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“El docente no debe nunca adoctrinar”

  • Entrevista de Marco A. Velo con Pilar Chico López, profesora jubilada y académica

“El docente no debe nunca adoctrinar”

“El docente no debe nunca adoctrinar”

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Algunos recuerdos imborrables -indistintamente para bien o para mal- de su infancia.

Recuerdo la luz de la vida a lo largo de mi infancia. En el aspecto negativo la pobreza que podía existir en algunas zonas de Madrid porque había bastante chabolismo. Pero siempre imperaba la alegría, el juego… y la luz. El amanecer es una gran alegría que todavía disfruto.

¿Cuál fue el primer libro completo que leyó?

Recuerdo con mucha añoranza los cuentos que intercambiamos entre las niñas y los niños. Ellos, ‘El capitán trueno’ y ‘El guerrero del antifaz’, y nosotras… los cuentos de hadas. Y por supuesto una colección que me regalaron de los cuentos de Andersen y los hermanos Grimm.

Una lección, un consejo, paterno que jamás olvidó.

La vida siempre se abre camino. Era nuestro lema. Nos lo trasladaron mis padres. Sufrieron la guerra en Madrid con toda la dureza de una ciudad sitiada. Siempre lo decían: la vida se abre camino y todo tiene arreglo, menos la muerte. Todo, sí, tiene arreglo. Y, como punto de referencia, la capacidad del hombre para superarlo, para la adaptación y para no hacer un problema de ello.

Si tuviera que ponerle un color a su infancia, ¿cuál sería?

Azul.

¿Y un olor?

Depende de la época. Recuerdo de mi infancia Heno de Pravia. Del jabón Lagarto. Y un poco más de perfume en la adolescencia. El olor que tengo desarrollado es el de la limpieza. Los perfumes no me gustan.

¿Recuerda quién fue su primera maestra en la época escolar?

Sí, sí. La señorita Tadea. Era cántabra. Y nos hablaba mucho de las cuevas de Altamira. Era una mujer que tenía cara de gatito. Y un gran amor a la vida. La recuerdo con mucho cariño.

¿Cuánto marca -o puede marcar- en la infancia esa germinal relación profesor-alumno?

Mucho. Porque es el primer contacto real que tienes con el mundo adulto fuera de tu círculo familiar y de tu círculo social más cercano. Entonces es esa persona chiquitita que se relaciona con alguien que es mucho mas grande, mucho más fuerte, que tiene mas dominio y que sabe mucho más de todo.

¿Las nuevas generaciones de alumnos han perdido el debido respeto al docente?

Hasta que yo he estado trabajando, no. Lo que yo ahora observo, oigo, pues sí, y creo que gran responsabilidad la tienen la familia y la sociedad. La figura del maestro siempre ha sido muy respetada. En mi vida de maestra no he tenido ningún problema.

¿Qué postulado no debe olvidar jamás un buen docente?

Que está para enseñar, para instruir, para conducir, para abrir horizontes y alternativas que puedan presentárseles al alumno, en el momento y en el futuro. El docente no debe nunca adoctrinar y sí posibilitar.

Repasemos su trayectoria profesional en la ciudad…

Llegué a Jerez en el año 1975. Me dirigí a la Escuela de Magisterio porque era maestra y quería seguir trabajando. Tenía una niña. Había pedido la excedencia en Madrid. Tuve la suerte de que en la Compañía de María se produjo una vacante porque el marido de una profesora fue trasladado a Galicia. Comencé a trabajar en noviembre de 1975. Se murió Franco y me dieron vacaciones, una semana. Y desde entonces he estado en la Compañía, a excepción de los cuatro años que estuve en el Ayuntamiento -que era una excedencia forzosa-. He formado parte de un claustro en el que me he encontrado muy bien, siempre integrada y respetada, tanto por parte de mis compañeras como por parte de la dirección.

¿Cómo nace su prolífica relación con Donantes de Sangre y posteriormente con Cruz Roja?

Por motivo de una situación familiar difícil que tuvimos que afrontar, mi marido y yo, junto a un grupo de personas, fundamos una asociación contra enfermedades hematológicas, que todavía existe. Y teníamos un representante en la Asociación/Hermandad de Donantes de Sangre, que entonces presidía Andrés Luis Cañadas. Como llega un momento que a Andrés lo nombran director de COPE en Sevilla, él me propone para que fuera yo la presidenta de Donantes de Sangre. Yo siempre he tenido un espíritu inquieto, sobre todo para favorecer la solidaridad hacia los demás. Fui presidenta de Donantes de Sangre hasta que en el año 1987 vi la necesidad que había de fundar una Federación Andaluza de Donantes de Sangre. Y la fundé. Estuve también de tesorera en la Federación Nacional de Donantes de Sangre. Ya en el año 91 fue cuando me llamó Pedro para que fuese con él en las listas. Estuve con él, como independiente, cuatro años. Fue una buena experiencia. Ya luego estuve como presidenta de Cruz Roja cuatro años. Más tarde desempeñé el cargo de vicepresidenta de Cruz Roja en Andalucía, ocho años. Y aún sigo, en el Comité Local.

¿Qué autores literarios le apasionan?

Pertenezco a un club de lectura y estoy muy contenta. Leo de todo. Y estoy de acuerdo con la diversidad. Me gustan mucho Murakami, Naguib Mahfuz, Padura, Benito Pérez Galdós…

¿Por qué son necesarias las Reales Academias en nuestra sociedad actual?

Porque ofrecen a los ciudadanos, de manera permanente, la posibilidad de enriquecerse en temas interesantes de las Ciencias, las Artes y las Letras, como es el caso de la nuestra jerezana de San Dionisio. Una sociedad culta es avanzada, es objetiva, es respetuosa. Una sociedad capacitada para opinar individual y colectivamente. Las academias proporcionan cultura y sabiduría.