Gente cofrade. Martín Gómez Moreno

“Habrá quien desee estar donde estoy pero seguro no se ha dejado la vida en esto”

  • En dos años cumplirá cuatro décadas como capataz

  • Actualmente saca pasos todo los días de la Semana Santa, en total ocho

  • Su último reto, sacar a la Patrona pero mandando una carroza

El capataz jerezano analiza la actualidad del costalero y su situación actual.

El capataz jerezano analiza la actualidad del costalero y su situación actual. / Pascual

Se ha estrenado en este nuevo tiempo de regreso de los pasos a las calles con la Patrona pero con ruedas, ¿qué sensaciones tuvo?

Diferente por supuesto. Jamás pensé que esto llegara a suceder. Es cierto que cuando se decidió que saliera La Merced se habló de la posibilidad de que fuera por costaleros con sus medidas de seguridad. Pero en ese momento no existía la permisibilidad que hay hoy. Al final se decidió que fuera en la carroza, me gusta más que el término ‘por ruedas’. Fue una experiencia extraña porque al final termina uno más estresado que si fuera por costaleros. La maniobrabilidad, el sistema de conducción... todo lo hace más complicado, pero me sentí orgulloso y honrado un año más ante la Patrona. Lo importante es que la Virgen salió aunque no me gustaría que se repitiese porque empeorara la situación sanitaria.

No obstante, en la calle, se oyó mucho que gustó cómo iba la Virgen por ruedas...

Respeto todas la opiniones. Entiendo que le pueda gustar pero tiene menos vida. Los pasos con costaleros transmiten, tienen pellizco porque hay corazones debajo porque hay sentimientos y sensaciones y de todo eso carece cuando llevan ruedas.

Y dentro de poco deberá empezar todo para la gente de abajo. ¿Cómo lo ve?

Ya hay pasos en la calle con costaleros. Espero que sea el principio de una normalidad, ver los pasos como siempre. Habrá normas que habrá que adoptar como test previos, etc.

"Si exigimos que el costalero se pague una PCR para ensayos y salida, la verdad, vamos a exprimirlos más”

Pero eso tiene un coste, ¿quién los debe pagar?

Entiendo que la hermandad del mismo modo que paga la banda, la cera, las flores... En este caso debe ser la cofradías. Ten en cuenta que los costaleros pagan papeleta de sitio en muchas hermandades y no son pocos los que sacan varios pasos. Si además exigimos que el costaleros se pague una PCR, la verdad es que los vamos a exprimir más.

Pero si se plantea un ahorro a la hermandad, al costalero, al que sea, habrá que replantear el número de ensayos, por ejemplo.

Lo mismo llegamos a las fechas mejor que ahora y resulta que solo con la vacunación completa es suficiente. Hace poco salió un palio en Arcos por costaleros y me refiero en este caso a la aglomeración de gente que hubo. Debajo del paso es donde más control habrá. A lo mejor hay menos relevos, menos ensayos, otra disciplina... Lo cierto es que no sabemos que puede pasar mañana, esta pandemia nos demuestra que está todo muy en el aire. Repito que lo importante es sacar a Cristo y María a la calle, que ya ha pasado mucho tiempo. Las cofradías se sustentan en la unión y convivencia entre la gente, del mismo modo que la confraternidad entre costaleros. Ha pasado demasiado tiempo.

¿Cómo espera que respondan los costaleros a las igualás?

Siempre será una incógnita pero la espero con más ilusión. Eso deseo de todos por lo que seguro que el número no se verá mermado. También puede producirse un aumento. El último paso que salió bajo mi mando, el Cristo de la Almas, salió tres días antes del confinamiento. ¿Quién podría pensar que sucedería eso? Ahora estamos en puertas de recobrar lo que se perdió, solo le pido a Dios que me de la oportunidad de poder vivir todo con la emoción que supondrá ese regreso.

¿Cómo lleva la abstinencia de llamadores?

Lo echo muchísimo de menos. Esas sensaciones son exclusivas. Este año se hizo un gran esfuerzo por las cofradías por una Semana Santa alternativa. La aceptamos y la vivimos aunque nunca será como cuando las puertas de un templo se abren y dejan ver la Cruz de Guía, el primer golpe del martillo y oír como crujen las maderas. Es insustituible.

¿Hay todavía demasiado miedo en la calle o por el contrario hay ganas?

En la salida de la Patrona vi mucha gente por todas partes. Es un aviso que te manda la calle. Está claro que la pandemia deja factura y habrá gente que tenga mucho miedo. En cuanto a los costaleros y, tras dos años en blanco, el regreso dará la oportunidad de que se echen para atrás aquellos que no tenían claro ir bajo el paso. Creo incluso que si hay merma de gente, costaleros, hermanos, será hasta bueno porque estarán los que deben estar e impulsará el movimiento cofrade. Creceremos con otros fundamentos, debe servirnos para meditar si hay que cambiar cosas.

Más o menos como un reseteo, como dicen los informáticos.

Hemos pasado por una hibernación en la que muchos se habrán planteado muchas cosas. Hay demasiadas dudas y jugar a adivino es arriesgado. Claro que hay miedo a qué va a pasar pero también mucha ilusión y ganas. Debemos ir cogiendo confianza pero con prudencia siempre.

¿Es de los que piensa que se ha maltratado a las cofradías aprovechando la pandemia?

Siendo justos, no lo creo en absoluto. A veces somos nosotros mismos los que nos echamos atrás por el miedo a que puedan echarnos la culpa de algo; hemos sido comedidos y no levantamos la voz y no hemos reclamado más apertura. Con esta postura, las cofradías han demostrado mucha cordura frente a otros ejemplos de desmadre que podríamos recordar ahora. Hemos asumido más allá lo que las mismas prohibiciones mandan.

Es el único capataz que saca pasos todos los días, desde el Sábado de Pasión hasta el Viernes Santo. ¿Ha tomado medidas para no perder el contacto con tus costaleros?

Tenemos grupos de chats en los que hemos hablado y mantenemos la comunicación, pero nada más allá de lo necesario. No obstante es muy difícil interactuar así. Es muy frío y no estamos acostumbrados a este sistema. Se intenta pero no todos confluyen en estos canales porque no les interesa debido, tal vez, por la desgana provocada por la situación.

"No se puede ir pidiendo pasos. Deben venir por un buen trabajo. Si saco 8 pasos algo habré hecho bien”

Pero se habla, debate y discute sobre bandas y costaleros en vez de lo primordial. ¿Debe cambiar esto como efecto de ese ‘reseteo’?

En eso difiero mucho. La devoción no se ha perdido. El trabajo costalero engrandece a Cristo y a María, llegamos más al corazón de la gente. Tal vez esos ojos críticos sean los que más miran los pies de los costaleros. No olvidemos que gracias al auge costalero las cofradías, todas, salen a las calles. Todos somos conscientes de cofradías que se veían pagando cuadrillas para sacar los pasos. El costalero entrega su esfuerzo a las imágenes, que no está reñido con la vocación de ser costalero. También los capataces nos hemos preocupados por mantener ese espíritu y un número alto haciendo un buen trabajo para mantener ese auge. Criticar ahora que hay mucho protagonismo delante o debajo de los pasos es, como todo en la vida: el que se levanta el capirote o se hace fotografías vestido con la túnica. Ese protagonismo también es innecesario. La imagen es la protagonista.

Reconocerá que a pie de acera o delante del paso se mira más el trabajo del costalero y cómo suena la banda y, si ésta es de 'campanillas', el éxito está asegurado, todo muy por encima de de lo principal.

Mi trabajo lo hago por y para Cristo y María. El costalero que yo llevo quiero que sea consciente de los que estamos haciendo, exijo respeto. Esto lo tengo tan asumido que no me cabe la menor duda de que somos un objeto que se utiliza para engrandecer la devoción. Es inevitable que este mundo esté tan valorado porque, como todo lo que tiene gran repercusión, llama la atención como sucede con el mundo de las bandas. Es el esfuerzo de una hermandad para que se mire más a las imágenes. Una buena levantá es un reclamo para que la gente se quede prendada de la Virgen al igual que una mecida o una revirá ¿no crees que es así? Con la verdad en la mano, todo esto genera envidias y resquemores entre los que esto les importa poco o nada. Vamos, que les molesta que las cofradías levanten tal expectación.

Martín Gómez posando para esta entrevista. Martín Gómez posando para esta entrevista.

Martín Gómez posando para esta entrevista. / Pascual

Me habla de envidias desde afuera, ¿son peores las de dentro?

Como las hay en las peñas, entre vecinos....

¿Se siente envidiado?

Pregúntale a los que me envidien. Si te digo que sí sería pedante por mi parte y en ningún momento pretendo serlo. Posiblemente haya quien quiera estar donde estoy pero seguro que no todos se han dejado la vida aquí y llevo 38 años dejándome la vida en esto.

"No creo que se nos haya maltratado por la pandemia. A veces, nosotros somos los que nos echamos atrás”

¿Se considera el mejor capataz?

Solo me entrego por completo y cuando lo haces bien la vida te permite seguir haciéndolo bien. Saco cofradías todos los días; hubo un tiempo en el que pensaron que estaba acabado. Hay gente delante de los pasos muy buenas y a lo mejor hasta mejores que yo. Saco ocho cofradías. Algo bien habré hecho.

¿Dónde está el secreto de su éxito?

Entregarme. Ser verdad. Desde muy pequeño quería ser capataz. Dios me lo ha regalado. Le debo muchísimo a las hermandades, a mi hermandad de la Cena que fue la primera en darme un llamador; le debo a la Vera Cruz que me hiciera sentir capataz. Recuerdo que en aquella época el exorno floral en esa hermandad no pasaba desapercibido. ¿Por qué se hacía? ¿Por qué se buscó un vestidor bueno? ¿Por qué vino Tejera? Fue como dar un grito en el desierto en el que se apostó por una estética y la Vera Cruz me llamó para mejorar esa estética, marcándose un antes y un después con el trabajo que se hizo. ¿Eso es criticable? Todo esto es evolución y no hacer cosas para llamar la atención: entrega, amor y cariño de los hermanos por su cofradía.

¿Qué le dice a los que le ven demasiado engreído delante de los pasos?

No tengo la culpa de medir 1,87 de altura y que me caiga bien la chaqueta. La culpa es de mi padre y mi madre. La pena es que solo nos quedamos con la personalidad de un capataz delante de un paso. Soy una persona recta, seria y digo lo que siento delante del paso. Falta tener personalidad y envidiamos al que la tiene.

¿Hay que hacerse respectar?

Claro que sí. Hacerte respetar, la disciplina... Es fundamental porque esto al final repercute en el trabajo; siempre desde el entendimiento, desde la concienciación. La técnica se debe tener pero sin estos principios al costalero no le exiges verdad, disciplina y honradez. Entonces estaremos perdidos. Siempre debe haber una persona que organiza, que dirija, que diga el camino a seguir, como en todos los órdenes de la vida.

"No tengo la culpa de medir 1,87 y que la chaqueta me caiga bien. Soy recto y serio pero no un engreído en los pasos”

O sea, nada de compadreo.

Tengo amigos costaleros pero a la hora del trabajo son lo que son, costaleros. Exijo la entrega absoluta y es ahí donde se vibra, donde te pega un pellizco el alma, donde a veces te traicionan los sentimientos y te derrumbas delante de un paso. Que lo supere quien quiera cuando todo esto sabes que te emana de dentro. A las cofradías no se puede ir para que te den los pasos. Estos vienen porque has hecho un trabajo bueno, eres honrado, porque no vas dándole palmaditas a la gente en la espalda. No hay verdad cuando se mandan cartas para que te den un paso. Hay una necesidad de protagonismo que al final hasta les sale bien. Ninguno de los pasos que hoy mando me esperaba llevarlos. Algo habré echo bien.

¿Es un capataz poeta?

 Soy un capataz que exterioriza los sentimientos. Cuando te sale del corazón no hay nada artificial. Tengo la suerte de poder decirle a la Virgen o a Cristo lo que siento.

¿Hay capataces en Jerez que merecen esa etiqueta?

En la ciudad hay muchos y muy buenos capataces... (sonríe) .

¿Más aficionados que capataces?

Como hay costaleros y costaleros, hay capataces y hombres que llaman al martillo. Un capataz para mí son otras muchas cosas, no solo tocar el llamador.

Tiene clavada la espina de ser capataz de La Amargura y casi no haberse estrenado con Ella.

Un año nos dimos la vuelta nada más salir por la lluvia y los dos últimos años por la pandemia. Solo resta una Semana Santa para la actual junta que me eligió. Ser capataz de La Amargura es algo muy importante. El carisma que tiene la Virgen te llena. Me gustaría vivir un Miércoles Santo ante Ella y por lo que le debo a mucha gente.

No le gusta el costal como herramienta bajo el paso, pese a estar cada vez más presente bajo los pasos.

Creo en la molía. El trabajo que hago es eficiente con la molía. Soy un amante de nuestras tradiciones. Es lo que he conocido, he tratado de depurar la forma y es con lo que voy a morir. Reconozco que en Jerez hay pasos y capataces que hacen andar los pasos muy bien con el costal.

"No soy un capataz poeta. Exteriorizo los sentimientos. Cuando te sale del corazón, nada hay artificial”

Pero hay un auge, ¿por puro esnobismo?

La molía siempre está muy presente. Es respetable el que quiera trabajar solo con el costal del mismo modo que los hay que quieren trabajar con la molía. Hubo un tiempo en el que se usó el costal para atraer a gente a las igualás, pero eso pasó. Ahora el costalero va a donde le genera confianza el capataz.

Sin entender más que lo justo, ¿el efecto estético del andar de un paso no desmejora con la molía frente la costal?

Volvemos otra vez a ejemplos como La Cena, Vera Cruz y todos los que saco o sacaba. Nadie pensaba que ese efecto fue tan armonioso y estéticamente perfecto como sucede con los mejores de Sevilla, por ejemplo en Vera Cruz. Después llevó costal...

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