Programación Guía de la Feria de Jerez 2024

El Rebusco

La conexión holandesa del sherry

  • Un vino apreciado por la Casa Real

El príncipe Bernardo en Williams&Humbert, 1974.

El príncipe Bernardo en Williams&Humbert, 1974.

Cartel holandés anunciando jerez. Cartel holandés anunciando jerez.

Cartel holandés anunciando jerez.

En fechas pasadas, concretamente el 17 de octubre de 2016, dediqué uno de mis artículos de El rebusco a Los nombres del jerez en Holanda.

Transcurrido el tiempo, y rebuscando aquí y allí, he podido dar con más datos de las especiales relaciones que el jerez ha mantenido durante siglos con uno de sus mercados más tradicionales, el de los Países Bajos.

Como dijimos en su momento, Holanda ha sido, junto a Gran Bretaña y Alemania, uno de los tres mercados tradicionales para los vinos de Jerez. Esta relación comercial viene de muy lejos, tal como lo atestiguan los trabajos de Sancho Sopranis, 'Relaciones entre Jerez y Flandes durante el siglo XVI', y el del profesor José Antonio Mingorance, 'La colonia extranjera en Jerez a finales de la Edad Media'.

A pesar de las convulsas relaciones que se produjeron en siglos posteriores, los holandeses mantuvieron su afición por nuestros caldos, cuyo consumo se incrementaría a partir del siglo XIX, llegando su apogeo hasta mediados del XX, en el que el jerez vería disminuir dramáticamente sus ventas en aquel país. Las causas son varias, y de todos conocidas, incluidas las imitaciones.

Los nombres de aquellos comerciantes y bodegueros de origen holandés son los que queremos reivindicar. Fueron ellos los que desarrollaron una labor encomiable para hacer llegar a todos los lugares de los Países Bajos nuestros vinos durante los dos últimos siglos.

De Arnhem a Jerez

Fachada del edificio de la Compañía holandesa en Arnhem. Fachada del edificio de la Compañía holandesa en Arnhem.

Fachada del edificio de la Compañía holandesa en Arnhem.

La compañía holandesa Hesselink Hermanos (Gebr. Hesselink Co.), fue fundada por miembros de esta familia para la comercialización de vinos de España y Portugal, en concreto vinos de Oporto y de Jerez, en el mercado de ese país del norte de Europa.

La Guía Oficial de Jerez de la época nos aporta una interesante información al respecto, y nos dice que entre las casas exportadoras que embarcaban grandes partidas de vino de Jerez, figura esta compañía extranjera.

La expresada sociedad que tenía su sede central en Arnhem, con delegación en Jerez, por la bondad de los productos que ostentaban su marca, ha obtenido 26 medallas y diplomas desde 1872 en las exposiciones de Madrid, Londres, París, Viena, Melbourne, Arnhem, Burdeos, Niza, Amberes, etc.

La filial de Jerez fue fundada inicialmente en unos locales de la calle Bizcocheros, 5, pasando después a la vecina Cerrón 16, y allí siguieron hasta el año 1908 cuando dejaron de figurar en las listas de exportadores de vino y cesaron o fueron absorbidos por otra firma vinatera.

Su origen lo encontramos en la empresa creada por Herman Gijsbert Keppel Hesselink (1811-1888), padre de Willem y Cornelius, los hermanos que ampliaron la firma familiar.

Etiqueta de Antonio Aguilar. Etiqueta de Antonio Aguilar.

Etiqueta de Antonio Aguilar.

Cornelius (Dasse Keppel) Hesselink (1852-1917), y su hermano mayor, Willem Frederick (D. K.) Hesselink (1846-1927), eran hombres curtidos en el sector del comercio de los vinos, uniéndose en esta iniciativa 1872.

Esa relación, que acabo en disputa entre ellos y, a la larga, con la compañía, se reforzaba al matrimoniar ambos con las hermanas Engberts, Egberta y Hendrika Johanna, hijas de un rico comerciante de telas holandés.

La compañía alcanzó gran fama en Europa, de tal forma que la revista francesa Le Panthéon Industriale le dedicaba la portada y un amplio reportaje en su número del 1 de enero de 1895.

La Compañía holandesa llegó a tener un museo en una de las dependencias de la empresa, situada entre las calles Hofstraat y la Marktstraat. que con intención etnográfica reunía multitud de objetos relacionados con la actividad vitivinícola de Jerez.

De Cornelius existe una curiosa foto tomada en un estudio fotográfico de Jerez en 1877, con motivo de algunas de sus habituales visitas a la ciudad para supervisar el negocio. En el retrato, de cuerpo entero, aparece vestido a la manera andaluza y tocado con un fez.

Retrato de Cornelius Hesselink, vestido a la andaluza, 1877, Retrato de Cornelius Hesselink, vestido a la andaluza, 1877,

Retrato de Cornelius Hesselink, vestido a la andaluza, 1877,

Willem ejercería, hasta su fallecimiento, de vicecónsul de España en la localidad de Arhem, cargo en el que continuaría su hijo, Herman Gijsbert (Kappel) Hesselink (1876-1954), en Gelderland.

Por su parte, Johan Hendrik de Iongh (1838-1902), que estaba casado con Johanna Theodora Frederika Keppel Hesselink, hermana Cornelius y Wilhem, vivió en la misma ciudad de Jerez desde 1872 hasta 1887, donde nacieron diez de sus hijos.

Su vivienda estaba situada en la calle Medina, 37, teniendo sus oficinas en el 3 y 5 de esa misma calle. Además de dedicarse al comercio de los vinos de Jerez para su distribución en el norte de la Europa continental era también agente de negocios, y único representante en España, de la harina lacteada Nestlé, producto novedoso por aquellos años.

La harina jerezana era muy apreciada en la elaboración de los denominados Stroopwafels, una especie de galleta con caramelo.

En esta actividad se encuentra el origen de la popular pastelería La Holandesa, sita en la calle Bizcocheros, ya que Hendrik de Longh montó también una panadería-pastelería, regentada por sus descendientes hasta principios de 1900.

La conexión holandesa

Uno de los lugares de moda en Amsterdan en los años 60 fue el sherry bar conocido como Continental Bodega, regentada por la familia Vlasman. El local estaba situado en el barrio de Leidseplein, en el 246 de la calle Lijnbaansgracht, y formaba parte de una empresa de distribución y ventas de vinos, entre ellos el de Jerez, del mismo nombre. Un local donde concurrían muchos famosos y artistas holandeses.

El origen de estos locales lo ha documentado la periodista Ana Vega Pérez en su artículo para el Diario de Navarra, La globalización de la bodega española.

Fiesta de la vendimia dedicada a Amsterdam, 1984. Fiesta de la vendimia dedicada a Amsterdam, 1984.

Fiesta de la vendimia dedicada a Amsterdam, 1984.

Por su labor, durante tantos años, en la promoción de nuestros vinos, Otto Vlasman, fue distinguido en el 2003 por el gobierno español con la Orden del Mérito Civil. Distinción que recibió de manos del embajador de España en La Haya, Carlos Manuel Benavides Salas, acto en el cual estuvo presente Juan Luis Bretón, en representación de Fedejerez.

Vlasman fue el propietario de la Sherry Bodega de Amsterdam, un local. Un prestigio compartido con el elegante restaurante Sandeman, de Rotterdam. Muy popular a mediados de los años '20 del pasado siglo.Continuando con esta relación, la persona responsable, durante muchos años, de la distribución y venta de los productos de Bobadilla en aquel país fue uno de los nombres fuertes del sector Jacobus Theodorus Boelen (1876-1946).

En los 90 Osborne tuvo participación en la misma, y en la actualidad la empresa Boelen es la que mayor cantidad de brandy español vende en Holanda, ostentando la representación del Grupo Estévez.

Eric Boelen, nieto de Jacobus y fallecido en 2016, continuó con este especial vínculo con Jerez, donde pasaba algunas temporadas por cuestiones personales y comerciales.

No hay que olvidar la eficaz labor de Adriaan Vos, director la empresa W. v.d. Linden & Co, como distribuidor de los vinos de Wisdom&Warter en las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado. Como tampoco la de los socios Jan van Alphen y Willem Ledeboer.

Y como no, a Arthur Keijzer, el que fuera activo representante de la casa Domecq en aquel mercado.

Un nombre del que habría que indagar más es el del español Antonio Aguilar y Obea. Desde su Huesca natal se trasladó a La Haya en 1877, comenzando con un negocio de vinos en esa ciudad conocido como Maison Antonio Aguilar. Sus vinos de oporto, madeira y jerez tuvieron una gran aceptación, llegando a ser proveedor de Delhaize. Después de su muerte el negocio pasó a manos de Gall&Gall.

Sherry en la fachada del restaurante Sandeman, Rotterdam, 1928. Sherry en la fachada del restaurante Sandeman, Rotterdam, 1928.

Sherry en la fachada del restaurante Sandeman, Rotterdam, 1928.

En fechas recientes se ha producido una cierta revitalización del consumo de jerez por las nuevas generaciones, labor en las que destacan Fabiola Bonke y Martín van Hennik.

El jerez en Holanda consiguió traspasar las barreras del mercado para integrase entre la población consumidora como un elemento distintivo y cultural, y de esa forma así lo podemos ver en manifestaciones artísticas como en las creaciones literarias de sus autores más representativos, como en Noodlot, de Louis Marie Couperus, o De zaak 40/61, de Harry Muslisch.

Y en el cine la presencia del jerez está presente en títulos de éxito de las últimas décadas: Eric, oficial de la reina (1977), Cha-Cha (1979), El cuarto hombre (1983), Una familia tronada (1986), Amsterdamned (1988).

Posiblemente todos estos factores influyeron para que en el año 1959 la organización de la Fiesta de la Vendimia decidiera dedicársela a Holanda, agasajo que volvería a repetirse en 1984, en la edición XXXVII, pero esta vez a la ciudad de Amsterdam.

La Casa Real y el jerez

Continental Bodega en Amsterdam, 1980. Continental Bodega en Amsterdam, 1980.

Continental Bodega en Amsterdam, 1980.

La Casa Real de Holanda ha mostrado con frecuencia su afición a nuestros vinos.

Al príncipe Bernardo ha sido habitual verle en algunas de sus visitas a la ciudad, degustando los vinos de Valdespino junto a su anfitrión, Rafael Valdespino, o bien de Wiliams&Humbert, donde plasmó su firma en una bota.

Hay constancia de ello en 1965 y 1974, para asistir a eventos cinegéticos organizados por Aurelio Segovia Mora Figueroa.

Se cuenta qué a finales de los sesenta, la princesa Beatriz, futura reina, tuvo que seguir un riguroso régimen para perder peso después del parto de su dos primeros hijos. Tanto ella como su hermana Irene, y la propia reina Juliana, se pusieron en manos del doctor Jos de Cock, especialista en alimentación, que les aconsejó lo que se conoció popularmente como dieta del jerez.

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