Artistas de Jerez

Borja Luque: La fuerza elemental de la fotografía

Borja Luque.

Borja Luque.

Borja Luque es fotógrafo de raza, de aquellos curtidos en mil batallas a la búsqueda de realidades que desenmascaren situaciones de un mundo con demasiados desajustes o que ilustren desarrollos existentes en un entorno lleno de matices. No es fotógrafo de mínimos, ni de simples especializaciones; es artista con gran sentido de la medida plástica pero, también, de efectos emocionales de los que producen esas circunstancias descarnadas que circunda una sociedad muy a contra estilo.

En su justa y madura carrera, todavía bajo los postulados de una juventud bien acondicionada para seguir por derroteros de verdadero compromiso con lo artístico, lo social y sus circunstancias, está en vías de un trabajo sensato, sin estridencias y con los parámetros fotográficos bien dispuestos y mejor ajustados. No está en esto por modas ni asunciones a lo que dictaba esa realidad artística espuria que subió, de la noche a la mañana y sin criterio alguno, a unos advenedizos sin nada tras la cámara, a unos estamentos que no les correspondían ni para los que estaban preparados. Borja Luque es fotógrafo de conciencia fotográfica, que es tanto como decir que no está afectado por una efímera modernidad ni por unos esquemas predeterminados.

Una fotografía de Borja Luque. Una fotografía de Borja Luque.

Una fotografía de Borja Luque.

Nació en Jerez y su carrera artística está sustentada por unos compromisos que no se mantenían sólo en los meros ejercicios de una profesión condicionada por lo cercano, conocido y excesivamente trillado. Desde muy pronto supo que su territorio artístico era más extenso y debía abarcar escenarios de todo el mundo. Viajó por varios países remotos, allí donde existía un solar virgen para mostrar sus lados menos conocidos. En tales espacios descubrió nuevas realidades y las supo captar sin apasionamiento emocional pero con entusiasmo artístico. Además, enseñó fotografía donde ésta era desconocida. Supo valorar lo que veía como circunstancias privilegiadas para ser elementos de una fotografía que posibilitaba los mejores encuadres artísticos pero, también, mostraba los episodios existenciales de un universo puro, con muchos encuadres, no siempre descubridores de bellezas excelsas sino manifestaciones de unas situaciones que dejaban al descubierto muchas máculas sociales.

La carrera fotográfica de Borja Luque es amplia; comenzó pronto. Con veintitrés años ya asumió que la fotografía sería su destino. Trabajó como fotógrafo de agencias, periódicos y revistas de prestigio nacional e internacional – Bussiness Week, Wall Street Journal, ABC, Marca, Hola… -. También ha puesto imagen a asuntos de importantes y conocidas empresas e instituciones – Vodafone, Bulgari, Holcin España, Oller Fotoartística S.L. -, estando muy presente en el universo bodeguero – Consejos Reguladores del Brandy y del Vino de Jerez, González Byass, Sánchez Romate, Bodegas Tradición, Migeul Domecq o Entrechuelos, entre otras -.

Fue fotógrafo oficial de los Juegos Ecuestres celebrados en Jerez en el año 2002. En el 2014 se le encargó la fotografía para un libro sobre el vino de Jerez editado por la empresa japonesa Spectrum Comunications y el Sherry Club de Tokio. Además el interés social de Borja Luque por los más desfavorecidos se constata en sus viajes por todo el mundo, sobre todo la India, Camboya y Uganda en donde su participación en ayuda humanitaria se ha completado con la enseñanza de la fotografía a niños víctimas de las guerras civiles en países con conflictos casi eternos, consiguiendo con ello paliar el dolor y permitir que se acerquen a unos medios que atemperen la tragedia y la marginación social. Por todo ello y por significativas acciones en el mundo de la fotografía tanto comercial y de eventos como artística, la obra de Borja Luque no pasa desapercibida y es un fotógrafo con quien contar en un universo donde muchos son los que quieren y muy pocos los que, al final, consiguen posicionarse.

La realidad fotográfica de este autor es tremendamente amplia y no se detiene en meros establecimientos estancos. Es fotógrafo, por tanto, de muchos contrastes, sirviéndose del medio para organizar sistemas interpretativos donde la realidad, en sus infinitas formas y maneras, encuentra acomodo con una clara dimensión artística.

La obra de Borja Luque potencia la representación de los modelos, de los elementos fotografiados o de los acontecimientos que retrata, dejando que el mero ejercicio fotográfico no se quede en un simple sistema de captación sino que, además, provoque su más expectante sentido artístico. El artista concede, en todo momento y en todas las circunstancias, un formato de amplia formulación plástica. Tanto valor estético tiene en su fotografía una simple botella de viejo brandy que un acontecimiento social o la visión inquietante de un paisaje de la India. El autor acentúa el proceso fotográfico en toda su dimensión, buscando no sólo la simple materialidad de la escena que se obtiene sino que deja constancia de las amplias ofertas representativas que tienen la imagen y su poder visual.

En este mundo de la fotografía en el que los desarrollos y desenlaces no han estado siempre muy a favor de su importancia como suprema realidad artística, la presencia de la fotografía de Borja Luque viene a testimoniar cómo el arte siempre tiene un lado esencial y una posición de máximos a los que sólo hay que dejar constancia de lo que es verdad. Borja Luque es fotógrafo de suma conciencia artística; fotógrafo que goza con el proceso artístico y que asume la realidad de un arte que surge expectante en cualquier situación. Sólo hay que saber verlo y hacerlo con criterio y verdad.

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