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Jerez

La crisis hace florecer de nuevo en la ciudad las casas de empeño

  • El dueño de uno de estos negocios explica su funcionamiento

Alguno de los propietarios de este tipo de negocios alega que su apertura no tiene nada que ver con la crisis, pero lo cierto es que, en las últimas semanas, han aparecido en Jerez varias casas de empeño y de compra de oro: Una de ellas se encuentra en la plaza Esteve, y hay otras en Madre de Dios, Las Angustias y la calle Arcos. Son de distintos propietarios, pero su 'estética' exterior es muy similar: grandes carteles en amarillo con letras en negro y al contrario.

José Antonio Hurtado, dueño de una de estas casas de empeño que se encuentra en la plaza de Esteve, explica que "este es un sistema que viene de Madrid. Yo soy de allí, donde tenemos varios negocios iguales desde hace quince o veinte años, pero llevo en Jerez desde 2007. Pensamos que aquí también podría funcionar".

Reconoce que "la crisis, evidentemente, ayuda a este tipo de negocios, pero en Madrid siempre ha funcionado. Allí hay una mentalidad más abierta de que el oro hay que moverlo. ¿Para qué quieres tener algo guardado en un cajón que ni te pones ni te gusta? Luego nosotros también vendemos a precios mucho más baratos que en una joyería". Pese a que no llevan abiertos ni un mes, dice que ya tienen una clientela, "gente de nivel medio, no bajo, gente joven aunque también vienen algunos mayores". Explica asimismo que la mitad de las operaciones que realizan aproximadamente son empeños, y la otra mitad ventas, "aunque también hay personas que vienen a comprar porque les cuesta dos o tres veces más barato que en una joyería".

Un tanto por ciento de las joyas que les traen están rotas, porque se compra al peso, y en este sentido José Antonio Hurtado insiste en que "no todo el mundo que viene es porque necesite el dinero para comer. Nosotros compramos oro, brillantes y relojes de primeras marcas. Valoramos al peso y dependiendo también de la calidad del oro: si es de 14, 18, 22 ó 24 kilates. Lo que nos viene roto es directamente para fundir, que es la mayoría de lo que nos llega. Si recibes alguna pieza en buen estado también se puede vender, el valor es muy parecido. Luego ese oro se le vende a una fundición, y el valor de lo que te dan por él fluctúa diariamente". La media de tiempo que suele quedarse una pieza empeñada es de uno o dos meses. "No hay límite -explica José Antonio Hurtado-, pero se paga el mismo dinero si es empeño que si es compra. Si es empeño, cada vez que quiera renovarlo tiene que pagar un interés, y cuando quiera recuperarlo, paga el mismo dinero que le dimos nosotros".

Otra cuestión muy importante es la seguridad. En este sentido explica que "para todo lo que compramos exigimos la documentación de la persona que lo vende y eso pasa a un libro policial. Nosotros tenemos más medidas de seguridad que una joyería: Todo blindado con cristal de seguridad de 18 milímetros, caja fuerte de nivel cuatro de apertura retardada y seguridad contratada adicional".

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