Jerez

La crecida del río dispara las alarmas en la zona rural por temor a otra riada

  • La Agencia del Agua mide el desembalse de Bornos para evitar un nuevo desbordamiento del río y alerta de la llegada de otra borrasca · Protección Civil extrema la vigilancia

Todas las miradas están puestas en el río Guadalete, que ayer alcanzó su cota máxima desde las inundaciones del pasado invierno, cuatro metros de altura que lo situaron las aguas al límite de su caja y a sólo 1,5 metros del punto de no retorno, el desbordamiento con consecuencias directas para las viviendas esparcidas por la zona inundable.

La crecida del río disparó las alarmas en los asentamientos y barriadas rurales del Bajo Guadalete, donde los vecinos no pegaron ojo en toda la noche, mientras efectivos de Protección Civil y de la Agencia Andaluza del Agua extremaban la vigilancia y las precauciones. Muchos de los afectados de la última riada dedicaron la madrugada a apilar enseres en alto en previsión de que el agua anegase sus viviendas. Todo quedó en un susto y, de momento, no se ha producido ningún desalojo ni hay constancia oficial de daños personales, sí colaterales, como el corte de la carretera de La Barca a la altura de Cuartillos por el reventón de una tubería que invadió de lodo y agua la calzada.

Las abundantes lluvias caídas durante el miércoles y la madrugada de ayer en toda la cuenca, con más de cien litros en Grazalema y 55 en la campiña jerezana, provocaron la crecida natural del Guadalete y a primera hora de la mañana la avenida, alimentada por el caudal de los afluentes que recogen el agua río arriba, como los arroyos Salado, llegaba al término municipal jerezano para elevar en más de un metro la cota del río, que el martes se mantenía por debajo de tres metros.

Técnicos y jefes de servicio de la Agencia del Agua también pasaron la noche en vela para adecuar el desembalse de Bornos con la avenida provocada por las lluvias a fin de evitar una coincidencia entre ambos caudales que hubiera sido fatal.

La Agencia del Agua, cuya gestión vuelve a estar en el punto de mira por las inundaciones registradas en las últimas semanas en distintas localidades de la cuenca del Guadalquivir, midió esta vez sus pasos para, con precisión milimétrica, iniciar el desembalse de Bornos cuando el peligro había pasado. Según el jefe de Explotación del Guadalete, Patricio Pouyet, las compuertas de Bornos se abrieron a las siete de la mañana con un caudal de 20 metros cúbicos por segundo, que se amplió a 50 m3/s a las nueve, cuando la avenida por las lluvias estaba ya en el término municipal de Jerez.

El propio Pouyet aseguró que el agua evacuada desde este pantano tarda en llegar a Jerez entre 36 y 48 horas, margen suficiente para evitar una acumulación de caudales y que el río crezca en exceso en la zona baja, a la que el agua desembalsada empezará a llegar pasado el mediodía.

A primera hora de la tarde de ayer, después de que remitiera el temporal, el caudal del Guadalete comenzó a bajar, coyuntura que la Agencia del Agua quiere aprovechar para recuperar el nivel de resguardo del pantano de Bornos en previsión de que la borrasca que se aproxima descargue abundante agua sobre la cuenca.

"Bornos va a seguir desembalsando, a la espera de acontecimientos, lo máximo posible sin producir daños río abajo", explicó Pouyet, quien ayer asistió a una reunión de coordinación entre los servicios de emergencia y organismos responsables de las infraestructruras de la provincia, en pre-alerta.

La vigilancia del río y la información a vecinos de las zonas de mayor riesgo de inundaciones centraron ayer las labores de los efectivos de Protección Civil, que según informó el Ayuntamiento en un escueto comunicado, contactaron con habitantes de Las Pachecas, en particular de Zarandilla, La Greduela, La Ina, La Corta y El Portalillo.

La situación, salvo tromba de agua inesperada antes de la posible borrasca que se anuncia para Nochebuena-Navidad, está bajo control, señaló la delegada municipal de Medio Ambiente, quien no obstante comparte la preocupación de los vecinos por la crecida del río. De agravarse la situación, Martínez anunció que el protocolo de actuación es el mismo que las pasadas inundaciones, que a su juicio funcionó, aunque confía en que no haya necesidad de activar esta vez el plan de emergencia.

A media mañana de ayer, el ex delegado de la barriada rural de El Portal, Diego Almodóvar calificaba la situación de "preocupante, pero estamos así desde que empezaron las lluvias hace algunas semanas".

"Los vecinos de El Portal estamos a verlas venir, con la mirada puesta en el río y en el cielo, pues en el Guadaelte no se ha hecho nada y, después de tantos años de promesas incumplidas, nadie se cree que vayan a solucionar el problema", subrayó Almodóvar, quien lamentó que hasta las diez de la mañana de ayer, "nadie del Ayuntamiento se ha puesto en contacto con nosotros".

La organización agraria también manifestó ayer su preocupación por el estado del río, al tiempo que mostró su confianza en que la Agencia del Agua aproveche la tregua que dará el tiempo en las próximas horas para "aliviar los pantanos y no cometer los mismos errores que el año pasado".

En este sentido, Asaja recordó que "el río Guadalete apenas tiene capacidad de desagüe, pues las actuaciones urgentes realizadas por la Junta se han limitado a quitar cuatro árboles, pero no se ha limpiado el cauce" por lo que, sin querer ser alarmista, alertó de que "con cuatro metros el río está al límite y con cualquier tromba se puede desbordar".

A la organización agraria tampoco le cuadra que la Agencia del Agua haya esperado a que empiecen las lluvias para desembalsar de Bornos en lugar de aprovechar las últimas semanas de mayor estabilidad meteorológica.

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