Era de prever. La crisis sanitaria esboza un panorama desolador para la economía y el empleo, como no en Jerez, cuyo mercado laboral da muestras de su extrema debilidad tras sufrir en marzo el mayor descalabro de su historia al hilo de la paralización de la actividad económica por el estado de alarma. Y es que el derrumbe jerezano está muy por encima del retroceso medio provincial, andaluz y español, lo que sitúa al municipios como una de los más afectados por la pandemia del coronavirus, sin que sirva de consuelo, por detrás de Chiclana, Arcos, Puerto Real y Cádiz.

En la ciudad hay mucha economía sumergida, reconocía la alcaldesa, Mamen Sánchez, en su última comparecencia pública para anunciar que retomaba los planes de empleo de la Junta de Andalucía para contratar a unas 200 personas. Pero también hay mucha precariedad laboral, fruto de un modelo económico basado en los servicios no esenciales tras el que aflora una realidad descomunal e incuestionable: en marzo se destruyeron más de 6.000 empleos y todavía faltan por añadir muchos afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) que aún están en tramitación.

De lejos, marzo de 2020 reza ya como el peor mes para el empleo de la historia con unas cifras que están muy por encima de lo peor de la anterior crisis de 2008 y que asustan, pues al derrumbe de la afiliación a la Seguridad Social se unen los 4.300 parados que afloraron en el último mes, Lo más temible, sin embargo, es que la situación aún puede empeorar en abril, pues los primeros días de marzo, hasta el 12, escaparon al tsunami del Covid-19.

Marzo se erige en el peor mes de la historia con 6.071 afiliados menos y 4.300 parados más

Al cierre del último mes, los trabajadores afiliados al sistema de la Seguridad Social en Jerez se situaron en 56.661, 6.071 menos que los registrados al cierre de febrero tras un descenso próximo al 10%. Según los datos publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la caída de la afiliación local duplica a la nacional (-4,3%) –en España se destruyeron 834.000 empleos–, supera con creces a la andaluza (-6.63%) y también se sitúa por encima del descenso de entorno al 8% provincial.

En datos interanuales, Jerez se deja un 8,6% de afiliados, con un total de 5.344 empleos destruidos entre marzo de 2019 y el mismo mes del presente ejercicio.

El número de afiliados al cierre del último mes es el menor registro en la ciudad desde febrero de 2017 (56.180) y el mínimo de marzo en los últimos cuatro años –en 2016 había por estas fechas 54.914 cotizantes–.

El Régimen General, al que se adscriben los trabajadores por cuenta ajena, mantiene a 43.459 trabajadores adscritos tras la pérdida de 5.823 afiliados a último día de marzo (-11.8%), muchos de ellos afectados por el mecanismo de los ERTE aprobados por el Gobierno para paliar los efectos de la crisis. El Régimen de Autónomos, por su parte, resiste de momento mucho mejor el envite, ya que salva la barrera de 10.000 afiliados pese a la merma de 265 (-2,57%).

Es el peor registro de marzo en los últimos cuatro años y el mínimo desde febrero de 2017

El Régimen Especial Agrario (REASS), que cuenta con 2.323 cotizantes, apenas sufre variación por la consideración de la producción agrícola y ganadera como actividad esencial, que se refleja en una bajada de apenas 43 afiliados (-1,77%), Y los empleados del hogar, que hace tiempo bajaron del millar, mantiene a 832 trabajadores con alta en la Seguridad Social, once menos que los registrados en febrero, que en su caso suponen un retroceso del 1,3 por ciento.

La provincia de Cádiz, sin embargo, es de las peor paradas con hasta cuatro grandes municipios en el top 10 de los que mayor pérdida de afiliados tienen del país –Jerez ocupa la posición veinte–. Es el caso de Chiclana, el tercero más afectado de España con una caída del 14,4%; Arcos, que ocupa el quinto puesto con un 12,7% menos de afiliados; y Puerto Real, en décima posición, con el 11,1% menos. Hay otros municipios pequeños de la provincia para los que también pintan bastos, empezando por San José del Valle, el más castigado con un descenso del 18,4%. Castellar, por su parte, acumula algo más del 17% de pérdida; mientras que poblaciones de la sierra como Grazalamea y El Bosque se mueven por encima del 16%, y otras con un marcado carácter turístico como Vejer y Conil se sitúan en el entorno del 15%.