La masiva llegada de pateras a las costas gaditanas está propiciando no solo que se hayan tenido que reabrir equipamientos para acoger a migrantes -es el caso del polideportivo Kiko Narváez de La Granja, que se volvió a habilitar el pasado jueves- sino que también se encuentren por encima de su capacidad instalaciones como el centro de menores Manuel de Falla, situado en la barriada España.

Ayer, la Junta de Andalucía reconoció que este centro ha albergado durante el fin de semana a unos 50 menores, cuando su capacidad no llega a la veintena. En este sentido, fuentes del organismo autonómico señalaban que desde hace semanas se están acogiendo a menores "a diario", de ahí que este centro se haya quedado pequeño ante esta situación coyuntural.

Estos centros están diseñados para atender a estos menores hasta su mayoría de edad. Ahora bien, debido a la masiva llegada que se está produciendo desde hace semanas la administración autonómica se ha visto obligada a redistribuirlos por otros centros. Por ello, asociaciones que colaboran con ellos advierten de que estas instalaciones se encuentran desbordadas por lo que no dudan en exigir que la Junta habilite otros equipamientos públicos con urgencia para afrontar la situación actual. "No podemos olvidar que estamos hablando de menores y que las administraciones públicas son los responsables de su tutela", señalaba un voluntario en la tarde de ayer en declaraciones a este periódico.

Mientras tanto, el pasado jueves se volvió a habilitar el Kiko Narváez como albergue provisional para la atención a inmigrantes. En el pabellón se han instalado camas donde permanecen entre dos o tres días mientras se les facilita los traslados a los destinos donde cuenten con lazos y redes familiares. Esta atención, como es conocida, es prestada por la Cruz Roja. La última cifra oficial de atendidos en este equipamiento fue dada el pasado sábado por esta ong. En esa jornada había 160 migrantes.

Eso sí, ayer domingo continuó el rescate de personas en el Estrecho. Hasta el mediodía de ayer, se habían atendido a unas 160 personas que navegaban hasta la península en cinco pateras.