Gente cofrade. Manuel Muñoz Natera

“Sí o sí en el 2022 las cofradías estarán en la calle; no nos van a arrinconar para caer en el olvido”

  • Incansable, beligerante y sin pelos en la lengua, lleva 60 años vinculado a las cofradías

  • Fue monaguillo con el padre Corona y suma un tercio de la vida de La Cena como su hermano mayor

Muñoz Natera en la capilla sacramental de San Marcos.

Muñoz Natera en la capilla sacramental de San Marcos. / Miguel Ángel González

—Podríamos comenzar con cualquiera de las responsabilidades que ha asumido, pero hablemos de la Unión de Hermandades que presidió, mandato que tanto dio de sí. ¿De qué está más contento del lustro que estuvo como presidente?

—De los 40 millones de pesetas que recaudamos entre todas las hermandades para la acción de caridad del organismo. Ningún Consejo ni nadie ha conseguido alcanzar esta cifra todavía.

—Tiene un recorrido largo e intenso en lo cofrade, ¿está cansado?

—La verdad es que sí. Pero por encima está el compromiso con mi hermandad y espero que llegue alguien que coja el relevo y me deje tranquilo, en el sentido de que la hermandad seguirá el camino como hasta ahora. Ves movimientos, ves cosas y te preguntas en manos de quién dejo la hermandad. La Cena hoy por hoy es la que es. No hay más que mirar los comienzos de la cofradía, que éramos en hazmerreír de los cofrades, que cuando veían al Cristo antiguo en el paso del Cristo del Amor. Decía la gente “ahí viene el Conde Teba”. Era un auténtico cachondeo. Ahora es otra cosa; después han pasado por la piedra.

—Pero no hay que obviar que en lo artístico, su hermandad es el resultado de un generoso mecenazgo y también del impulso costalero que subió notoriamente a la hermandad.

—Sin duda alguna. El mecenazgo fue la gran suerte de tener como hermano al marqués de los Álamos del Guadalete, Miguel Goitia Marchimbarena, una persona exquisita en el trato. Pepe Soto era el que le metía las ganas de hacer cosas. Nunca pidió nada a cambio. No hay que olvidar a Juan Cervilla y a Justo Garzón, gracias a los cuales tenemos el paso de misterio. Como dato curioso, el paso, en principio, era para la Defensión porque Juan Cervilla es hermano fundador de esa cofradía. Al final se quedó en San Marcos. Pepe Soto dijo: “Juan aquí meto yo el misterio de la Cena” y lo metió.

"La Cena, en sus inicios, era el hazmerreír; cuando veían al Señor decían ahí viene el Conde Teba “

—Volviendo a su relevo en la cofradía, en 2023 se agota su último mandato. ¿Está buscando ese relevo?

—Hay que elegir a uno que sea de confianza y tenga talento para ejercer el cargo. Eso de coger a uno para manejarlo por detrás, es una táctica que sale rana, lo del tonto que lo manejamos. Pero el tonto se da cuenta un día que es el que manda. En ese momento, esa estrategia se rompe con todas sus consecuencias. Es muy peligroso y nunca sale.

—Usted es un buen amigo de Pedro Pacheco. En su época de alcalde, usted era su mano derecha en lo relacionado con las cofradías. Medió para muchos asuntos de hermandades como casas de hermandad, subvenciones, etc ¿Fue acertada esa tan generosa política de apoyo a las hermandades?

—Él lo hizo porque verdaderamente creía en las hermandades; pero sabía, además yo se lo decía, que al final las hermandades no te van a dar nada. Lo único que pueden hacerte es quitarte. Y conste que la única cofradía que no tiene casa de hermandad ‘subvencionada’ es la mía porque nunca quise que La Cena estuviera señalada por tener una casa hecha por el Ayuntamiento. Hubo muchísimas peticiones de no pocos que bajaban a mi despacho a verme y pedir. Tengo en mi casa, que lo guardo desde entonces, un gran tocho de documentos de peticiones.

El hermano mayor en el interior del templo, sede de su hermandad. El hermano mayor en el interior del templo, sede de su hermandad.

El hermano mayor en el interior del templo, sede de su hermandad. / Miguel Ángel González

—¿Solo pedían para la hermandad o se colaban ‘otras’ peticiones más personales?

—De eso podría escribir no un libro sino una enciclopedia. No quiero que nadie me agradezca nada ya que me limitaba a mediar ante el alcalde por gente estaba pasando mucha necesidad y no solamente hermanos mayores. Y después les preguntan y -jajaja- han entrado por oposición. Todo el mundo había hecho oposiciones en el Ayuntamiento, donde no se hacían desde los Reyes Católicos (más risas)

"No hemos tenido ni el gesto de agradecer todas las cofradías a Pacheco todo lo que ha hecho por ellas”

—¿Todo esto ha pasado factura a las hermandades?

—El colectivo cofrade ha pasado del todo a la nada. Pero me pregunto, ¿cuántos proyectos se han hecho, cuántas restauraciones y otras cosas para las que se le ha pedido dinero al Ayuntamiento? Muchísimas.

—Empero hay ayuntamientos de otras ciudades que sí dan subvenciones a las hermandades y no lo ocultan y aquí sin embargo...

—El ejemplo de Cádiz con un gobierno comunista o el de Sevilla que es socialista. El caso es que aquí las hermandades no nos damos a respetar. Nos dicen ‘jijijaja’ y te quedas conforme.

—¿Hay que ser más beligerante?

—Hay que ser más claros y estar en tu sitio y decir lo que hay que hacer, como me pasó siendo presidente con Pilar Sánchez de alcaldesa. De esa época recuerdo un concejal que quiso poner vallas leoneras y quitar palcos para dar más visión en la Carrera Oficial. Como si fuésemos tigres. No hombre no, usted está equivocado, le dije.

"Hay muchos gorriones sin plumas que te quieren echar sin tener ni idea de nuestra historia y nuestra gente”

—Vamos, que se ha sido generoso desde el Consistorio.

—Sin duda. Pero no hemos tenido el gesto y la delicadeza de coger un día todas las hermandades y ofrecerle una cena o lo que sea a Pedro Pacheco por todo lo que ha hecho por las cofradías de Jerez. Simplemente para darle las gracias, sin más historias. Agradecer. Eso sí, mientras les estás dando te quieren más que a nadie.

—Como dice el refrán, ‘dame pan y dime tonto’.

—Eso es. Es lamentable. Al igual por las peñas flamencas. Muchos se han beneficiado de él pero después nada. Las hermandades, casi todas, han mejorado muchísimo desde la época de Pedro. Después llegó el eclipse. Terminó Pedro, llamamos a la puerta y “no, no, no aquí no hay ni un duro”; vamos, que todavía están coleando las subvenciones que dio Pelayo, que no eran subvenciones ni nada; más bien fue una trampa.

"Le decía a Pacheco que las hermandades no le iban a dar nada. Lo único que podían hacer es quitarle”

—¿Es justificable que las subvenciones, las diera quien las diera, era una forma de compensar lo que las cofradías aportan a la ciudad?

—Las ayudas deben seguir como antes porque las hermandades lo que hacemos es mover la ciudad antes y después de la Semana Santa. Se mueve la hostelería, los comercios y otros sectores. En pocas palabras, todos ganan dinero a costa de las cofradías que además son las únicas que hemos dado la cara cuando llegó la pandemia. En el caso de La Cena por poner un ejemplo, hemos aportado diez toneladas de alimentos. Sumando lo que todas han hecho alcanzamos cifras impresionantes.

—Ahora mismo es el decano del pleno de hermanos mayores, ¿cómo visualiza esa circunstancia y que echa en falta?

—No de voy a decir nada porque los plenos cuando yo entré en el año 83 estaban Rafael Cruz, Diego Conde, Paco Garrido, Pepe Ruiz de Velasco, Pepe Castaño y Paco Barra entre otros que me acuerde. Cofrades, cofrades, cofrades con sabiduría. Hoy lo que pasa es que hemos andado muy ligero en la ciudad, que a unos les parecerá bien y a otros no. Para mí ha sido un error. Deben ir haciéndose y una vez maduras, es el momento de que vayan a la Carrera Oficial. Sabemos que muchas de esas nuevas – y muchas de las antiguas que viven del reparto también- han venido al centro porque tenían que recoger el dinero de la Unión de Hermandades. Debemos reflexionar sobre la existencia de 45 hermandades de penitencia que para una ciudad como Jerez es muchísima tela.

"Eso de coger a uno para hermano mayor y manejarlo desde atrás es algo que sale rana y hay múltiples ejemplos”

—Nueva generación...

—Ahora hay muchos gorriones sin pluma que te quieren echar y no tienen ni idea de la historia y la gente de su cofradías y de las hermandades en general: lo que han hecho, lo que han sido y lo mucho que han aportado. A todos los que llegan nuevos deberíamos darle el Catón y después preguntarle para ver si se lo han aprendido. Entonces entrará como hermano. Hay que mamar la cofradía. Ahora hay muchos niños que saben mucho de todo porque han ido a Sevilla a ver todo y llegan aquí creyendo que saben más que nadie.

—¿Es de los que cree en esas teorías conspiradoras que tratan de arrinconar a la Iglesia y de paso a las cofradías por la pandemia?

—No te quepa la menor duda de que es así. Pero digo una cosa: tengo clarísimo hoy que en 2022 estamos las hermandades en la calle. Que tengamos que aplicar las medidas sanitarias que sean precisas y tener todos los certificados necesarios para los costaleros, que tengamos que hacer test de antígenos o PCR, que tengamos que quitar los faldones de los pasos para que corra el aire, lo haremos; pero que tenemos que estar en la calle está claro. Tenemos que decir basta. Los toros, que me parece muy bien y además me gustan, los conciertos, los botellones, los partidos de fútbol con masas de aficionados sin mascarillas, ¿y nosotros qué? ¿Somos unos apestados? La Iglesia no debe intervenir ante ningún político, que nos lo dejen a nosotros los cofrades que entre calé y calé no vale la buena ventura. Sí o sí en 2022 tenemos que estar las hermandades en la calle.

"Los toros, los conciertos, los botellones, el fútbol... ¿Y nosotros qué? ¿Somos unos apestados?"

—¿Por qué hay que salir?

—Llevamos dos años y lo que desean es si se olvidan de nosotros. Hay que levantar el ánimo de los cofrades que están viendo la manga ancha en otros ámbitos pero en nosotros no. El año próximo estamos en la calle con todas las medidas que haya que adoptar.

"Hay que levantar el ánimo de los cofrades, que ven la manga ancha en otros ámbitos pero en nosotros no”

—¿Qué momento de su dilatada vida cofrade no se borrará nunca de su memoria?—El 19 de marzo de 1967 cuando se bendijo la imagen de Jesús de la Sagrada Cena, de Bru. Tampoco se me olvidará la llegada del paso de misterio en 1974 , que caía la mundial, que nos costó 350.000 pesetas y eso solo lo valía los dos faroles que lleva el paso. Es una joya de la Semana Santa de Jerez que estará aquí por los siglos de los siglos. Tengo una hermandad muy completa y magnífica, tanto que muchos hermanos quieren disfrutarla desde fuera y no desde dentro, lo que repercute en que no vistan la túnica. Deberíamos sacar entre 600 y 700 nazarenos, que son los verdaderos penitentes, lo aguantan todo incluso lo que hagan los costaleros.

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