Una quincena de productores y casi medio centenar de tipos distintos para elegir. Javier Sánchez Mellado contagia a la parroquia habitual del Gorila su entusiasmo por la cerveza, en general, y la artesana en particular. A las últimas elaboradas en la baja Andalucía está dedicada la feria que, por segundo año consecutivo, ha organizado este hostelero jerezano, que en los diez días de duración de la cita afirma haber vendido del orden de 2.000 cañas de esta bebida.

Ayer se puso el broche final a la II Feria de la Cerveza Artesana de la Baja Andalucía del Gorila con la entrega de premios, muy reñidos a tenor de los resultados, ex aequo en las tres categorías del podio a la mejor cerveza en su estilo.

Por decisión del jurado de expertos, reunido en tres ocasiones -dos preliminares y la final- el primer premio lo comparten la jerezana Destraperlo Negra y la marbellí La Catarina Sierra Blanca. La cervecera de Marbella también se alza con el segundo premio con La Catarina Sierra de Juanar, en este caso compartido con La Piñonera Winter (Puerto Real). El tercer premio encumbra a La Catarina de Pedro, ex aequo con La Jerezana Doble Malta Farruca, que como su nombre indica, se elabora en Jerez. El productor jerezano Destraperlo también se hace con el premio del jurado al mejor diseño y presentación de botella, mientras que Piropo Trigo, también de Jerez, logra el premio popular a la mejor cerveza.

Pocos apostaban hace escasos años por este tipo de cervezas gestadas, en su inmensa mayoría, en la cocina de casa con la misma olla de los guisos. Pero el empeño de los productores y de incondicionales como Mellado contribuyen a que la cerveza artesanal gane adeptos, para codearse en un sector invadido por grandes multinacionales y altamente competitivo.

En su balance de la feria, Mellado subraya que se ha superado con creces la primera edición, por lo que ya piensa en la siguiente, en la que avanza que habrá más productores que este año se han quedado fuera de la cita.

Para el propietario de la cervecería Gorila, el secreto para subsistir en un negocio tan complicado como el de la cerveza artesana es "la paciencia y el control del producto, tanto por parte del productor como por el hostelero que la dispensa". Con estos ingredientes, Mellado cree que "los que hacen una buena cerveza tienen un largo camino por delante".