Melita, Inma y Jamal, tres rostros que ya no son invisibles para el mercado laboral

Tres testimonios de trabajadores de Casa Común, empresa de inserción impulsada por Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez que busca el empleo digno para personas en exclusión

Remedios, una joven sin hogar en Jerez: "Creí que acabaría muerta en la calle"

Melita Vela Sánchez e Inma Gamboa, en la nueva tienda de Moda re- de Cáritas en la calle Algarve.
Melita Vela Sánchez e Inma Gamboa, en la nueva tienda de Moda re- de Cáritas en la calle Algarve. / Manuel Aranda

Melita Vela Sánchez llegó a Jerez con su niño con menos de dos años desde Perú. "La situación en mi país estaba realmente mal, mucha inseguridad", confiesa. Llegó con la 'tarjeta roja' y con la esperanza de encontrar un presente y un futuro a más de 8.500 kilómetros de distancia de su casa. No lo ha tenido fácil.

Conoció Cáritas gracias a su parroquia y realizó un curso de ayudante de cocina y estudió costura. Tras un tiempo fuera de la ciudad, Melita volvió y comenzó a echar currículos por todos lados, "necesitaba trabajar". De repente Cáritas le abrió las puertas de Fantoche, una de las empresas de Casa Común que apuesta por el reciclaje creativo de prendas fuera de stock, defectuosas o de segunda mano. "Tener un trabajo es estabilidad, tanto emocional como económica. Además, como madre me siento más independiente, es mejor para mí y para mi niño. Estoy muy agradecida a Cáritas porque me he sentido en todo momento muy acompañada por ellos", subraya Melita.

Casa Común es una empresa de inserción impulsada por Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez. Nació en 2016 con el objetivo de contribuir a la construcción de una economía social y solidaria, y a la misión de Cáritas de acompañar a las personas en situación de vulnerabilidad. Apuesta por un modelo económico que pone a la persona en el centro y que favorece la creación de empleo digno que mejore el entorno social y natural. Actualmente, cuentan con diferentes líneas de producción, centradas principalmente en la recuperación textil y la restauración de muebles y objetos de decoración, y en la actualidad tiene a 24 personas contratadas.

Inma Gamboa pasó de vivir con su hija en un piso de alquiler a tener que salir de su casa y meterse en una buhardilla de un familiar en la que no había ni baño, en la barriada rural de El Portal. La crisis económica la dejó en paro por 2012, su vida comenzó a tambalearse, aunque iba 'sobreviviendo' con trabajos que hacía incluso en Francia, pero años después, con el confinamiento por el Covid-19, se hundió.

"Cuando me quedé en paro no podía pagar el alquiler y me fui a la buhardilla. Mi hija se quedaba con mi madre en Jerez entre semana para que estuviera cerca del instituto, porque yo no tenía ni baño. Me duchaba en el patio con agua fría y no había váter, sólo un boquete. Pero es lo que había. Mi hija comenzó a acudir a los campamentos de verano de Cáritas, aquí en El Portal, y así comenzó mi contacto con ellos", relata la jerezana

Con la pandemia se aisló del mundo. "Yo he vivido en un 'confinamiento' hasta hace pocos meses", confiesa. Cáritas le ofreció apoyo psicológico y a primero de año le llegó la oportunidad de volver a tener un trabajo. "Saben que soy muy manitas y justo quedó una vacante en 'Devuelta' y me lancé gracias al apoyo de mi hija, de Maribel y de mi psicoterapeuta", reconoce Inma, quien añade que "desde Cáritas me han ayudado muchísimo y con este trabajo, sobre todo, a nivel psicológico. Es una estabilidad económica, obviamente, pero yo necesitaba más la estabilidad mental. Es volverme a sentir útil, realizada".

'De vuelta' es una empresa de inserción de Casa Común de Cáritas, que busca la inserción de personas en exclusión social mediante la restauración de muebles y objetos decorativos a partir de materiales en desuso y reciclados. "He empezado a animarme, he ido ganando salud física, estoy muy contenta porque estoy haciendo algo que me gusta. Dicen que un trabajo cuando te gusta, deja de ser un trabajo. Mi hija está estudiando en la Universidad y por ella nunca he abandonado el barco. Llevo unos cuatro meses y ya veo hasta un futuro", remarca Inma.

Jamal Ed Dbali es un joven marroquí de 25 años que trabaja actualmente como dependiente en la tienda de 'Devuelta' en Carrefour Sur. Se fue de su país cuando se encontraba en el segundo año de Derecho, en la Universidad, y ha pasado por España, Francia e Italia, siempre intentando vivir con dignidad.

"Cuando llegué a Jerez fui al albergue y compañeros, buenas personas, me dijeron que Cáritas ayudaba y que tenían experiencia en temas de inmigración. Pedí cita con Ana Castro y así comencé a vivir con Cáritas", declara Jamal. Tras ser un joven 'invisible' para la sociedad, ahora lleva tres meses con un contrato. "Este trabajo ha cambiado toda mi vida. Toda la vida. He estado durante más de tres años sin un euro y con este empleo tengo una vida normal, como el resto de personas", subraya.

Paco Escobar, educador del Centro de Día El Salvador, añade que "esto es una entrada al mercado laboral. Ya tiene su número, tiene su alta en la Seguridad Social y es el comienzo. Es una gran oportunidad. Todos estos jóvenes tienen muchas dificultades. Para que un chico normalice su situación aquí como mínimo pasan tres años, el arraigo social. Ahora con el arraigo formativo son unos dos. Pero mínimo esos dos años están en situación de total exclusión y es ahí donde Cáritas los acompañan, porque ¿de qué viven esos dos o tres años? Están con las manos atadas".

Desde Cáritas destacan el "enorme" esfuerzo que ha hecho Jamal por su formación, de hecho ha conseguido convalidar su título de Bachillerato. "Ha luchado muchísimo y lo está consiguiendo", remarca Escobar.

Devuelta

Casa Común cuenta con diferentes líneas de producción, centradas principalmente en la recuperación textil y la restauración de muebles y objetos de decoración. Entre ellas está 'Devuelta', que tiene el taller y la tienda.

Esta línea de producción busca la inserción de personas en exclusión social mediante la restauración de muebles y objetos decorativos a partir de materiales en desuso y reciclados. Este proyecto fomenta la integración social a través de la integración artístico-laboral, ya que se crean contratos de inserción para personas en situación de exclusión social derivadas desde el Área de Empleo de Cáritas Diocesana. A través de esta línea de producción, también trabajan por la economía sostenible para aumentar el bienestar social y promover el consumo responsable.

Moda re- y Fantoche

Moda re- es una cooperativa de servicios de iniciativa social promovida por la confederación Cáritas. Su finalidad es gestionar el círculo completo de la ropa usada, desde su recogida, clasificación, reutilización, reciclaje y venta, a través de la creación e impulso de tiendas de ropa de segunda mano.

Actualmente, hay dos tiendas de Moda re-, una en Luz Shopping y otra en la calle Algarve. En ellas se puede adquirir ropa y complementos con una segunda vida, así como nuevos a estrenar. Una amplia selección de prendas para toda la familia, seleccionadas con mucho mimo por manos expertas, con las que se impulsa la economía circular y se crea empleo social. Las tiendas de Moda re- son espacios modernos y dinámicos que rompen con los estereotipos asociados a las tiendas de segunda mano.

Por otro lado, Fantoche es una marca patentada por Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez que apuesta por el suprarreciclaje. A través del upcycling o reciclaje creativo de prendas fuera de stock, defectuosas o de segunda mano, crean diseños nuevos, sin apenas impacto medioambiental, ya que se confecciona sin llegar a descomponer o crear desde cero. La marca es cada vez más demandada para realizar merchandising y apuesta por el proceso de compostura, la confección de prendas que utilizan diversas telas y tejidos con características específicas para cada diseño.

La totalidad de los beneficios que se obtienen en estos comercios se reinvierten en la inserción laboral de personas que acompañan la entidad.

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