"O esto cambia, o vamos camino de una catástrofe aún mayor"
Norberto Ortiz Osborne. Artista y empresario
Tras el éxito de sus vinos de la Rioja, ha levantado la compañía 'Bertín Osborne Alimentación' · "Sin la crisis, hubiera facturado el doble de los beneficios"
-Estoy todos los días igual, macho. Este mes es el peor para nosotros. Aquí trabajamos todos los días, es un sin vivir, pero bueno...
- ¿Cómo surge 'Bertín Osborne Alimentación'?
- Tengo una bodega en Ollauri desde hace unos años. Me he volcado en el vino desde hace unos cinco años, pero ahora he aparcado un poco el negocio del vino porque el proyecto es más ambicioso; hemos hecho una compañía de alimentación, en el que incluimos gazpacho, aceite, caldo y ahora sacaremos más productos . Tenemos además bebidas sin alcohol, hemos sacado ahora unos espumosos sin alcohol y una bebida para niños muy divertida, con una botella parecida al champán, pero es un zumo de frutas con gas, propio para estas fechas, y después tenemos el vino de Rioja, que estamos haciendo una reestructuración absoluta porque nosotros no vendíamos en grandes superficies y ahora mismo donde estamos más presentes es la alimentación en estos establecimientos. Por tanto, ahora mismo, lo del vino lo tenemos en la cola. Estamos dedicándonos al resto de esos productos que nos están suponiendo una venta más masiva y que nos está dando una repercusión más importante.
- Todo comenzó con el vino.
- Cuando pensé en el futuro, a los treinta años, en un mundo que no era el mío, pensé en el vino porque, por lógica, es lo que hice antes de empezar a cantar, porque era un mundo que más o menos conozco, porque por tradición familiar empecé con esto, pero a medida que pasó el tiempo creo que he hecho bien en ampliar todos los productos y las referencias, y ahora mismo tenemos una empresa de alimentación que, en sólo un año, hemos facturado más de seis millones de euros, en medio de una crisis brutal.
- ¿A usted no le afecta la crisis?
- Es que yo, probablemente, podría haber facturado el doble. Pero para mí eso del comienzo espectacular, y me lo han dicho expertos en estos asuntos que me conocen, profesionales de muchos años, que es un caso francamente insólito. Que el primer año no sólo haya pérdidas sino beneficios, aunque sean pequeños, hay que poner mucho más de lo que recibes. Sobre todo, porque la idea mía fundamental es que esta empresa sea el medio de financiación de la Fundación Bertín Osborne, que para mí es el más bonito de todos, porque trato de ayudar a muchas familias con niños con lesión cerebral.
- Aquí andamos muy achuchados.. ¿No pensó en invertir en el jerez?
-Yo trabajé en Palomino & Vergara. Y me da muchísima lástima cómo está el vino de Jerez. Creo que las cosas se han hecho muy mal, hace muchos años. Primero nos pasó por encima la manzanilla, después se perdió el brandy en los resturantes con los tubitos y los pacharanes y al final no le hemos dado valor a algo extraordinario e irrepetible que tenemos. Ahora, la pelea que hay que hacer con el vino de Jerez es bestial. Empecé solo con esto y no me sentía con ganas de que, con la gran cantidad de cosas que tengo, me metiera con un vino cuyo techo no estuviera mucho más arriba, cuya repercusión mundial es mayor ahora mismo y cuyas posibilidades de venta son también mayores.
- Pero profesional y sentimentalmente usted debe mucho a Jerez.
- Eso es así, realmente. Tengo un amigo que, hace muchos años, me dijo una frase muy curiosa: 'A ti te encantaría que la matrícula de tu coche pusiera no la 'M' de Madrid sino la 'J' de Jerez'. Y la verdad es que tenía razón. Donde voy, llevo a Jerez por delante.
- Y, por si fuera poco, ya es el protagonista, este año, de la fiesta de los 'Jerezanos en la Diáspora'.
- Al principio, discutí muchísimo, dije que no. No me parecía razonable que a un tío que ha nacido en Madrid le dieran esa distinción. Porque además yo he ido muchos años a esas comidas, han estado mis amigos de la infancia y parientes, pero me pareció un poco pretencioso presentarme allí como galardonado. Por tanto, no quería. Pero Manolo Fernández, una institución en Jerez, me insistió muchísimo diciéndome que todos sabían que no había nacido en Jerez, pero que les daba igual, que el acuerdo fue por unanimidad y que querían que yo lo recibiera. Entonces sí. Hombre, yo no soy de Jerez, pero como si lo fuera.
- ¿Y este panorama de desempleo y pobreza?
- Esto es una tragedia nacional, que ojalá puedan reconducir, aunque yo tengo serias dudas de que puedan hacerlo ahora, porque la situación que se ha planteado ahora nos va a llevar a una catástrofe todavía mayor. Creo que esto debe dar un vuelco. Aquí no hay tendencias políticas, ni aficiones, sino que es un caso de supervivencia. En este caso, y te lo digo con mayúsculas, en este caso, no estoy hablando de políticas, hablo de casos claros puros y duros de supervivencia. Y, entonces, si hay un equipo de gente que ha demostrado que no puede o no sabe hacerlo, lo único sensato y razonable es cambiar. Porque en este caso no estamos hablando de preferencias del corazón, sino puro y duramente de supervivencia.
-Hace días, el escritor Leopoldo Abadía decía que "no hemos aprendido nada de la crisis".
- Somos un país que nos tomamos todo muy alegremente, que todo lo hacemos por su lado positivo, que es fantástico también; yo lo hago también en mi vida personal. Pero hay momentos que uno tiene que pararse seriamente hacia delante y decir: 'Bueno, esto es una catástrofe. Esto tiene que cambiar'. Y si los que están no saben, hay que poner a otros. Los que sean. Urgentemente, y no hablo de ninguno. En ello va el futuro del país y de nuestros hijos y, como sigamos así, de nuestros nietos.
- Eso mismo: ¿Qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos?
- Pues mira, la verdad, yo estoy horrorizado con este tema. En España en particular, me da muchísimo miedo de que la gente joven esté perdiendo los valores. Yo estoy siempre en contacto con la calle, constantemente. Mañana por ejemplo, canto en Alicante, pasado mañana en Gerona, hago conciertos constantemente, por tanto palpo todo lo que pasa y luego en televisión ni te cuento. Entonces, a mí me preocupan muchísimos chavales de catorce, quince y dieciséis años, menores de edad en su mayoría, que denotan una pérdida de valores y de buenas costumbres entre comillas que me están dejando asombrado. Que ocurran casos, por ejemplo, como en la univerdidad de Barcelona, en la que los alumnos que quieran ir a la capilla hayan de ir escoltados por la policía, me parece una barbaridad de tal calibre que no sé cómo calificarla. Entonces, creo que aquí nos estamos volviendo un poco locos. Creo que en los últimos años ha habido una pérdida bestial de valores en este país que además no hacían daño a nadie, que, probablemente, hacían que nos sintiéramos mejor y en algunos casos, que nos comportáramos mejor y sin embargo, observo en la calle una imagen de libertinaje, que no de libertad, y de que vale todo... De eso tiene mucha culpa la televisión.
- ¿La televisión?, ¿su medio?
- La televisión hadado en los últimos años una lección nefasta a la juventud, donde día a día se demuestra que cualquier impresentable puede ser rico y famoso. La televisión, lamentablemente, ha puesto además en marcha una especie de campaña del 'vale todo' y 'vamos a destruir todos los valores aprendidos de nuestros padres y abuelos y vamos a hacer un país nuevo'. Y, efectivamente, no lo va a conocer ni la madre que lo parió. Estos es muy lamentable al hablar de un país con tradiciones y costumbres de siglos y lo queremos destruir en cinco años. Y a fe que lo estamos consiguiendo. Porque yo veo algunos casos disparatados de una categoría que me dan vergüenza de ser español.
- ¿Por qué no encierran a los que nos han llevado a esta situación?
-Pues porque aquí somos muy 'viva la virgen' y venga, ¿cachondeo?, pues cachondeo. ¿Libertinaje? Pues libertinaje. Pero si al fin y al cabo aquí todos sabemos lo que tenemos que hacer, pero al final no lo hacemos. Nos dejamos llevar por la corrriente y como en este país hemos votado a partidos políticos con el corazón, no henmos votado a personas... No hemos escuchado lo que tienen que contarnos, ni los programas, ni lo que iban a hacer. No estamos de acuerdo con muchas cosas de las que hacen los que hemos votado. Pero nos da igual. Son los nuestros, tienen derecho a equivocarse, aunque no hayamos sido capaces de escuchar las consignas que nos dan en una campaña electoral porque, si las hubiéramos escuchado, probablemente no les hubiéramos votado. Resulta entonces que tenemos una inercia cómoda y fácil a la que nadie se rebela porque, como son los nuestros, pues vamos a aguantar cosas tan incongruentes como las que vemos. Auténticos disparates. A mí, el que una niña menor de edad pueda abortar sin que los padres lo sepan y nadie pueda aconsejarla, me parece de una gravedad tan brutal, independientemente de que estés o no de acuerdo con el aborto. Entonces, parece que nosotros rizamos el rizo de lo imposible. Si queremos igualarnos a países que tienen leyes tan avanzadas, nosotros damos el triple salto mortal después, o sea, todavía lo vamos a hacer más complicado. Yo, porque tengo aquí mi vida, mis hijos y mi trabajo; si no, ya me habría ido.
- Puigcerdós dijo que en Andalucía no se pagaban impuestos.
- Lo que pasa es que, dependiendo quien hable, uno tiene que escuchar. Hay personas que no merecen ni ser escuchadas. Parecen unos descerebrados. Entonces, el algunos casos, cosas como dicen personajetes como el que acabas de mencionar, ni me entero, ni las escucho ni les doy importancia.
- ¿Qué dice a los parados?
- Últimamente he tenido algunas reuniones con parados, además de en televisión. Tenemos un programa los domingos por la noche, 'Un granito de arena', en Intereconomía, donde ayudamos a todo tipo de personas. El pasado domingo, por ejemplo, tuvimos a un tipo interesantísimo que está durmiendo en la calle, al que hice una entrevista de cuarenta y cinco minutos que merece la pena escuchar. Y les digo que ejerzan su derecho, que cambiemos el país, que intentemos cambiarlo, que no podemos seguir así. Y el hecho de que sigamos así nos va a llevar a todos a la catástrofe.
- Los últimos sondeos dicen que los españoles desconfían cada vez más de la clase política.
- Es que no me extraña nada. Yo estoy viviendo todos los días casos verdaderamente sangrantes en nuestro programa 'Un granito de arena' y te preguntas cómo es posible que puedan tener un mínimo de dignidad, y mirarse al espejo sin sonrojarse muchos políticos que se dedican a regalar dinero a repúblicas bananeras para que no vuelva nunca cuando aquí, en nuestro país, hay personas que están pasando un verdadero calvario en esta vida. Me parece terrible. Te estoy hablando incluso de enfermedades que ni se tratan ni se subvencionan, enfermedades que no se atienden... Hay otras cosas: me parecen lamentables los gastos que hace en estos momentos de crisis un gobierno como el nuestro y otras instituciones, gobiernos locales y comunidades autónomas en las que, de repente, te enteras de partidas y de dinero que se dirigen a otros temas cuando tienes, a lo mejor, un ayuntamiento en quiebra con trescientas empresas locales que van a la ruina porque el ayuntamiento no les paga.
- ¿Qué les cantaría a nuestros políticos?
- Les cantaría el 'que se vayan, que se vayan...' O el 'Me va, me va, me va', o 'se van, se van, se van'...
-¿Está usted más centrado en el negocio que su trabajo en televisión?
- Bueno, estoy dedicando un día y medio a la semana a la televisión y el resto a la compañía.
- ¿De dónde saca fuerzas?
- Saco fuerzas, porque todos los días dedico hora y media o dos a los deportes. Esa es la única manera. Y que me dure porque es lo que hace mantenerme en forma, sano y despejado.
- Echando un vistazo atrás, y recordando todo lo pasado. ¿La vida le ha tratado bien?
-Creo que soy un privilegiado, un afortunado, me levanto gracias a dios todos los días, mi mujer Fabiola, los hijos que tengo, y que dios me dé fuerzas y sobre todo suerte para sacar adelante todo en lo que estoy metido. No sólo por mi familia, sino también porque puedo ayudar a muchísima gente.
- ¿Se ha planteado dejar a un lado la televisión y centrarte por entero al negocio?
- Sí, lo he pensado. Lo que ocurre es que todavía no cuento con los beneficios suficientes, por lo que tengo que seguir aquí sufriendo.
-Todos los beneficios del negocio 'Bertín Osborne Alimentación' se derivan a la fundación .
- Yo tengo varios socios, pero la parte de mis beneficios van siempre destinados a la fundación que yo y Fabiola levantamos tras la enfermedad de Kike, que nació con una lesión cerebral.
-Dicen que la fundación Bertín Osborne ha sido un éxito.
- La fundación está ayudando a más de un centenar de familias, dándoles la información que necesitan y dirigiendo su caminar con sus hijos y en enero tenemos una cita importante porque vienen a España el staff americano de los institutos de Filadelfia para dar los cursos a los padres españoles, y darán unos cursos en Madrid, que son fascinantes.
-Kike anda mucho mejor.
-Está mucho mejor el tío. Está mejorando. Ahora me voy 'zumbao' para darle un abrazo, un apretón antes de irme a comer.
También te puede interesar
Lo último