Algunos datos históricos sobre la fiesta del patrón

Jerez, tiempos pasadosHistorias, curiosidades, recuerdos y anécdotas

San Dionisio fue declarado patrón de Jerez porque el mismo día de su fiesta litúrgica, en los años 1255 y en 1264, fue tomada la ciudad por las huestes castellano-leonesas de Alfonso X el Sabio.Programa de actos organizados por el Ayuntamiento el año 1991 con motivo de la festividad del patrón, San Dionisio Areopagita.- ARCHIVO DEL AUTOR

Algunos datos históricos sobre la fiesta del patrón
Algunos datos históricos sobre la fiesta del patrón

13 de octubre 2009 - 01:00

MÁS o menos la fiesta del patrón de Jerez, San Dionisio Areopagita, se ha venido celebrando, a través de los siglos, desde los tiempos de la Reconquista, con el mismo o parecido esplendor. Y la razón de que este santo fuera elegido para tal patronato es que las dos reconquistas de Jerez, la de 1255 y la definitiva de 1264, las llevó a cabo el rey Alfonso X el Sabio, el mismo día 9 de octubre, festividad litúrgica del santo areopagita, discípulo de San Pablo, apóstol de los gentiles, por quien fue bautizado y consagrado obispo de Atenas; cuando era uno de los jueces más jóvenes y sabios del Areópago, el más respetado tribunal de la antigua Grecia.

Pero no es la vida del santo, con ser esta muy importante -aunque aún parece que hay dudas de si fue más tarde degollado, siendo obispo de París, como dice la leyenda, o este santo de las Galias era otro distinto- la que ocupa hoy nuestra atención; ya que hemos de referirnos exclusivamente a las tradicionales fiestas que, anualmente, celebra nuestra ciudad en su honor y en recuerdo de la reconquista y de sus héroes, los caballeros jerezanos Garci Gómez Carrillo, alcaide de la fortaleza del Alcázar, y su lugarteniente Fortún de Torres, que sufrieron cruel martirio en la contienda mantenida contra los moros, al ser sacado a pedazos con garfios, el primero, de su atrincheramiento en la torre del homenaje; y el segundo, al cortarle las manos, sin que le pudieran arrebatar la bandera de la ciudad, que supo defender valientemente, afianzándola con las piernas, los brazos y la boca, hasta perder la vida. Todo ello, según cuentan las crónicas antiguas de la historia de nuestra ciudad.

San Dionisio Areopagita, fue declarado patrono esclarecido y principal de Jerez por breve pontificio de 13 de septiembre de 1642, y por acuerdo municipal de cabildo de 18 de diciembre de 1643, el día 9 de octubre de cada año, fue declarado fiesta oficial en esta ciudad. El patrocinio del santo había sido acordado por los dos cabildos, el secular y el eclesiástico, quienes acudieron para su aprobación correspondiente por la Santa Sede de la Iglesia de Roma al cardenal arzobispo de Sevilla, don Gaspar de Borja.

Por este motivo, en la procesión cívico-religiosa de su fiesta, intervienen anualmente los dos cabildos, que desfilan con el pendón de la ciudad, en recuerdo del pendón histórico, llamado "rabo de gallo", arrebatado en la célebre batalla del Salado, junto a Tarifa, en el año 1340, al rey Alboacén de Benamarín, por los jerezanos, en unión de los caballeros de la ciudad murciana de Lorca, a quienes el rey Alfonso XI, que capitaneaba las tropas, dio el asta, y a los caballeros de Jerez la bandera, como recuerdo para ambos bandos de su gran heroísmo, al haber penetrado en las filas del ejército enemigo y haber vuelto victoriosos con el trofeo a su campamento.

A este histórico pendón le fueron concedidos los honores de capitán general, siendo alcalde de nuestra ciudad, don Julio González Hontoria, que dio su nombre a nuestro gran parque ferial, aunque sus gestiones no se verían coronadas por el éxito hasta que estuvo al frente del Gobierno de la Nación nuestro paisano el general Primo de Rivera; iniciándose estos honores en 1925, por un escuadrón, pie a tierra, del Regimiento de Lanceros de Villaviciosa, de guarnición en Jerez. Y si bien el pendón estuvo siempre custodiado en la Colegial, según el P. Rallón, en tiempos anteriores, también estuvo depositado en Santiago, en el Real Alcázar y en San Dionisio.

Debido a ciertos rozamientos entre ambos cabildos, en 1643 la fiesta tuvo que hacerse sin el pendón, porque los canónigos se negaron a entregarlo; acordándose por el Ayuntamiento, el 28 de septiembre, celebrar la función religiosa en San Francisco o Santo Domingo; aunque los canónigos hubo años que lo sacaron por su cuenta; de lo que la Ciudad dio cuenta al Concejo Real de Castilla, para que resolviese en consecuencia. Estas discordias continuaban en 1704, por lo que la fiesta patronal tuvo que celebrarse en la iglesia de la Compañía, ya que San Dionisio siempre fue templo filiar de la Colegial.

Desde que fuera alzado, en 1562, el entredicho que había sobre esta fiesta, así como las distintas cuestiones que se tuvieron sobre el pendón arrebatado a los moros, en la guerra contra los reyes de Marruecos y de Granada, los actos fueron adquiriendo con el tiempo un rito protocolario que se convirtieron finalmente en la tradición que ha continuado hasta nuestros días, con muy pocas variantes. Si bien hay que recordar que, tras muchos años celebrando la solemne función cívico-religiosa de este día, en la Santa Iglesia Colegial, la misma pasaría a celebrarse definitivamente en la iglesia titular del santo y, en estas últimas ediciones, por obras en el templo de san Dionisio, han vuelto a celebrarse, como antaño, en la antigua Colegial, ya hoy convertida en Catedral. La función religiosa consistió siempre, en sermón por un destacado orador sagrado y solemne Te-Deum

Decía el historiador Hipólito Sancho de Sopranis, acerca de la fiesta patronal, que "recibirá un particular esplendor al finalizar el quinientos, en que a la conmemoración religiosa se agregan la procesión cívica del pendón, desde la iglesia colegial y los juegos de toros y cañas al atardecer". Festejos, estos últimos que, aunque se celebraron muchos años corridas de toros, en este día, terminaron por desaparecer.

Pero, aunque existe antiquísimo acuerdo municipal de que el Ayuntamiento acuda con todos sus miembros bajo mazas, a estos actos oficiales de la fiesta del Patrón, la realidad es que muchos años han faltado algunos de ellos, bien por razones personales de enfermedad, o por no estar de acuerdo con el espíritu o el protocolo de los mismos. Concretamente, hemos de referirnos al año 1788, en que de 34 miembros que formaban la corporación municipal, sólo asistieron 22 de ellos, faltando los doce restantes.

Los actuales premios "Ciudad de Jerez" que se vienen entregando últimamente por la Corporación Municipal, en fecha tan señalada, tienen su origen y antecedente en los que el mismo Ayuntamiento creara en 1847, con el nombre de "Premios a la Virtud y el Trabajo". Estos premios, en dinero efectivo, se mantuvieron durante mucho tiempo, hasta los años veinte, al menos. Teniendo constancia de que, en 1887, dichos premios se concedieron a once jornaleros de ambos sexos, por un total de 3.750 pesetas. Ya en este tiempo se organizaban veladas en las noches de la víspera del Patrón y siguientes, en calle Larga y Lancería, con fuegos artificiales en la plaza del Arenal y en otros lugares.

En otras ocasiones, se celebraron estas fiestas en los alrededores del templo de San Dionisio, organizándose veladas literarias y teatrales, bailes populares, partidos de polo y tiradas benéficas de pichón, además de la clásica corrida de toros. Y, desde siempre, en tiempos pasados, nunca dejó de sonar, en día tan señalado, la famosa campana cascá, que ya parece enmudeció para siempre. García Figueras había dejado dicho, en 1932, que la fecha del 9 de octubre de 1264, "supera en grandeza a cualquier otra de la Historia de Jerez".

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