Jerez

El boxeador que causó heridas graves a un menor sólo responde a su abogado

El forense lo dice claro en su informe: el menor de 15 años que resultó herido mientras 'hacía guantes' en un gimnasio de la ciudad necesitó de cien días para su recuperación, de los que diecisiete de los mismos los pasó ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos. El menor, que sufrió graves lesiones por parte de un peso welter federado en un gimnasio jerezano, ya hace semanas que está fuera de peligro. Su agresor, el hombre que le causó heridas graves en el bazo, declaró recientemente ante la autoridad judicial. Según aseguró a este medio la defensa del menor, el boxeador Manuel P. no quiso responder a pregunta alguna que no partiera de la boca de su abogado y según puso saber este medio, vino a decir que no recordó haber golpeado al menor en la zona del tórax ni que éste le pidiera que cesara en su ataque. Sobre él pesa una petición por parte de la defensa del joven para que se le considere autor penalmente responsable de un delito de lesiones graves.

La abogada del menor, la letrada jerezana Inmaculada Rodríguez, quiere que Antonio N., propietario del gimnasio, también sea imputado, algo que determinará el juez a petición de las partes una vez cierre la instrucción del caso.

Según mantiene la abogada, el dueño del gimnasio permitió que el menor de 15 años se subiera al cuadrilátero sin tener permiso alguno firmado por sus progenitores. "En este caso -apuntó la letrada- hemos estado mirando hasta los reglamentos de este deporte y hemos averiguado que dos boxeadores de pesos distintos no pueden pelear ni hacer guantes". Será a finales del próximo mes de agosto cuando el dueño del gimnasio deba declarar ante el juzgado. Otro asunto que la abogada del afectado sostiene es que "deseamos saber el contrato que facultaba a este señor a utilizar las referidas instalaciones, así como si tiene capacidad y titulación para ejercer dentro de un gimnasio boxístico". La letrada sostiene que los puños de un púgil federado "no son como los de cualquiera, tienen el tratamiento de arma blanca cuando se usan fuera de una pelea". Igualmente, entiende que se cometieron una serie de irregularidades importantes. La primera y más grave: permitir subir a un ring a un menor de edad, de otro lado que se le ponga enfrente a un boxeador federado y por último que no se cubrieran las cabezas del púgil y su sparring o que tampoco utilizaran protecciones pectorales.

El resultado de aquel encuentro sobre el cuadrilátero es harto conocido: el menor acabó con el bazo perforado e ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital.

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