El caballo en el Museo
La Feria de Jerez, conocida como Feria del Caballo, dará comienzo en menos de una semana. Desde sus orígenes medievales como feria de ganado, ha ido evolucionando hasta la que hoy conocemos, y lo seguirá haciendo. Consecuencia de esa evolución es la fijación, con mayor o menor grado de autenticidad, de una serie de símbolos que la identifican, entre otros: El caballo, el vino –de Jerez, por supuesto-, las sevillanas y el flamenco-, los trajes de flamenca o de faralaes, los ramos de claveles… Hoy proponemos una serie de piezas que de una forma u otra podemos relacionar con uno de esos símbolos de nuestra fiesta mayor, aunque en su origen la mayoría nada tuvieran que ver con ella, pero estamos seguros de que ustedes sabrán perdonar el atrevimiento y, si se animan, hasta podrán venir a verlas al museo, antes de ir al real.
Nos referimos al caballo, símbolo máximo, presente incluso en su nombre.
En planta baja, en la sala de Prehistoria, contamos con la reproducción de la primera representación gráfica en el término municipal de Jerez de este noble animal, el dibujo de un caballo que existió hace 18.000 años, durante el periodo Solutrense, en el Paleolítico Superior.
En la sala VII, donde se reproduce una vivienda andalusí, encontramos un pequeño silbato de juguete con forma de caballito, del siglo XIII, procedente del Alcázar.
En la sala de la Edad Moderna correspondiente a los siglos XVII y XVIII tenemos dos representaciones de caballos, uno montado por un jinete mientras se aleja de espaldas, del siglo XVII y probablemente procedente de un taller de Delft; y otro representado en una bella jofaina o zafa para lavarse las manos y cara, realizada en un taller de Triana (Sevilla), donde podemos apreciar un unicornio en azul, de clara influencia holandesa.
Y por último, es obligatorio hacer alusión a los carteles de feria (“Fiestas de la Primavera”) de Teodoro Miciano y Francisco Lorente, a los que ya nos referimos en mayo de 2022, pero que es necesario mencionar, pues se nos muestra en el de Lorente, correspondiente a las Fiestas de Primavera de 1929, una típica estampa con caballo que seguramente podrán ver en el real: montado a la grupa de un ejemplar enjaezado, un jinete vestido de corto con sombrero de ala ancha saluda al respetable. Salud y buena feria.
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