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Jerez

La bodega de los Davies

  • El toque británico de Jerez

  • Una presencia poco estudiada

La comunidad británica residente en Jerez durante el siglo XIX, y primera mitad del XX, tuvo una gran relevancia económica, social, e incluso deportiva, sobresaliendo los nombres vinculados con el comercio de vinos.

De esta importante colonia habría que distinguir los que profesaban la religión protestante, muchos adscritos al anglicanismo, entre los que hay que mencionar a los Williams, Mackenzie, Sutter, Marks, Buck, Noble, Furlong, Wilson, Wisdom, Cooke, etc.

La existencia en la ciudad de una de las primeras capillas de culto protestante construida en España, en el Jerez de 1874, y un cementerio para enterrar a sus muertos, se debe a ellos.

También hubo algunos que, por casamiento, se convirtieron al catolicismo como Ferguson o Ivison. Y católicos como los Gordon, de Escocia, y los originarios de Irlanda, como Garvey, O´Neale y Fitzgerald.

Una presencia poco estudiada, como tampoco las múltiples relaciones que se planteaban en el seno de una sociedad tan conservadora, y profundamente católica como era la jerezana de aquellos tiempos.

Para hacernos una idea, tendremos que recurrir a las cartas que dejó escritas el representante consular americano en la ciudad, William Wirt Wysor, entre los años de 1893 a 1897.

Los Davies son un caso singular.

Esta historia comienza con Richard Davies, un comerciante de vinos británico nacido en 1809, en Funchal (Madeira), aunque otros le hacen nacer en Londres. La cuestión es que en 1839 ya es un influyente propietario de viñas y bodegas de la isla, con su compañía Oliveira&Davies.

La llegada del oidium a la isla , en 1854, y la próxima apertura del canal de Suez, le obligó a buscar nuevos horizontes, mudándose a Jerez, a principios de los años 60, como exportador, almacenista y cosechero. Pronto se hizo de una gran bodega, en la calle Nuño de Caña.

Además de las bodegas de Jerez, con cabida para 3.000 botas, poseía intereses en Sanlúcar, arrendando a los Infantes duques de Montpensier la viña de Torre Breva.

En 1865 ya lo vemos instalado en el nº 6 de la calle Francos, muy cerca, en el nº 12 vivía otro conocido bodeguero, y su amigo, Manuel María González Ángel, casa a la que se mudaría Davies un año después.

Richard Davies estaba casado con Mary Anne Hobson (nacida en Funchal en 1814), que le daría nueve hijos, entre niños y niñas, algunos de los cuales fallecieron a corta edad.

Edith casó con Mathew Clark, de Inglaterra y relacionado con el comercio de vinos y licores, Evelyn lo hizo en tres ocasiones, y siempre con vinateros.

Sidney Ada, que tuvo como pretendiente a Pedro Nolasco González, casaría a su vez con Williamd Acland Cockerell. Florence quedaría soltera, y murió joven.

Cuando falleció en Cádiz, el 2 de octubre de 1870, su hijo Richard Henry Davies, que había nacido en Baltimore (Estados Unidos), el 11 de mayo de 1840, se haría cargo del negocio de Jerez, y su hermano, Oliveira (1843-1880), tomaría la rienda de los intereses familiares en Madeira.

El negocio del vino vivía un gran momento, y Richard Henry Davies lo supo aprovechar ampliando la compañía. La nueva familia adquiriría una gran mansión, sita en la calle Porvera nº 3.

Fue un claro representante del inglés rico afincado en la ciudad, promotor de importantes iniciativas deportivas, las conocidas como 'gentlemen sports', sobre todo las relacionadas con el caballo, su otra gran pasión. Fundador del Jockey Club, considerado el primero que se creó en España, y del Xerez Polo Club.

Sus caballos corrían con los colores distintivos de bandas negras y oro, obteniendo importantes premios, entre los que destacan los conseguidos en las carreras de la inauguración del hipódromo de la Castellana, en Madrid. Momento que quedó recogido por el artista Daniel Perea en La Ilustración Española y Americana, del 8 de febrero de 1878.

Famosos fueron algunos de sus caballos: Picador, Il barbiere, Trovador o Marmion. Pero en 1883 se deshicieron de las cuadras.

Igualmente, fue miembro fundador del Jerez Cricket Club (1864).

En la necrológica que le dedicó el diario El Guadalete se pudo leer: "A su actividad y constancia se debe el arraigo en Andalucía y tal vez en España de las carreras de caballos".

En 1861contrajo matrimonio con Clara Penfold, originaria de Funchal, donde nació el 1 noviembre de 1839. De esta unión nacería tres hijas, y un hijo, Henry Seymour Davies. Yola (1865), la mayor, casó, en 1891, con Buenaventura Misa Busheroy, 2º marqués de Misa y 2º conde Bayona.

Ethel/Estrella (familiarmente llamada Nin), lo haría en Jerez, en 1886, con Robert Williams Byass, ambos se conocieron en Jerez en 1884, durante la convalecencia de éste a causa de un accidente.

Robert William Byass era hijo de Robert Nicholl Byass (1834-1928), y nieto de Robert Blake Byass, vinculados como socios a la firma González-Byass. La boda se celebró primero el 8 de mayo de 1886 en el consulado británico de Madrid, y dos días más tarde, en ceremonia religiosa, en Jerez. De este matrimonio nacería su hijo, Reginald Cyril Byass (1887-1960), que sería director de las oficinas londinenses de la casa González-Byass.

La pequeña, Dagmar (17 de enero de 1872-1896), murió soltera.

Fue vicecónsul británico en Jerez, desde el 15 de octubre de 1887 hasta su fallecimiento en 1891.

Por su parte, el Gobierno de los Estados Unidos, del que era también vicecónsul, le reconocería por su eficaz intervención en la atención recibida por los científicos y astrónomos americanos desplazados a la ciudad para cubrir el eclipse total de sol que tuvo lugar el 22 de diciembre de 1871, instalándose la base en su finca el Olivar de Buena Vista.

Él fallecería en Jerez el 17 diciembre de 1891. Su mujer, Clara, le sobrevivió hasta el 13 de septiembre de 1828, muriendo en el nº 4 de la Plaza San Juan.

Habría que resaltar que uno de sus hombres de confianza sería el jerezano Rafael Soto Flores, al que le unía una gran amistad.

Con Henry Seymour Davies, que se le conocía como 'Don Simo', llegaría la decadencia de la firma. Nació en Jerez, 10 de marzo de 1869, recibiendo una exquisita educación en Eaton. A su vuelta de Inglaterra entraría a formar parte de la firma.

Su padre se opuso a su boda con Ada Cox, gobernanta de la familia Williams, por lo que la pareja se trasladó al Puerto de Santa María. Allí creó su propio negocio de exportación de vinos, adquiriendo, en 1900, los locales que fueron de Abarzuza y Cia.

De este matrimonio nacería un único hijo, Richard Henry (1893), que fallecería el 29 de julio de 1916 durante la batalla del Somme, en la Primera Guerra Mundial, sirviendo con el grado de capitán.

Esta pérdida afectó a su padre, que dejó de interesarse por la empresa.

Al fallecer su padre, Richard Henry Davies, en 1891, se hace cargo del negocio su viuda, pero en diciembre de 1897 transfiere los negocios a su hijo, uniendo los del padre y el suyo bajo el nombre primitivo de Richard Davies.

Algún tiempo después, su cuñado, el marqués de Misa, le cede su bodega, siendo gerente de ambas. Responsabilidad que mantuvo hasta 1920.

Las bodegas de Misa fueron vendidas al Marqués del Mérito, al igual sus propias marcas, extinguiéndose con el paso del tiempo.

Algunas de sus marcas fueron: Amontillado La Novia, Finos y Manzanillas de Torre Breva, y un vino muy viejo de Don Miguel Viton solera.

Al igual que su padre, llegaría a ostentar diversas representaciones consulares, como el viceconsulado de Gran Bretaña, desde el 2 de enero de 1892 hasta el 15 de octubre de 1900, además de los de Estados Unidos, Austria-Hungría, Rusia, y el consulado de Portugal.

De él heredó el interés por las actividades deportivas, llegando a ser director de Lawn Tennis Club de Jerez.

Con su muerte, que tuvo lugar en esta ciudad, el 5 de marzo de 1950, en su casa de la Plaza San Juan, desaparecía toda una institución, y una forma de vivir. Padre e hijo fueron enterrados en el cementerio civil, y su restos pasarían a una fosa común cuando éste fue clausurado.

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