patrimonio

Una casa de sorpresas

  • La rehabilitación de una vivienda en la calle Porvera deja al descubierto un tramo de la barbacana de la muralla de la ciudad

  • Un ejemplo de recuperación

En su humildad radicaba la riqueza. La casa del número 53 de la calle Porvera parecía a primera vista una modesta vivienda. El proyecto de rehabilitación de la finca, que se encontraba prácticamente en ruinas, ha sacado a la luz un nuevo tramo de la barbacana, estructura que da soporte a la muralla y torreones, a modo de antemuro. De manera preliminar se suponía la aparición de la muralla y el torreón, como se recoge en el PGOU y en la Carta Arqueológica de la ciudad, pero no se tenía indicios de la existencia de la barbacana hasta su descubrimiento durante los trabajos. Del siglo XII, almohade, el objetivo ahora es restaurarla y ponerla en valor dentro de la propia finca. Una vivienda y dos locales comerciales que han sufrido modificaciones en su proyecto sobre la marcha por dichos hallazgos. Una compleja actuación coordinada por la propiedad, junto al equipo técnico del estudio de arquitectura Gabarq, la constructora Protcom y los arqueólogos de Clío Patrimonio, que no sólo ha conseguido salvarla, si no que ha aportado valiosos descubrimientos que formarán parte de la historia de Jerez. El equipo arqueológico y de restauradores trabaja también de la mano con la Delegación Territorial de Cultura.

El arqueólogo Nacho Gómez y el arquitecto Jesús Manuel Rubio hacen de cicerone de la finca. 400 metros cuadrados de historia, un mejunje de viviendas, añadiduras de habitaciones y demoliciones de tramos de muralla que en su día molestaban y cuya conservación nadie controlaba. Un casa del siglo XIX con un subsuelo que fue limpiado de cualquier resto tiempo atrás. Demolida, se edificó desde dos fincas de las que se aprovecha el patio y en base a ello se recrece y se crea el 53. Se demuestra también con la propia construcción y el alzado de fachada por una composición de ventanas asimétrica y los cortes verticales de los tipos de materiales de construcción, algunos más modestos que otros, con medianeras mejores labradas que otras. También han aparecido arcos vistos originales. En cierto momento las dos casas de unificaron.

"La barbacana, al ser de materiales de menor calidad que la muralla en sí, se ha conservado peor, menos alzada. Y es que este elemento a veces era una molestia para los inquilinos, que directamente la guillotinaban o tiraban sin más. En esta casa, como convenía, pues se reutilizó en los pastiche de momentos de ocupación que los expertos están descubriendo", cuentan. Una barbacana de gran importancia y es que no se puede hablar de alguna similar en la ciudad. No hay otra igual.

Una obra que ya lleva a sus espaldas cuatro años de gestiones. Una trayectoria burocrática y económica que no han desanimado a sus propietarios, un matrimonio que ha hecho "un gran esfuerzo en todos los aspectos para sacar adelante este proyecto, que se pretende concluir a finales de año. Están dando todo lo que pueden y más", asegura el arquitecto.

La casa se ha faseado en dos partes, una de consolidación para evitar que el edificio se viniera abajo ya que prácticamente no se podía ni acceder, era un castillo de naipes; y una segunda que es la adecuación en vivienda. Un ejemplo de recuperación del patrimonio del que muchos (vecinos y administraciones) deberían aprender. Y es que las ayudas públicas son pocas para este tipo de intervenciones. Si te toca la historia, te toca. "La propiedad es muy consciente de lo que tiene y apuesta por ello. Lo quieren recuperar, pero han tenido que hacer modificaciones en el proyecto a cambio", añade Rubio.

Muralla, torreón y barbacana que serán la futura vivienda de esta familia, que cuenta además con las huellas de antiguos terremotos o cesiones de los muros. "La muralla está bastante adelgazada porque los siglos se la han ido comiendo. Si hay almenas, se sacarán también", asegura Gómez. La casa está siendo recompuesta con el sistema constructivo original. Hay que destacar que otra de las labores que se ha realizado es descargar de peso a la muralla, en la que antiguamente se encastraban las vigas que ahora reposan sobre un pórtico metálico. El lienzo queda así libre de carga. Además, en una de las estancias del edificio se conservan amontonadas las losas hidráulicas de los años 20 del siglo pasado, elementos que enriquecerán la propia construcción.

Paradójicamente, en una calle que destaca por sus señoriales casas palacio, llama la atención que "una de las viviendas más humildes sea la que haya conservado un registro arqueológico de mayor riqueza. Ha sido una sorpresa". Este hallazgo abre la puerta a obtener nuevos datos de este sistema defensivo, prácticamente inédito y que aparece en contadas ocasiones.

La propiedad de la casa, muy amante de la historia, que ha recibido cero ayudas por parte de la Administración a pesar de estar contribuyendo a la conservación, asegura que es un ejemplo de caserío popular jerezano en la que vivían varias familias humildes, "un patrimonio cultural de la ciudad. Una apuesta que aunaba la cercanía de la casa al trabajo y vivir rodeado de este patrimonio. Nos emociona vivir dentro de un legado de 900 años. Un ejemplo de recuperación del patrimonio y de rescatar una vivienda de antaño. Se puede decir que somos casi héroes por meternos en esta faena". Dormir arropados por una muralla del siglo XII, eso sí que es vivir intramuros.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios