Elegante y discreto. Cardenal Mendoza luce nueva imagen tras un proceso de renovación iniciado en julio del año pasado en sus principales mercados de exportación y que se extendió en abril de este año al mercado nacional, donde ya puede encontrarse la nueva presentación de este afamado Brandy de Jerez y buque insignia de Sánchez Romate.

Clásico y moderno. El nuevo traje de Cardenal Mendoza aporta un toque de modernidad sin estridencias y sin renunciar a su imagen original, en una prolongación de la adaptación de la marca a los cambios de tendencias y exigencias del consumidor.

La nueva imagen de la botella y su estuche llega veinte años después de la última renovación y representa "una mirada al futuro sin olvidar sus raíces", señala Francisco Javier Requejo, consejero delegado de la firma bodeguera jerezana, quien puntualiza que "los tiempos mandan y tocaba una actualización, aunque sin romper con el corte tradicional del producto y de sus consumidores".

Sánchez Romate contrató los servicios del estudio parisino de diseño Appartament 103, responsable entre otros del packaging de renombradas marcas como el Cognac Hennessy o el Champagne Moët Chandon. "Todo un reto por tratarse de una etiqueta tan gótica como la de Cardenal Mendoza en la que había que mantener la esencia", detalla Requejo, no sin subrayar que el resultado, en línea con el revival de lo vintage, está teniendo gran aceptación en Estados Unidos y Alemania, pero también en mercados más tradicionales como Italia y España.

El antes y el después de Cardenal Mendoza.

"El feedback está siendo magnífico y, sobre todo, gusta la incorporación del estuche claro en tonos crema en lugar del negro", que ha acompañado a la marca durante las últimas dos décadas y que "rompe con los colores oscuros que predominan en los grandes lineales en esta categoría de bebidas".

El respeto a la imagen de la marca se plasma en el nuevo diseño, objetivo que casa con el de lograr que los consumidores se identifiquen con el cambio. Para ello se ha potenciado los valores y símbolos que identifican a Cardenal Mendoza. La etiqueta gana en colorido y claridad consiguiéndose una imagen actual y renovada, mientras que el fondo crema del estuche lo hace más distinguido.

"Es elegante, colorista y muy francés", prosigue el consejero delegado de Sánchez Romate, quien destaca que diseño contribuye a darle más vida al producto, que recupera la botella transparente original, sin pie de elefante, e incorpora una etiqueta más cuadrada y con márgenes blancos que resaltan los colores de la marca y le aportan brillo.

El lanzamiento de la nueva presentación coincidió con la crisis del covid, un año muy complicado para el sector, sobre todo en España, donde hay más dependencia del canal Horeca, afectado por los cierres. “El año 2020 se prevía malo antes incluso de la pandemia, pero a fecha de hoy, ya estamos incluso por encima de los resultados de 2019”, significa Requejo. La renovación de Cardenal Mendoza está contribuyendo a la "remontada sustancial" de la bodega, para la que la nueva presentación de la marca creada en 1887 aúna el pasado, presente y futuro de un Brandy de Jerez del que disfrutan en más de 55 países.