Un domingo cofrade para enmarcar

Hasta veintidós funciones de besamanos en una jornada cuaresmal con buen ambiente

Un domingo cofrade para enmarcar
Un domingo cofrade para enmarcar
M. Sotelino

Jerez, 12 de marzo 2018 - 01:40

Hacer mención de todos los regalos que las cofradías pusieron al pueblo de Jerez sería una quimera. Imposible poder contar tanta devoción, tanta cercanía del pueblo devoto al Señor y a María. La jornada de ayer era la más esperada por los cofrades de la ciudad. Con un total de hasta veintidós funciones de besamanos, ha pasado por ser el domingo de Cuaresma con más imágenes expuestas.

Arturo Vásquez Urízar es el párroco de San Rafael. La misión a la que el Señor le llamaba lo ha traído hasta esta parroquia desde tierras lejanas. Pero Arturo encaja bien los golpes del destino y acepta la voluntad de Dios. Y no sólo eso. A las once de la mañana, el sacerdote bendecía la cruz de guía de la hermandad de la Salud, obra de Juan Carlos García y que apunta a ser un gran atributo en estilo rocalla junto con dos faroles en los que Ildefonso Oñate ha echado los restos. Con gran impronta. Faroles de cruz de guía que se conocerán por la personalidad de los mismos. Y el Señor gobernaba de nuevo. Es el Cristo guapo de la ciudad. Su equipo de mayordomía lo puso a prueba. Sencillo. Sin potencias ni corona. Y seguía marcando el rumbo y el tronío que tienen las imágenes grande. Como grandes serán los milagros que esta bendita imagen le va a conceder a su hermandad y a su barrio.

Justo arriba de la subida de la Chaparra y pasando la ronda del Caracol se podía atisbar la basílica de la Merced. Allí está el Señor del Consuelo en solemne besapiés. Si Pepe Vegazo, en la jornada del sábado bordó el lance del verso y supo abrir el compás para salirse a los medios sin subir el tono de voz, ayer, el Señor con las manos más bonitas de Andalucía, tampoco levantaba el temple de la voz. Era túnica blanca de loco. Y cuando uno se adentra en esta hermandad y en sus misterios comprende que los locos son sus cofrades. Locos de amor por esa imagen que, como dijo Paco González -sempiterno hermano mayor del Transporte- nadie hacia caso en el antiguo claustro mercedario cuando los fundadores decidieron rescatar.

Más abajo estaba la Señora del Desamparo. En Santiago. Con el Prendimiento presidiendo el altar mayor de la iglesia. Y con esa Virgen de canela muy bien vestida con un saya añeja. Maravilloso estaba ayer Santiago porque la Madre del Prendimiento había bajado de su altar para ofrecer sus benditas manos.

Y el genio... Ayer era el día para contemplar el genio de un artista irrepetible como fue Luis Ortega Bru. Está en la iglesia de la Victoria y nadie puede cuestionar, a estas alturas, que el conjunto monumental del misterio del Sagrado Descendimiento sea algo normal. Rompe las matemáticas y tritura la lógica. El Señor, ya muerto, descendía de la cruz. Y ayer fue el día para contemplarlo de cerca, observar sus formas, deleitarse con la magia de la gubia. Tan sólo por el Descendimiento, Jerez merecía ser en el ámbito de sus cofradías patrimonio de la humanidad porque ese misterio es sublime.

Y Confortación. El cronista tuvo el privilegio de vivirla y sentirla en la soledad de la iglesia conventual mientras los frailes cantaban la salmodia de la mañana con los laudes. Ella solitaria en el altar principal. Bellísima figura de la Santísima Virgen con semblante de nácar. Rescatada y llevada a su original policromía, la imagen mariana de los cofrades de la Oración en el Huerto estaba bellísima. Maravillosamente hermosa y anacarada a pesar de su pena.

En definitiva una jornada para enmarcar. El frío y la humedad siguen haciendo de las suyas. Y la lluvia también estuvo presente. Pero nada pudo contrarrestar el bello rostro de María, retrotraído en la Señora Confortada tras la genial restauración que nos la ha traído a su maravilloso origen. Por si no fuese poco, una joya más para la ciudad de Jerez gracias a sus cofradías.

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