50 aniversario del 'pleito del sherry'

Del 'british sherry' al 'american sherry'

  • EEUU es el principal peligro para la defensa del origen de los grandes vinos europeos. El Consejo analiza los principales retos para el jerez.

De izquierda a derecha, César Saldaña, Charles Goemaere, David Sills, Beltrán Domecq y Juan Luis Bretón, ayer en la bodega de San Ginés en el acto conmemorativo de los 50 años del 'sherry case'.

De izquierda a derecha, César Saldaña, Charles Goemaere, David Sills, Beltrán Domecq y Juan Luis Bretón, ayer en la bodega de San Ginés en el acto conmemorativo de los 50 años del 'sherry case'. / vanesa lobo

David Sills participó activamente en el conocido como el 'pleito del sherry' o 'sherry case' como pasante del bufete que defendió los intereses de los principales bodegueros jerezanos en los años sesenta frente a los elaboradores en Reino Unido del 'british sherry'. Charles Goemaere es un gran conocedor de las dificultades a las que se enfrentan las denominaciones de origen europeas en la protección del nombre y el origen en todo el mundo como máximo responsable de la defensa de Champagne. Ambos fueron ayer los invitados de excepción a la mesa redonda sobre 'La defensa de la identidad. Garantía de origen' con la que el Consejo Regulador abrió ayer los actos del 50 aniversario de la promulgación de la sentencia del histórico proceso, cuyos efectos tardaron en materializarse, pero que marcó un antes y un después en la lucha del Consejo Regulador para la protección de la Denominación de Origen.

Junto a ellos, la mesa redonda contó con la participación del ex director de Fedejerez, Juan Luis Bretón, y el director del Consejo Regulador, César Saldaña, quienes alimentaron el debate con sus impresiones y opiniones sobre el 'sherry case' y sobre la situación actual de la protección de la Denominación del jerez en el mundo, labor en la que cuenta con Champagne como uno de sus grandes aliados.

Pese a que los efectos del 'sherry case' tardaron en materializarse de forma satisfactoria para los intereses de los bodegueros jerezanos, aquel proceso abrió la puerta a las acciones de defensa emprendidas con posterioridad por el jerez. En palabras de Saldaña, fue la primera victoria en la larga batalla que aún perdura y que tiene muchos frentes abiertos en la actualidad, el principal, el de Estados Unidos, el gran reto para las más valiosas denominaciones de origen europeas que sufren la competencia desleal de productores locales con el beneplácito de las autoridades americanas.

Sólo una de cada ocho botellas de sherry vendidas en Estados Unidos en la actualidad es originaria de Jerez, que tiene en el 'californian sherry', del que se comercializan anualmente 1,3 millones de cajas de nueve litros, a su principal enemigo, indicó César Saldaña.

En el año 2006, la UE y EEUU firmaron el Wine Accord, que nació cojo, ya que las autoridades de aquel país se comprometieron a proteger las DDOO europeas a excepción de los 17 vinos considerados semigenéricos, entre ellos Jerez, Champagne, Porto, Chablis..., lo que permitía a la industria local americana seguir elaborando sucedáneos de estos vinos.

Tras el fracaso del Wine Accord, en el que estaba previsto una segunda ronda que nunca se llegó a celebrar, se abrió una nueva puerta con el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), con también se fue al traste tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de EEUU.

A partir de entonces, las tres denominaciones de origen históricas europeas, Jerez, Champagne y Oporto, cogieron las riendas para crear una coalición para la protección del origen a la que se unieron las principales regiones vinícolas norteamericanas -Nappa Valley, Sonoma...-. La alianza nació con ocho miembros y cuenta ya con 23 regiones de vinos de calidad adscritas y su mensaje hace hincapié en que las DDOO no sólo protegen el origen de los vinos, sino que también es un buen sistema para proteger a los consumidores.

César Saldaña y Charles Goemaere han compartido muchas de las acciones llevadas a cabo por esta gran coalición del vino, entre otros motivos porque a Jerez y Champagne les unen tanto su voluntad de proteger el nombre, el origen y la identidad de sus vinos, como otros lazos históricos que tienen que ver con el parecido de sus tierras albarizas, su cultura...

Según el máximo responsable de la defensa del espumoso francés en los mercados internacionales, si en el mundo del vino hay fraternidad, aún la hay más entre Jerez y Champagne. Y ese espíritu fraternal, del que también participa Oporto, es contagioso, pues sus redes se extienden por todo el mundo, donde el trabajo de la UE y de las DDOO ha permitido poner ya fin a muchos sucedáneos en multitud de países, aunque aún queden algunos que se resisten.

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