Jerez

El 'brandy' se resiste a no ser brandy

  • Las marcas que abandonaron el Consejo buscan ahora su apoyo para que Bruselas autorice su elaboración sin vino al 100% y bajar de 36 grado El pleno del brandy elude pronunciarse

Veterano, Soberano y cuantos brandies soleras renunciaron a la denominación de origen para convertirse en bebidas espirituosas por debajo de 36 grados de alcohol y sin necesidad de elaborarse con alcohol de vino han visto cerrada la puerta, de momento, a su pretensión de volver a incluir el término brandy en su etiqueta.

El pleno del Consejo Regulador del Brandy de Jerez eludió en su sesión plenaria del pasado jueves abordar la propuesta abanderada por Osborne, la primera bodega que dio el paso de convertir al brandy Veterano en bebida espirituosa a secas, para recabar el apoyo de la institución jerezana en su pretensión de volver a utilizar el término brandy. En concreto, la propuesta persigue que el Consejo Regulador se sume al lobby de bebidas espirituosas que reclama la modificación del reglamento comunitario para que productos elaborados con alcoholes de origen agrícola distintos al vino, en particular la melaza, con la que ya se elaboran algunas de las marcas de solera que abandonaron la disciplina del Consejo Regulador, se definan como brandy.

En otras palabras, el lobby, del que también forma parte en España la empresa catalana Torres, quiere cambiar las reglas del juego europeas para que se autorice una categoría nueva de brandy elaborado a partir de una mezcla de al menos el 51% de destilados de vino y el 49 de otros alcoholes para abaratar así los costes de elaboración, que en los últimos años se han disparado por el encarecimiento en hasta un 400% de la materia prima, según fuentes del sector.

Y para ello, la pretensión es sumar el apoyo del Consejo Regulador y Fedejerez, para que a su vez presionen a la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE) y al Gobierno central a fin de que defiendan en Bruselas la propuesta de modificación.

El reglamento comunitario define el brandy como la bebida espirituosa que procede al 100% de la destilación de vino y que tiene una graduación alcohólica mínima de 36 grados, requisitos que parte de la industria vitícola europea, en particular de Francia, quiere relajar con la incorporación del uso otros destilados de origen agrícola y la reducción de la graduación a 30 grados.

La propuesta cuenta con no pocos detractores, entre ellos las bodegas de Jerez que optaron por mantener dentro de la Denominación de Origen sus brandies solera, la categoría en la que se registraron las bajas de muchas de las principales marcas del espirituoso jerezano. Junto a la enorme dificultad que implica modificar un reglamento comunitario, fuentes del Consejo Regulador subrayan que hay otras bodegas representadas en el pleno que no están de acuerdo con la propuesta ya que puede inducir a confusión al consumidor.

De hecho, las bodegas contrarias a los cambios en el uso del término brandy denuncian que las marcas que han dejado de serlo para convertirse en bebidas espirituosas ya juegan a la confusión al no haber variado sus etiquetas, en las que únicamente se ha suprimido el término brandy. las mismas bodegas se quejan de que tampoco se han adoptado medidas en los lineales de los puntos de venta, donde aparecen mezclados brandies con bebidas espirituosas que no lo son y sin ningún tipo de información aclaratoria para el consumidor.

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