Ahora que la pandemia ha impulsado el teletrabajo en los domicilios particulares y tras la demanda de conexiones wifi más potentes por parte de los trabajadores, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) concluye en un estudio que es "recomendable" cambiar el router tras tres años de uso.

Pero, ¿qué es el router y para qué sirve?

El router forma parte de las conexiones domésticas a internet junto al módem. Éste es el encargado de conectarte a tu proveedor (Movistar, Vodafone, Orange...) mediante un cable coaxial o fibra óptica. 

El módem convierte la señal analógica a una señal digital y la envía al router, que es el aparato que permite conectarse por cable Ethernet o wifi a todos los dispositivos de la casa.

OCU recomienda solicitar el cambio de dispositivo

Pues bien, un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios sobre la cobertura wifi del router realizado en cinco hogares con cinco operadores de telecomunicaciones diferentes, revela velocidades de bajada de datos cinco veces inferiores, de media, a las que se conseguirían con un buen modelo nuevo.

"Y tres veces inferiores en el caso de velocidades de subida. En ambos casos las mediciones se realizaron en la misma habitación del router o muy cerca, en la habitación contigua", añaden en un comunicado.

Entre las conclusiones del estudio, publicado en la revista Compra Maestra de Marzo, se destaca además el hecho de que este tipo de problemas son comunes a los distintos operadores de telecomunicaciones analizados e independientes del tipo de la velocidad contratada.

La OCU considera que, si la velocidad contratada dista mucho de la que se recibe, si frecuentemente se desconecta el wifi o si se sufren parones en la visualización de vídeos o comunicaciones, el consumidor debe avisar al operador para que reconfigure los canales del router o actualice el firmware.

Cuando estas operaciones no den resultado, el operador debería ofrecer el cambio gratuito del antiguo equipo por otro nuevo, sobre todo si han pasado ya más de tres años desde que se instaló. Si no lo hace, el consumidor debería insistir, alegando que los nuevos clientes, que pagan lo mismo, disponen de un mejor servicio.