Este veterano rociero acumula una larga e intensa experiencia. En estas líneas cuenta su Rocío de este año en la habitación número uno de la casa de Jerez.

-¿Cómo le ha ido?

-Pues ha sido un Rocío duro en cuanto al estado del camino, como ya se ha venido diciendo casi por todos. También es lógico, como es la última hermandad por Doñana nos vamos encontrando el sendero muy movido. Sea con sea, aquí estamos un año más por que Ella tira mucho de mí, al igual que mi hijo Raúl, que por él y con él disfruto de todo esto como buen mariano que soy.

-¿Qué prefiere, el camino o la estancia en la Aldea?

-Es lo mismo, porque para mí el Rocío es todo, el camino y la aldea. Todo es un punto de encuentro precioso en el que te reencuentras con tanta gente que lo convierte en algo muy especial, además de poder seguir compartiendo todo esto con tus amigos más cercanos y tu familia.

-Es lo que sucede aquí, donde la exaltación de la amistad y la Hermandad es lo que predomina.

-En el Rocío nos volvemos más sentimentales, más humanos, nos damos más a los demás, algo que debería ocurrir los 365 días del año. En estos días de grandes momentos nos damos muchos besos y abrazos y debería seguir siendo así, y no que después en la vida diaria te encuentras que aquellos besos y abrazos ya han sido olvidados e incluso te vuelven la cara.

-¿En el Rocío caben todos?

-Claro que sí, porque el Rocío es la Madre de Dios. Y Ella, cuando ve que algún hijo se desvía un poco hace como hacía Rafael de Paula con su capote y lo encarrila. La Virgen nos quiere como hijos y una madre no desea nada malo para un hijo.

-Ocupa la habitación número uno de la casa, ¿cómo es la estancia en ella?

-Por la antigüedad que tengo en la Hermandad poseo el privilegio de tener esta habitación en la que vivo la romería. Pero sobre todo, por mi hijo Raúl, que tiene Síndrome Down, y que por cierto este domingo -por ayer- cumple 39 años y lo vamos a celebrar aquí porque es el lugar donde él se encuentra más a gusto. Aquí en la casa se viene a disfrutar y no a dormir. Se viene a compartir todo lo que tengas. La casa es el Rocío y como aquí se vive, no vive en ninguna otra parte.

-Cuéntenos sus momentos del Rocío.

-La presentación de la Hermandad y la llegada de la Virgen a la casa. Ese momento me pega bocados en el alma.