Las religiosas de Jesús-María llegan a Jerez en 1948. Según la actual directora, Encarna Suárez, "hacía mucho tiempo que deseaban fundar en Andalucía. Primero se pensó en Sevilla pero el cardenal Segura, arzobispo de Sevilla, les indicó la conveniencia de establecerse en Jerez".

En abril de 1947 llegan a la ciudad dos religiosas para buscar una casa donde construir el colegio. Durante esta estancia fueron a cogidas por las religiosas Reparadoras y fueron ellas las que le lanzaron la idea de visitar 'El Cuco', una propiedad de los Marqueses de Torresoto. La propiedad estaba necesitada de muchos arreglos pero vieron en este terreno un magnífico lugar para construir el colegio.

Así describen las religiosas la propiedad: " la nueva casa colegio Jesús-María abierta en Jerez de la está situada en la parte alta de los alrededores de la población, a un kilometro aproximadamente del Norte de la Ciudad y a unos trescientos metros de la carretera de Cádiz a Madrid. Toda esta extensión de terreno es denominada 'San José del Cuco' y que en otro tiempo se llamó 'Olivar de las monjas'... La tierra fue antiguamente un olivar y luego se plantó una viña hasta 1896… La propiedad tiene arboles magníficos: eucaliptos, palmeras, naranjos y sobre todo cipreses, … Algunos forman el bonito paseo que lleva a la carretera que va desde Jerez a Lebrija". Es el 5 de junio de 1948 cuando comienzan las obras para transformar la finca del Cuco en colegio de Jesús-María. El día 17 del mismo mes se trasladaron las religiosas. Aún no podían celebra misa es por lo que todas las mañanas iban a oír la misa al convento de las Oblatas. Esto duró hasta el día 7 de octubre, festividad de Nuestra Señora del Rosario, en que se celebró en el colegio la primera misa. La primera labor que comenzaron las religiosas fue la enseñanza del catecismo para niños pobres. El colegio se inauguro el día 8 de octubre con treinta alumnas y el día 11 se inauguró la escuela gratuita con más de cuarenta. Actualmente en la oferta extraescolar se encuentran actividades deportivas, baile e Inglés. Además, cuenta con un servicio de comedor que utilizan 78 niños.

Encarna Suárez es antigua alumna, ya que estudió en este centro desde los 7 años hasta tercero de BUP y volvió al colegio para asumir la dirección en el curso 2005-2006

"Desde muy joven -explica- tenía muy claro que deseaba estudiar Magisterio, que deseaba dedicar mi vida a la educación de niños y jóvenes. En esta dedición influyeron mucho algunas religiosas y profesoras que tuve en mi etapa como colegiala en El Cuco. Nada más terminar la carrera tuve la suerte de poder hacer una sustitución en nuestro colegio de La Asunción y algún tiempo después decidí ser religiosa de Jesús-María".

Esto la ha llevado a dar clases en Murcia, Bilbao y Burgos, "donde he tenido la suerte de poder conocer y compartir mi vida de docente con muchos profesores, alumnos y familias. Siendo ya religiosa estudie la licenciatura en Biología, una rama de las ciencias que siempre me ha apasionado".

En Murcia y en Burgos también compartió la docencia con la dirección, aunque reconoce que "ser directora del colegio en el que pasé mi infancia es algo especial". En este momento da clases de Biología y Geología en tercero y cuarto de Secundaria. También admite que "no me resulta difícil compaginar las dos cosas aunque lo que realmente me gusta es dar clases porque el contacto con los alumnos es más directo. Disfruto con las clases que imparto, ya que estoy convencida de que desde la Biología se puede ayudar a los alumnos a descubrir otra serie de valores y a ser más críticos con lo que les toca vivir".

No obstante, señala que "desde que comencé a ser directora descubrí que la gestión es un espacio privilegiado para poder ayudar a muchas personas. Me gusta trabajar en equipo, poder compartir con otros los logros y dificultades de todo lo que vivimos en el centro. Lo que más me satisface es el contacto con las personas y lo que menos la burocracia, tener que rellenar tantos papeles y tener que cumplir tantos requisitos administrativos que, sobre todo, te quitan tiempo para dedicárselo a los alumnos, al personal del centro y a los padres". Como principal característica del centro destacaría "la atención personal a cada alumno, el espíritu de familia, algo muy característico del estilo educativo de los centros de Jesús María y la educación en valores cristianos".

En cuanto a los padres de alumnos, dice que "hay bastantes que se implican y que manifiestan preocupación por la educación de sus hijos". En este sentido destaca "el grupo de padres que forman la junta directiva del Ampa, un grupo con mucho entusiasmo y con muchas ganas de hacer cosas para favorecer la vida del colegio".