Dos robos en negocios del centro en apenas dos días han generado preocupación y alarma entre los comerciantes de esta zona de la ciudad, que temen que pueda ser el principio de una nueva ola de este tipo de delitos.

El primero se produjo en 'Belleza profesional', una tienda especializada en productos de peluquería, barbería, estética y maquillaje, que se encuentra en la plaza del Progreso, y uno de los negocios que había decidido reabrir sus puertas esta semana. El robo fue descubierto el jueves por la mañana. Aunque el establecimiento tiene rejas de seguridad, el o los ladrones, según ha explicado la presidenta de Acoje, Nela García, consiguieron acceder a la puerta acristalada y forzaron la cerradura, de modo que se llevaron productos de maquillaje de un expositor que estaba al alcance.

El segundo robo ha tenido lugar en la madrugada de este viernes en el comercio Bijou-Brigitte, dedicado a bisutería, relojes y accesorios de moda en la calle Larga, esquina con Algarve. La cerradura, al igual que en el anterior caso, también ha sido forzada, y se han llevado distintos artículos, posiblemente lo que tuvieron al alcance y les dio tiempo hasta que saltó la alarma. Según ha indicado García, la Policía Científica ha estado esta mañana tomando huellas en el establecimiento, que se encuentra entre los que aún no ha reabierto.

La presidenta de Acoje ha señalado que el incremento de los robos en tiendas era un problema que se temía pero especialmente en las semanas en que hubo un confinamiento más estricto. "De hecho, lo habíamos hablado con la Policía, pero en esta fase no lo esperábamos tanto.  Es verdad que la Policía, tanto la Nacional como la Local, están pasando continuamente. Aquí por la tarde por las calles peatonales están dando sus vueltas, pero claro, ya por las noches no sé si tendrán menos recursos. La cuestión es que llevamos así dos días seguidos".

García ha comentado que el destino de todos los artículos que se están robando es la reventa, por lo que hizo un llamamiento para que no se compren productos que se ofrezcan por la calle y que son de dudosa procedencia. "Lo peor es que hay personas que compran lo que se les ofrece sabiendo que puede ser robado.  Aquí hay un doble problema, que es el que lo roba y luego el que se lo compra". 

No oculta su temor a que en esta etapa tan difícil los robos aumenten. "Hay más desesperación, pero por la comida no, porque ahora mismo hay ayudas sociales para este tema, pero luego está el pequeño delincuente que lo revende para otras cosas".