A la cuarta edición fue la vencida

España, representada por el chef y el sumiller del restaurante murciano 'Casablanca', se proclama campeona del certamen de maridajes del Consejo Regulador con una apuesta en la que el jerez fue el gran protagonista

Los componentes del equipo español se abrazan ante Josep Roca y la alcaldesa de Jerez.
Los componentes del equipo español se abrazan ante Josep Roca y la alcaldesa de Jerez.
Manuel Moure / Jerez

21 de septiembre 2011 - 01:00

Cuatro ediciones de Copa Jerez se han tenido que celebrar para que una potencia mundial en cocina como es España se alzara con el más prestigioso concurso internacional de maridajes. El equipo conformado por el chef Cayetano Gómez y el sumiller Juan Luis García, del restaurante Casablanca-El Taller (Murcia) se alzaron con el mejor menú de maridaje con vinos de Jerez, así como con los premios al mejor postre y al mejor cocinero. La gala de entrega de premios se celebró en el Consejo Regulador y contó con la presencia de la alcaldesa, María José García-Pelayo, el presidente del Consejo, Antonio Fernández; el presidente y el vicepresidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz, González Saucedo y Sánchez Rojas, y el presidente del Grupo Romero Caballero, Francisco Romero, además de innumerables personalidades, concejales del equipo de gobierno local y representantes del sector bodeguero.

La final de la IV Copa Jerez, el concurso internacional de maridajes del Consejo Regulador, se celebró ayer con tanta intensidad como indudable éxito en las instalaciones de la Escuela de Hostelería de Jerez. Cocineros y sumilleres de seis países (Estados Unidos, Holanda, España, Bélgica, Dinamarca y Alemania) ofrecieron desde primera hora de la mañana sus propuestas de maridaje a un prestigioso jurado presidido por Juli Soler, un incondicional de los vinos de la tierra, que no ha faltado en ninguno de los cuatro jurados de las cuatro ediciones de Copa Jerez. Junto a él estuvieron Josep 'Pitu' Roca, sumiller del prestigioso restaurante El Celler de Can Roca; Julián Serrano, chef del restaurante Picasso' del famoso hotel Bellagio de Las Vegas (Estados Unidos), Jancis Robinson, crítica de vinos, prestigiosa 'Master of Wine' y consejera personal en materia enológica de la reina Isabel II de Inglaterra, y Pontus Elofsson, sumiller jefe del restaurante 'Noma' de Conpenhague, establecimiento que muchos gastrónomos consideran el mejor del mundo una vez que el español 'El Bulli' cerrara sus puertas.

Tal y como informara ayer este medio, este año hubo de lamentarse la ausencia de la siempre potente apuesta inglesa, ganadora de las dos primeras ediciones. Un accidente en las cocinas de su restaurante del chef, Jacques Fourie, que acabó ingresado en el hospital, provocó que renunciaran a viajar a España.

Tras el obligado sorteo los equipos fueron pasando con una puntualidad realmente destacable. Los vinos de la bodega Lustau fueron muy demandados por los participantes, que lo eligieron en seis de las dieciocho armonías ayer presentadas. Cabe destacar a este respecto que los sumilleres y los chefs ya traen elegidas las referencias desde sus países de origen. Las normas del certamen les instan, además, a que de los tres vinos que deben elegir (para sus primeros, segundos platos y postre) sólo dos puedan ser de la misma bodega. Ni que decir tiene que la presencia internacional de los caldos de Lustau, así como su antigua vocación exportadora, resultaron claves para captar la confianza de los profesionales.

La final estuvo llena de grandes detalles, desde la expresividad del sumiller norteamericano, Tim Baldwin, a la simpatía de su homónimo español, Juan Luis García, que no dudó en comparar los maridajes que iba presentando con matrimonios en diferentes fases de su relación. Resultó igualmente llamativo que varios de los equipos confesaran abiertamente que primero eligieron el vino y acto seguido elaboraron un plato que lo vistiera. Fue el caso, por ejemplo del equipo alemán, cuya sumiller, Melanie Panitzke, reconoció que compraron un montón de vinos, eligieron uno catándolo a ciegas y acto seguido "cocinamos un plato tomando copitas de vino en la cocina". Otro caso simpático fue el postre del equipo español, en el que "el postre como tal es el vino, un pedro ximénez VOS de Bodegas Tradición y el helado el acompañamiento". Otro caso curioso fueron las apuestas por los postres realizadas por los componentes de los equipos estadounidense y holandés por el foie grass y el hígado de pato, maridados ambos con oloroso dulce y cream, respectivamente.

Conforme las ediciones de Copa Jerez se van sucediendo se va percibiendo que el conocimiento del vino de Jerez entre los concursantes es mayor y cabría decir que más profesional. Tanto es así que a la hora de elaborar platos muchos de ellos tuvieron en cuenta los gramos de azúcar por litro que aportaban los vinos. Se dio el caso, por ejemplo, de un sumiller, en este caso el del equipo danés, Henrik Yde-Andersen (con una estrella Michelín) que a la hora de maridar un braseado de cochinillo con cream buscó "el que tuviera la misma proporción de azúcar que el plato", lo que le llevó a una intensa búsqueda.

Al cierre de esta edición, flamenco y vinos de Jerez daban la despedida en el Consejo Regulador a los seis equipos participantes. La quinta edición, a celebrar en 2013, ya está en marcha.

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