Se confirma que el cadáver encontrado en Conil es el del buzo jerezano

Un barco deportivo lo localizó pasado el medio día frente al puerto

Se confirma que el cadáver encontrado en Conil es el del buzo jerezano
Se confirma que el cadáver encontrado en Conil es el del buzo jerezano
José María Ruiz / Janda

27 de junio 2008 - 18:55

Pasadas las tres de la tarde, un hermano y un tío del joven, David Guerra Pallarés, confirmaban en el puerto de Conil, que el cuerpo encontrado por un barco deportivo a dos millas de la costa jandeña era el del joven jerezano de 28 años que fue dado por desaparecido hace una semana a 4,5 millas al suroeste del cabo de Trafalgar.

Esta era la culminación de una larga semana de espera e incertidumbre, que cada vez alejaba más la posibilidad de encontrar con vida a dicho joven, una desesperación que llevó a la familia a precisar del apoyo y asesoramiento de una psicóloga de la Cruz Roja, mientras que el resto de la familia se desvivía en el puerto de Barbate, esperando alguna novedad que no llegó hasta ayer.

Pasaban unos minutos de las doce y media de la mañana cuando el patrón de la embarcación deportiva Baramar, realizaba una llamada por radio en el canal de emergencias que era captada por Salvamento Marítimo. Esta persona informaba que “se encontraba a unos dos millas del puerto de Conil, en las coordenadas 36º 16’ 512” Norte y 006º 10’ 056” Oeste, donde había localizado el cadáver de una persona ahogada que vestía un traje de neopreno”. Con estos pocos datos aún era pronto para precisar si dicho hallazgo se correspondía con la descripción del joven desaparecido.

Mientras se producía esa conversación entre el barco deportivo y Salvamento Marítimo a través de la operadora Cádiz Tráfico, una embarcación neumática de Protección Civil de Conil alertada desde el Club Náutico se desplazó al lugar donde llegó sobre la una menos cuarto de la tarde, subiendo el cuerpo a la embarcación y tomando rumbo al puerto conileño.

El cadáver, fue dejado en tierra junto a la rampa de entrada y salida de embarcaciones tapado con una manta térmica, hasta que llegó una médico forense desde la vecina población de San Fernando. Aunque algunos miembros de la familia llegaron al puerto de Conil, no les permitieron acercarse al cuerpo hasta llegar las autoridades judiciales que permitieron realizar un primer reconocimiento, que fue suficiente para confirmar que se trataba de David.

Tras la pertinente autorización del levantamiento del cadáver, se permitió su traslado al tanatorio ubicado en la Zona Franca de Cádiz donde se le pretende realizar la autopsia que determine conocer las causas que le provocaron la muerte.

Precisamente al medio de hoy culminaba el operativo de búsqueda que ha estado activo desde la tarde del pasado viernes 20 de junio, y donde el helicóptero Helimer Andalucía había realizado una última batida en la zona para quedar la búsqueda reducida solo a avisos a los navegantes.

Durante estos días han participado en el dispositivo de rastreo el avión de Salvamento Marítimo Serviola II; la embarcación Salvamar Gadir, que rastreaba la zona desde Cádiz hasta Cabo Roche; y la Salvamar Dhube que hizo lo propio desde Trafalgar hasta Barbate. Durante toda la semana se mantuvo el dispositivo, en el que también participaron miembros del Grupo de Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil y buceadores de la Armada, que abandonaron la zona dadas las corrientes que se habían originado por el viento de Levante que saltó el miércoles por la tarde.

David Guerra fue dado por desaparecido cuando practicaba submarinismo con otras tres personas a unos 8 kilómetros del faro de Trafalgar, y a unos 20 metros de profundidad, en un punto conocido como La Aceitera, que recibe este nombre por las burbujas de aire que salen a la superficie y que se originan por el paso de las corrientes por la zona rocosa que está bajo el mar y que se asemejan a una “sartén de aceite hirviendo”.

Tras temer sus compañeros que le hubiese sucedido algo, cuando no volvió a la superficie tras una inmersión, dieron aviso a Salvamento Marítimo.

El propio padre del joven, Juan Guerra, antes de conocer el desenlace de este suceso, pedía públicamente que “esta zona se acotase para evitar nuevos accidentes, prohibiéndose la pesca, ya que es una zona donde todos los años por desgracia haya unas cuantas víctimas”.

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