Cofradías

Montealto recibe a su Madre bendita

  • La Pontifical celebrada en la Catedral acogió la bendición de la Virgen del Sagrado Corazón

  • Una celebración que resultó entrañable y vivida por muchos jerezanos con fervor

La Santísima Virgen del Sagrado Corazón por el reducto catedralicio.

La Santísima Virgen del Sagrado Corazón por el reducto catedralicio. / Vanesa Lobo (Jerez de la Frontera)

El día de ayer, solemnidad de la Concepción Inmaculada de la Virgen María, fue para enmarcarlo. Un sol en todo lo alto y un azul purísima que era el telón de fondo perfecto para esta gran festividad que la Iglesia celebra y que es tan importante en España. Siendo en la Diócesis de Asidonia-Jerez la festividad que asume el patronazgo de la demarcación eclesiástica.

Previamente habría que reseñar que los cofrades de la hermandad de la Exaltación salían a su barrio con María Santísima de la Concepción Coronada a celebrar el acto piadoso del rosario. Rompía la mañana en el barrio de las Viñas en una jornada donde su Reina recorría cada rincón y visitaba cada casa para bendecir a sus vecinos. Día de fiesta en este populoso barrio jerezano.

A las once de la mañana comenzaba la Pontifical en la sede episcopal de la Diócesis. Una celebración que resultó ser entrañable al bendecirse la Virgen del Sagrado Corazón que a partir de ahora será el centro devocional de las Hijas de Santa María del Sagrado Corazón de Jesús. Una imagen bellísima. Una gran obra de Juan Manuel Parra Hernández y magistralmente policromada y estofada por Manuel Peña Suárez. Fiesta grande en la comunidad de las hermanas del Sagrado Corazón que mantienen su centro escolar en Montealto ofreciendo valores y cultura al amplio alumnado.

Los exalumnos se abrazaban a las religiosas una vez acabada la Pontifical. La Catedral, llena hasta la última banca. Pocos cofrades pero muchas familias cristianas. Los cofrades parecen movilizarse cuando hay bambalinas ‘juanmanuelinas’ y mantos bordados. Tan sólo la representación de la Unión de Hermandades con su presidente Dionisio Díaz y el delegado de diocesano Joaquín Perea Montilla. Yla representación de la Clemencia amadrinando la bendición. El año que viene será otra historia y los cofrades estarán presentes. Habrá un palio y será el reclamo perfecto para no faltar.

El obispo Mazuelos Pérez hizo un llamamiento a perder el miedo al mensaje doctrinal de Jesús. “Abrir las puertas al Señor y a su proyecto divino. María nos acerca a su Hijo que ofrece su corazón”, apuntaba recordando las palabras de San Juan Pablo II.

Una vez acabada la homilía y pronunciado el credo, se dio paso a la bendición de la imagen. La madre Paz de María ocupó el atril. Una hermanita comentó a este cronista que es “como la hermana mayor de la hermandad”. Se emocionaba sin poder articular palabra. Fue un momento emotivo. Se colocaron las flores ante la Reina de Montealto y se encendieron los cirios. Y María recibió las primeras plegarias.

Procesión

A las cinco y media se volvían a abrir las puertas de la Catedral para dar paso a la larga procesión que llevaría a la imagen de María al lugar donde ocupará su lugar de devoción. María Santísima del Sagrado Corazón llegaría por fin a Montealto.

El paso, precioso. Le apuntaban al cronista que muchos de los elementos que lleva el canasto están hechos por las mismas hermanas. Un canasto muy propio. Unos bordados y motivos más que aceptables.

Un largo cortejo acompañaba a la Santísima Virgen mientras que Eduardo Biedma mandaba a los suyos con esa maestría costalera que en San Benito se practica. Y atacó la banda de Julián Cerdán que suena como los ángeles. Madre María Inmaculada, superiora de la comunidad de Jerez, manifestaba emocionada que “ha sido un día precioso. Bendecir a la Virgen en la Catedral es como un signo de que esta imagen no es sólo para Montealto, sino para rece ante Ella todo Jerez”.

Quedaba un largo periplo hasta llegar prácticamente a las fronteras de la ciudad. Allá donde pasan cientos de vehículos en ese cinturón que circunvala la ciudad. No hubo un monumento con la imagen de María en esa rotonda donde parece que los políticos se muestran reacios a poner, como si el problema de Jerez estribara en una imagen de María para saludar a quienes salen o entran a la ciudad. Pero todo Jerez sabe que, en la capillita del colegio, una gran obra de talla recoge la oración. La de los cientos de alumnos que aprenden valores y cultura y la de estas hermanas del Sagrado Corazón de Jesús que tan arraigadas están en nuestra ciudad. Incluso con las cofradías. A pesar de que ayer los cofrades tuvieran una cruz en el recuadro de faltas injustificadas. Ellos se lo perdieron.

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