues se realizan en un medio húmedo, de ahí que las actuaciones se hayan concentrado fundamentalmente en la época estival para evitar las lluvias.

En los próximos veranos, el responsable técnico de la intervención explica que los trabajos aguas arribas se realizarán dentro del término municipal y en el de Arcos. En Jerez, las actuaciones se centrarán en el puente del Alamillo, donde según los datos en poder de la delegación de Medio Ambiente, el cauce registra una elevación de tres metros por la acumulación de sedimentos.

Los cambios registrados en la cuenca del Guadalete en las últimas cinco décadas responden tanto a la reducción de los caudales por la construcción de cinco grandes embalses (Guadalcacín II, Bornos, Hurones, Zahara y Arcos), como a la mayor erosión por la intensificación de la agricultura y a los vertidos de materiales sólidos al río por la implantación de numerosas canteras de extracción de áridos (hasta un total de 83 en el tramo Arcos-Jerez). Estos tres factores provocaron un aumento del depósito de sedimentos y la invasión del cauce por la vegetación, fundamentalmente el eucalipto, que es una especie invasora. La reducción de la sección útil del cauce reduce la capacidad de desagüe, lo que implica un mayor riesgo de desbordamiento en caso de crecidas extraordinarias.

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