Jerez

La dirección del Luis Vives dice que el bedel no cumplía su deber

  • Indignación en la comunidad educativa del colegio tras la sentencia que lo devuelve a su puesto

Una imagen del colegio Luis Vives.

Una imagen del colegio Luis Vives. / miguel ángel gonzález

La comunidad educativa del CEIP Luis Vives ha querido salir al paso de la denuncia realizada días atrás por el CSIF a través de una sentencia que obligaba a devolver a un trabajador municipal a su puesto de trabajo, portero del CEIP Luis Vives, al entender que el traslado a otro puesto era "fraude de ley".

El sindicato critió que "lo normal para cambiar de puesto de trabajo es ofertar las plazas existentes a los trabajadores, dándole la necesaria publicidad y así poder acceder a ellas los interesados, valorando la antigüedad, méritos y capacidad de los concurrentes, y en todo momento de manera voluntaria".

"Hay denuncias de 4 directores solicitando el traslado por conflictos innumerables"

El director del centro, Eloy Andújar, ha explicado que dicho trabajador "es portero mantenedor" y "ha estado en mi centro durante los últimos 27 años". Su traslado, según especifica el máximo responsable del centro, "se realizó a principios de este curso, y a un puesto en la delegación de Deportes".

Sin embargo, ha querido dejar claro que "esta decisión no es caprichosa, ni arbitraria, ni malintencionada en absoluto, sino plenamente justificada y con argumentos de sobra para haberla realizado. En el Ayuntamiento, concretamente en la delegación de Educación, hay un histórico de denuncias de los 4 últimos directores del centro solicitando el traslado de este señor debido a los innumerables conflictos protagonizados por esta persona y por el sistemático incumplimiento de sus funciones".

Andújar asegura que el colegio Luis Vives "participa de la Comunidad de Aprendizaje, que es un proyecto avalado por la Junta de Andalucía y con un gran peso y rigor científico basado en la participación y transformación comunitaria. Un colegio de puertas abiertas en el que se fomenta el diálogo igualitario y en que cualquier persona puede aportar. Esa es nuestra escuela. Cualquiera es bien recibido, pero todo tiene un límite y este señor lo rebasa con creces. Y me pregunto, ¿cree usted posible el desarrollo de este proceso dejando que el filtro de participación esté en manos de alguien que se dedica a boicotear el trabajo de la comunidad educativa?".

Desde el centro se lamenta también que esta persona "haga uso de unas instalaciones públicas como si fueran propias. Ni el abandono del puesto de trabajo sistemáticamente sin avisar a ninguna persona encargada del centro. ¿Es admisible difamar al profesorado e la puerta de la escuela? ¿Es lícito aprovechar las horas de trabajo para recoger firmas en la puerta del colegio contra el director del centro? ¿Puede un adulto pedirle a menores dentro de una escuela que recojan firmas contra el director entre el alumnado? ¿Se imagina que está usted dando clases y aparece un señor, amigo del portero, interrumpiendo el desarrollo para venderle unas acedías? Pues todo esto, y una infinita lista de situaciones, algunas aún más graves y otras que rozan el surrealismo, eran parte del día a día escolar".

El director del colegio reconoce que "fácil acusar a un Ayuntamiento por, supuestamente, privar de derechos a un trabajador. Pero ¿y sus obligaciones? ¿Y el cumplimiento de los deberes del puesto? Nuestra escuela lleva años luchando por la dignidad del empleo público, porque demos un servicio de calidad, que es lo que la ciudadanía merece, y paga. Le aseguro que el Ayuntamiento, con el gobierno municipal de ahora, ha tenido la valentía que no tuvieron sus antecesores para tomar una decisión no sólo justificada, sino necesaria para el buen funcionamiento diario del centro".

Por último, ha criticado con dureza la información ofrecida por el CSIF. A su juicio, "un sindicato ha de defender al trabajador (condición del que trabaja), pero no a cualquier precio, no de cualquier modo y no a quien no cumple con sus obligaciones. Este sindicato le hace un flaco favor a miles de funcionarios que nos dejamos la piel en nuestros puestos de trabajo y que vemos manchada nuestra condición de tales por personas como la del empleado en cuestión".

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