El brandy se verá favorecido si Filipinas cierra su reforma fiscal

Las bodegas de Jerez han comenzado una ofensiva en Filipinas con el objetivo a medio plazo de aumentar significativamente las ventas de brandy en este mercado, el segundo en importancia para el espirituoso jerezano, ya que consume del orden de 10 millones de botellas anuales.

Hace unos días, una misión del Marco compuesta por Evaristo Babé, Ricardo Rebuelta, Bosco Torremocha y ejecutivos de dos de las bodegas con más intereses en dicho mercado (Beam Global y Williams & Humbert) desarrollaron una apretadísima agenda en Manila, con contactos al más alto nivel tanto con la Embajada española como con el Gobierno y Parlamento filipinos.

El brandy de Jerez quiere que Filipinas ponga fin a la importante discriminación fiscal interna que viene aplicando para el alcohol de importación. Hay que tener en cuenta que una botella de espirituoso importado (da igual que sea brandy que whisky u otro similar) paga entre un 1.000 y un 4.000 por ciento más que una botella producida en el país (y que el brandy de Jerez es el principal espirituoso que importa Filipinas, probablemente por la herencia española). Este desfase se produce en el pago de los impuestos especiales (los aranceles, que también existen, no son especialmente gravosos, andan sobre el 10%). El secretario del Consejo Regulador del Brandy, Ricardo Rebuelta, ha diseñado una estrategia que aúna la desaparición de la discriminación fiscal que reclama el brandy de Jerez y, de otra, satisface un 'principio' inalienable que mantiene el gobierno filipino, como el de mantener los ingresos, a través del establecimiento de un único impuesto de manera progresiva.

La propuesta, que ya fue formulada por el sector hace unos meses al ministro de Finanzas filipino, Margarito Teves, durante una visita que realizó a Madrid, ha sido echa suya en líneas generales por su ministerio, pero aún no se ha llevado a cabo la reforma legal necesaria, ya que se trata de un tema que tiene que pasar por el Parlamento. Ahí es precisamente donde hay que circunscribir la misión realizada por el Marco de Jerez: tratar de desatacar este asunto con el establecimiento de contactos al máximo nivel. Evaristo Babé y los demás componentes de la misión se reunieron en Manila con el propio ministro Margarito Teves; con el presidente del Congreso, Próspero Nograles y con el senador Pánfilo Lacson, entre otros, reuniones en las que contaron con el apoyo del embajador español, Luis Arias, "buen conocedor del problema y absolutamente comprometido con la causa del brandy de Jerez", se afirma desde el sector. No en vano, hay que tener en cuenta que el brandy de Jerez supone aproximadamente el 12% del total de las exportaciones españolas a Filipinas.

La valoración que se hace de la misión es muy positiva, ya que Teves sigue siendo receptivo a la unificación de los impuestos y se han establecido importantes contactos con las otras autoridades que hacen pensar en que el tema salga definitivamente adelante, aunque se va a seguir trabajando para que cuaje. En la estrategia que está llevando a cabo el sector se considera fundamental un contacto al máximo nivel, que sería una gestión del presidente José Luis Rodríguez Zapatero ante su homóloga filipina, Gloria Macapagal Arroyo. En este sentido se ha comenzado a trabajar con la mediación de la diputada Mamen Sánchez.

También se está actuando en el seno de la Unión Europea. Así, el pasado día 14 se ha requerido formalmente a la Comisión para que solicite ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) que establezca un 'panel' (es el nombre técnico que se utiliza para la petición de sanciones) contra Filipinas por tener un régimen fiscal interno que no facilita la libre competencia al gravar sobremanera los productos importados frente a los nacionales en el sector de las bebidas espirituosas.